Nota editorial del 05 de noviembre de 2008.-
Portada de la revista La Columna que produjo el "gran deschave" que las orgías dela "banda" Schiaretti y sus amigos. El entonces juez Lafouret les apañaba los encuentros a cambio de un bife de chorizo.
Los últimos días de diciembre de 1993, olía a quemado por doquier en el paisaje santiagueño.
Una semana antes un lumpen
descontrolado, en parte, y a la vez dirigidos por un desquiciado y
frenético propalador de infortunios, entre otros, habían pretendido
“purificar” con fuego el estadio de los tres departamentos del Poder.
Y no conformes con ello
–también estaba planificado de antemano- ejercitaron el saqueo
organizado, tomado por asalto domicilios particulares, apropiándose de
la totalidad de valores y bienes que encontraron en sus caminos,
destruyendo archivos y piezas histórico-culturales, desde una
irracionalidad primitiva, que nunca más se podrán reponer y que hoy no
nos cansamos de lamentar.
Los santiagueños, por esos días nutrían su opinión desde las mentiras “pagas” que publicaban los medios de prensa de entonces.
Quince años después se puede
concluir que se manipuleó la información, induciendo a pensar que por
obra y culpa del gobierno constitucional, no se pagaban los sueldos, que
la corrupción era una constante y que la provincia solo podría
restablecerse mediante los buenos oficios del nuevo Interventor enviado
con el acuerdo Menem-Cavallo.
El paso del tiempo convalida
estos dichos. Nunca de descubrió, ni se probó la tan mentada y declamada
“corrupción del poder”, muy a pesar de la exhaustiva investigación
llevada a cabo por los recios interventores que arribaron con la
consigna del “mani pulite” (escondida en el bolsillo de tras) a juzgar
por los hechos.
Lo que sí quedó en claro, es
que la gestión de Juan Scharetti fue la más inmoral, ilícita y
pervertida que se tenga conocimiento en la historia de Santiago del
Estero.
EL PUNTO DE PARTIDA
María del Pilar Bermúdez, fue
en vida casi una leyenda dentro de las filas del Partido Justicialista.
Militante de la primera hora, ocupó cargos de relevancia dentro de la
estructura partidaria. Tucumana de nacimiento, estaba radicada en la
provincia de San Salvador de Jujuy y había resultado electa Diputada
Nacional, en el mismo momento en que Juan Domingo Schiaretti se
entretenía conformando su conocida “banda delictiva” con improvisados
funcionarios arribados de distintos lugares, quienes se harían cargo de
la Intervención Federal en Santiago del Estero, la que se había
pergeñado en la Capital Federal para evitar el naufragio anticipado del
funesto plan económico de Cavallo.
Así es como la entonces
Diputada por Jujuy, por intermedio de Eduardo Fellner -designado
Sub-Secretario de Gobierno de su amigo Schiaretti- “recomendó” a su
sobrino Néstor Gambarte para que formara parte de la comitiva que
asolaría las arcas publicas santiagueñas por espacio de quince meses.
Pero, como éste joven no
poseía antecedentes en la arena política, lo contrataron como el
“libero” del gabinete para que realizara alguna actividad en el espacio
concedido a la juventud peronista, que según él conocía la perfección.
Esto le permitió a Gambarte
moverse con cierta tranquilidad dentro del entorno del Interventor,
compartiendo la intimidad del antes y el después de la gestión
gubernamental.
“Espero que se investigue. Estoy dispuesto a declarar ante la Cámara de Diputados si esto fuera necesario” (1)
Y SANTIAGO ERA UNA FIESTA
Mientras desde el Poder
central se enviaban fondos a raudales para los “gastos” de la nueva
gestión provincial, que meses antes negaron disponer, nadie imaginaba el
pedrigue de de los acompañantes del elenco gubernamental que habían
conformado.
Digamos, la “catadura moral”
al decir de Eduardo Fellner quien ya venia siendo cuestionado por sus
conocidas “fiestas privadas” en el recinto de la Cámara de Diputados de
la Nación, desde donde lo enviaron a ocupar un cargo de segunda línea en
tierra santiagueña.
Néstor Gambarte, declaraba
que no tenía cargo alguno en la administración publica, pero: “Tengo el
apoyo a nivel nacional de mi tía que es diputada… y ella me apoya en
todo para que Yo junte todo sobre Santiago. Juan Scharetti me mandó a
llamar. Me ofreció varios cargos políticos dentro de la administración
pública. Los rechacé a todos” (sic)
Mientras tanto se conocían
extraños movimientos desde el Ministerio de Economía a cargo de Domingo
Cavallo, quien como no podía aportar “dinero blanco” a las arcas de los
interventores, que como se sabe, antes había negado a las autoridades
depuestas, remitía millones de dólares en ATN (aportes del tesoro
nacional) que en varias ocasiones se depositaron en cuentas de
particulares para no despertar sospechas, pero a pesar de todo
trascendieron y fueron publicadas en numerosos medios: “ El Investigan a
Schiaretti por una cuenta de 3 millones en Suiza en relación al manejo
de fondos de la intervención entre 94 y 95. Investigan a Jorge Aladio.
La nota en cuestión narra como se encuentra imputado en una causa por
“fondos reservados” Raúl Oliva Carreras, secretario privado de Aladio”
(2)
“-Si, tuve varias reuniones
con gente de la Intervención, inclusive Schiaretti.- relata Néstor
Gambarte. Y participé de un par de fiestas que hicieron en la casa-finca
de Schiaretti y no me gustó mucho porque vi algunas personas que se
propasaban del limite de alcoholismo y ese tipo de cosas, siendo
funcionarios y ministros…
Por ejemplo Oraldo Senn. No
me gustaba lo que hacía. El comportamiento de él a nivel de mujeres y
esas cosas. Había alrededor de ocho a diez mujeres, pero desconozco e
donde son, hay algunas que tenían una tonada un poco extraña.
No. No eran familiares de ellos. Eso era lo que me preocupaba. O sea no me gustaba eso.”
Fuente: (1) Revista La Columna No. 101, pag. 18/25.-
(2) Diario El Clarín, 16/6/98, pág. 16.
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