domingo, 31 de enero de 2016

RECUERDOS DEL PASADO: OTRA VEZ LA LEY DE LEMAS.





Dicen que no existe, que fue reformada, que le hizo mucho daño a la provincia, sin embargo  sigue vigente hoy mas que nunca, está disfrazada , lo raro es que nadie dice nada. Será a propósito o no se dan cuenta? 




Cuando  el Poder Ejecutivo envió al Congreso el proyecto de reforma a la Ley Orgánica de los Partidos Políticos Nº 23.298, lo hizo con el siguiente título: “Proyecto de ley de la democratización, de la representación política, la transparencia y la equidad electoral”,  que nadie se atrevió a cuestionar, ni antes ni después de su sanción, hecho que en principio no dejó de sorprenderme.

Ninguno de los opositores al modelo, ni los partidos de izquierda con representación parlamentaria –que se autodenominan “progres”- alzó la voz de la disidencia cuando se cercenaban los derechos de los partidos políticos reconocidos a quienes se les exigió mayores requisitos para mantenerse con personería y entidad como sujetos de derecho.

Facilitaron el quórum, no presentaron proyectos alternativos, no se opusieron al achicamiento del arco partidario, ni se rasgaron las vestiduras cuando se aprobó la ley que atentaba en contra de sus propios intereses. Ellos también estaban de acuerdo con el bi-partidismo mezquino ideado desde los despachos oficiales.

En el ámbito de ambas cámaras legislativas, no conozco ningún especialista en Derecho Electoral, sin dudas se trata de una disciplina joven, pero con notables y sobradas aspiraciones para convertirse en materia autónoma, atento a que rige nada más y nada menos que las reglas del juego para acceder al Poder.

Sin dudas que la ley 23.298 – llamada de los partidos políticos- exhibe muchas deficiencias y algunas omisiones que debieron ser subsanadas en ocasión de la última reforma, ello a la luz de los infinitos fallos provenientes de la Cámara Nacional Electoral que ha marcado pautas y situaciones insalvables que se dejaron de lado, para arremeter con un discurso poco inteligible que en nada a mejorado el instituto normativo.

Así las cosas, después de esta reforma, una de las últimas logradas con el sistema de la mayoría automática, nadie se atrevió a su reglamentación, tanto que hasta el propio Director Nacional Electoral y posteriormente la Cámara revisora debieron – en distintas oportunidades- dirigirse al Poder Ejecutivo, manifestando que sin ese acto administrativo no se podría poner en marcha las reformas obtenidas.

La respuesta no hizo más que oscurecer el sombrío panorama instalado sobre la norma electoral, no sin antes distribuir a su arbitrio las pautas publicitarias e instaurando entre líneas la tantas veces repudiada Ley de Lemas, ahora bautizada como “colectora”.  Es decir que sin un “lema” para tributar, ahora se “contribuye” a la sumatoria de una formula oficializada y al parecer sin ningún tipo de restricción, ni acuerdo previo, ni autorización, según surge del escueto parte obtenido.

En fin, en esta materia nadie puede exhibir lauros, ni argumentar avances de la calidad institucional, porque volver a la Ley de Lemas, es lo mismo que retroceder hacia un pasado que le hizo mucho daño a la estabilidad democrática y a la legitimidad política.


viernes, 29 de enero de 2016

HOMERO MANZI: SANTIAGUEÑO CENTENARIO.

    Nunca imaginé que los argentinos llegaríamos a recordar con esmerado reconocimiento y respeto a nuestro ilustre comprovinciano en el centenario de su natalicio y que el Gobierno Nacional declarara al año 2007: “El año Homero Manzi” destacando su trayectoria y promoviendo el entendimiento de su obra.

Hace mas de treinta y cinco años publiqué en el desaparecido diario La Hora de Santiago del Estero, una serie de notas que tenían a la poesía de Manzi  y algunos aspectos de su vida pública, como protagonistas principales.
Por ese entonces, lo poco o mucho que se conocía del celebrado añatuyense se podían encontrar, como un material disperso entre revistas literarias, letras de tangos y uno que otro libro contando un anecdotario repetido del autor de Sur.

Salvo unos pocos que lo conocieron en vida, hicieron mención del lugar de su nacimiento, describiendo al pueblo de Añatuya su solar natal –que aun no figura en el diccionario actualizado de la Real Academia Española- como un mágico sitio de donde abrevara un sinfín de imágenes que sin duda se encausaron con el tiempo.
Y ahí está, todavía indiferenciado en esta natalidad santiagueña, el futuro Homero Manzi, nacido en Añatuya el 1º de Noviembre de 1907. Vio la luz en la casa que sirve de casco al campo “La 13” cercana a las vías férreas… hijo de Santiago del Estero, donde transcurre su primera infancia al amparo tutelar de los mitos de la selva, entre el bochorno de las siestas pobladas de duendes y escapadas a un remanso de agua cercano…” (Luís Alen Lascano, H. Manzi, Poesía y Política. Editorial Nativa, Pág. 14 enero de 1974)

Sin duda Manzi fue rescatado para la historia como un cultor de valía entre los celebres letristas y compositores que revolucionaron el tango, en este caso, el que revalorizó el rol de la mujer e introdujo una poesía fina y armónica dentro de un ámbito sórdido de figuras grotescas y paisajes grises, tal como se identificaba en la época, esas historias con música de guitarra y bandoneón.

“Tu que con bronce y viento hiciste sones
Para poblar el mundo de canciones”

Homero llegó al tango en el momento justo en que la Argentina dejaba atrás la belle epoc, para salir en busca de una identidad propia, más natural, de cara a sus ancestros. Como buen provinciano inclinado a identificarse con las causas populares y nacionales, pintó la nueva y floreciente Buenos Aires con las imágenes capturadas en su niñez en el momento justo en que lo cotidiano no dejó de ser un asombro para los ojos de quien aprendía a crecer.

“El ha visto desde niño “un farol balanceándose en la barrera” como una cosa cotidiana de cada uno de sus amaneceres, “el ladrido de los perros a la luna”, que son los mismo de siempre y tampoco han cambiado para alegría de los barrios suburbanos que los conservaban aun, como si se tratase de una continua tradición.
No está ausente la nostalgia evocativa de los “viejos amigos que hoy ni recuerdo”, ni tampoco las calles lejanas de pura tierra y sin empedrado, por ellas pregunta “como y dónde estarán”.

Tal vez esa “Juana rubia y amada” (¿?) por la que sufría pensando en ella y que solo era vista por el recuerdo, haya formado parte del paisaje lugareño de esas evocaciones tan cargadas de nostalgia y de cariño. Y los muchachos que todavía se reúnen - no en cualquier esquina- si no en la más cercana al bar., para hacer escuchar sus silbos melodiosos a la hora en que todos duermen y que al final terminan con el “codillo llenando el almacén”.

El paso del tren siempre fue una fiesta en los pueblos santiagueños, hoy cuando no una anécdota, una curiosidad para los chicos si reseña a la vecina pálida “que ya nunca salió a mirar el tren” como que tampoco están “las chatas entrando al corralón” en los contornos de ese pueblo semi viviente.
Seguramente va a ser difícil aceptar al “Barrio de Tango” como una reminiscencia del poeta por la tierra que lo vio nacer, con o sin las licencias poéticas mencionadas y que todo lo hacen posible.

Pero a fuerza de rescate, sólo una acabada prueba de que no es así, ha de significar un cambio de opinión. ( M. Brevetta Rodríguez. Nostalgias de las cosas que han pasado. Publicado en el diario El Liberal, 1 de febrero de 1987.-)

Todas las notas que publiqué en torno a la poesía Manzi, llevan como subtítulos estrofas de sus versos extraídos de sus poemas y sus composiciones, como una manera de recrear su presencia dentro del texto. Y creo que cuando escogí la obra de este autor para resaltar aspectos de su singular poemática, lo hice en base a una identificación espontánea con su vida y con su verso, que alcanzó metáforas tan dispares en su contenido, como en la época en que fueron conocidas.

“Fue lo que empezó una vez
Lo que después dejó se ser…”

Después de muerto –hace casi sesenta años- no queda mucho para investigar que no haya sido comentado, publicado o analizado por quienes fueron sus biógrafos.
Pero la vida, no deja de sorprendernos ni un instante a lo largo de nuestra existencia, así, en contadas ocasiones produce sucesos que se contraponen con lo que son nuestras creencias mientras que en otras oportunidades llega a conformarnos y a darnos la razón, como una gratificación no buscada. En este caso a todo aquello que producimos en beneficio de la cultura. “En casa siempre se hablaba en santiagueño (acentuando las “s”) A casa (en Buenos Aires) venían siempre nuestros familiares de Añatuya y de poblaciones del Chaco santiagueño (Charata y General Pinedo, entre otras)… Siempre se respiró Santiago en mi hogar. Mi padre era un hombre que nunca olvido sus raíces. En la mesa familiar, en cada momento de su vida, el y mi madre evocaban a Santiago.” (Homero Luís “Hacho” Manzi. El Liberal, 14/12/2006)
Esta es otra razón por lo que nunca consideré descabellada mi hipótesis de que el tema; “Barrio de Tango” (1942) tiene reminiscencias santiagueñas.

La bohemia, se sabe, fue una constante en la corta vida del poeta que supo vivir con intensidad desmedida cada uno de sus días, como si fuese el último de su existencia.
Su fama de permanente seductor no fue un invento alucinado de los cronistas del espectáculo, pues siempre fue ratificada por sus amigos y compañeros de sus noches suburbanas que sin duda despedían perfume de mujer. Y si algo faltaba para completar aspectos inéditos de su biografía, no dejaron de asombrarme las recientes declaraciones de una notable intérprete del cancionero ciudadano:
“Yo fui el gran amor de Homero. Yo no estaba tan enamorada, pero él si. Todo lo que hizo Homero lo hizo pensando en mí… Realmente me adoró. Sé que estaba lastimado, pero… me dijo que se iba a casar conmigo y me mintió. Dejé a mi primer marido por Homero en el 44”  (Nelly Omar,  El Clarín, 10 de mayo de 2005).

Es la triste ceniza del recuerdo.
Nada más que ceniza. Nada más.

Una mañana de 1995, mientras caminaba por Buenos Aires, ingresé a una conocida casa de artículos para el hogar. Realizada la compra, aboné la misma con tarjeta de crédito, cuando el joven vendedor confeccionaba la factura, me miró a los ojos y me dijo:
-         Este nombre me recuerda a Santiago del Estero. Mi abuelo era santiagueño.
-         ¿Y cómo se llama tu abuelo? –le pregunté-  pues no correspondía otra respuesta.
-         Homero Manzi –me dijo- seguro de que me sorprendería.
En ese momento, no pude menos que reconocer la pequeñez del mundo. Conversamos un buen rato. Lo enteré de mis escritos sobre la obra de su abuelo. Me contó que Hacho, es su padre, y que éste se encontraba radicado en Estados Unidos. Y – lo mejor del diálogo- que su abuela aun vivía.
- ¿Le podrías hacer una pregunta, de mi parte a la señora? Quisiera saber si aquella legendaria “Juana la rubia” del  “Barrio de Tango” fue en verdad uno de los amores de Homero. Sin dudas, que volveré por la respuesta.
-Le voy a preguntar, me contestó gustoso.
Un tiempo después, volví por la respuesta, trayendo de regalo un cuadro con la página impresa del diario en donde publique una nota referente a un aniversario del poeta.
Al tiempo de agradecerme, me expresó sonriente:
- Me dijo mi abuela que el único amor de Homero fue ella. Y que las otras… son puras fantasías.-
Nos reímos los dos.



EL FORO DE HOMERO MANZI… VERGÜENZA AJENA.-

CURRO. se contrataba gente para dirigir foros como este, se pagaba, pero ni se controlaba, ni de trabajaba. Así de manejó el gobierno K, con la plata fácil y ajena. Sirvió para ganar dos elecciones. Game over.
                           Hace algo más de siete meses, precisamente el 15 de marzo de este año, el diario El Liberal que se edita en Santiago del Estero, publicó a manera de novedad, la existencia de un espacio para los escritores en Internet, en homenaje a nuestro poeta Homero Nicolás Manzione.

       El anuncio se promocionó: "con el objetivo de establecer un punto de encuentro para los escritores santiagueños mediante un proyecto apoyado por la Secretaria de Cultura de la Nación nació el sitio Web: www.hmanzi.com .”

       Esta auspiciosa iniciativa cultural, despertó la curiosidad de los escritores santiagueños que no dudaron en participar en la publicidad de sus obras que a decir verdad no encuentran, en el lugar de sus orígenes, la manera de hacer conocer lo que producen, ello en atención a la decadencia de sitios para publicaciones especificas y al poco interés que se le brinda a la cultura local en las escasas publicaciones diarias que se conocen.
       
       Continuando con la fuente informativa, se mencionó que: " www.hmanzi.com  es un sitio Web diseñado para ser construido entre todos los escritores santiagueños. Allí existe una guía con los pasos rápidos y fáciles para la publicación
       Para sus promotores, aunque Internet no es un campo en el que todos sentimos comodidad todavía, sí es un espacio con cualidades exclusivas que pueden ser clave para vitalizar la literatura santiagueña bajo la idea de que no existen restricciones económicas, por lo que un autor talentoso no dejará de publicar por falta de medios, contó Carolina Salas, responsable del mismo."

       Sin lugar a dudas que los sitios dedicados a la propalación de la cultura por intermedio de la red, alimentan no pocos estímulos entre los creadores del acervo cultural y vienen a llenar profundos vacíos de contenido pedagógico que son difíciles de encontrar entre las publicaciones especializadas.
       Tal vez esa o muchas otras y atendibles razones, fueron las que concretaron la empresa, que como se manifiesta, cuenta con los auspicios de la Secretaria de Cultura de la Nación, que se distingue por medio del escudo nacional inserto en la portada de la página.

EL DEBER DE CONTRALOR

       Es decir que el organismo del Estado al auspiciar la iniciativa emprendida, contribuye económicamente al sostenimiento del sitio, tal como debe ser, y por esa circunstancia tiene la obligación, no solo de abonar el precio o los gastos pactados, sino ejercer el contralor del objeto de su patrocinio, ya que de no ser así, el órgano estatal incurre en una severa omisión que podría aparejarle una requisitoria judicial.

       De igual manera, debe rendir cuentas ante su mandante o ante la justicia, si correspondiere, quien aparece como responsable del sitio, que según el diario-fuente, sería Carolina Salas oriunda de la localidad de Añatuya, lugar de nacimiento del celebre escritor santiagueño, quien manifestó que: "La idea surge a partir de un interés por generar una oportunidad democrática y poderosa para conectar a lectores y escritores santiagueños debido a que sólo contados santiagueños que escriben logran hoy dar a conocer su obra, mientras que el resto está haciendo literatura en secreto" .
Asimismo agregó: "Y de estos que logran publicar, algunos tienen el único mérito de haber contado con capital para autofinanciar su publicación, lo que indica que quizá sus obras no sean la clave para el enriquecimiento de nuestra literatura.
       La iniciativa pudo hacerse realidad con el aporte de la Secretaría de Cultura de la Nación que decidió financiar el proyecto que se convirtió en una realidad."

       Es decir que ésta aseveración  nos da la pauta de que "la pagina de Homero" funciona subsidiada con los dineros del Estado, es decir de nosotros, que aun no podemos entender tanta decidía y falta de seriedad ante en un  emprendimiento disfrazado de noble. (¿?)

MIRARSE  POR  DENTRO

       Quien ingrese al sitio: www.hmanzi.tfcph.com/foro/  (el foro de Homero Manzi) que cuenta con el auspicio de la Secretaria de Cultura de la Nación, encontrará a la fecha de la publicación de esta nota editorial -25/10/2008- un total de 888 usuarios registrados, con 8471 mensajes posteados, con 22 topics, repletos de mensajes que exceden el total de 20 paginas por cada uno de ellos.-

       Pero si todo lo narrado fuere en beneficio de la cultura santiagueña y en pro del conocimiento y difusión e la obra del maestro Homero Manzi, seriamos nosotros desde éste sitio, quienes aplaudiríamos la iniciativa como un ejemplo a imitar, lo que debe ser.

       Lamentablemente, tiene esta nota propósito de denuncia publica.

       Todos los usuarios registrados, los mensajes posteados y las numerosas paginas reseñadas, son solamente PUBLICIDAD BASURA que se inserta mediante la robótica de uso masivo en Internet,  ante el abandono total de parte de los encargados de administrar como es debido el sitio que la Secretaria de Cultura les encargó para el cumplimiento de los fines que estamos comentando.

       Con ello estoy diciendo que, los desprevenidos usuarios que deseen ingresar al foro de Homero Manzi, en lugar de apreciar información atinente al poeta y a los trabajos de escritores de Santiago del Estero, solo encontraran un exceso de MATERIAL PORNOGRÁFICO, distribuido en todas y cada una de las ciento de paginas, rellenas de mal gusto.
Pobre Homero. Una vergüenza.


fuente: diario El Liberal, 15 de marzo de 2008.-
             

CARTA AL ZOCO DE LA BURI BURI: DE ESAS HISTORIAS REPLETAS DE FANTASMAS


                             Dicen que la nostalgia es un asunto de pocos, pero a veces siento que el tiempo, en verdad se ha detenido en una de esas esquinas en donde acostumbrábamos a ver pasar aquellos días que por entonces parecían interminables.

Si, “vivir es ver volver…”, así como vos lo entiendes, creo que estoy llegando todavía a esos mismos lugares, un día cualquiera, también a la misma hora, ¿y quién me cuenta que nada se ha perdido...?

Me dicen por ahí que todo está cambiando, pero sin embargo cuando salgo a despuntar el ocio y me encamino por la costanera, me detengo a buscar ese árbol regordete y una vez más, veo enclavada- como para siempre- el mismo eucaliptos con ese corazón tallado a fuerza de cortaplumas y mi nombre escrito a puro sentimiento junto con el de ella, y me da la impresión que esa herida impresa en la madera blanda, no está del todo cicatrizada aunque casi ya no se la distinga, por oscura y por vieja, son las mismas heridas que sangran todavía sin encontrar motivo.

Te comento y aunque no lo creas, que ayer nomas juraría que lo ví entrar al Chonchón Chazarreta por la puerta de atrás de la Iglesia San Francisco para decirle al padre Alcaráz , que no mezcle la teología con la metafísica porque las viejas, que dicen ser dueñas del primer banco, por la posesión que ejercen sobre él, no entienden para nada sus sermones, y peor aun si el Chocho Gallardo arremete con el “Cristianos Venid” y Cachita González,  desaforado en un solo de voz.

Quise hablar con el Padre Pinel, pero de golpe me di cuenta de que antes mis ojos se había instalado una especie de espejismo, que es lo mismo que presenciar el gesto de la memoria traicionada por una ráfaga de angustia. Por eso me encamine por la Avellaneda, como quien ir hasta la acequia Belgrano y me paré en la esquina de Bala, pensando echarle un vistazo a las novedades del kiosco, pero advertí que ya no estaba a la venta la revista Crisis, ni Panorama, ni el diario La Hora.

Me pareció raro. Miré hacia lo alto y con admiración descubrí que la terraza de la Ideal fue terminada y ya no se escucha mas la música ambiental de Nacho Araujo suavizando las noches de este otoño, quizá porque dejamos pasar la oportunidad de quedarnos adentro habitando ese tiempo sin retorno.

No se si a vos te ocurre como a Serrat cuando cuenta aquello de los fantasmas del Rocín, pero a mi me gusta esta esquina porque presiento que en cualquier momento la veré pasar a Martita Carot rebosante de sol, escondiendo las manos para que nadie se de cuento que le crecieron las uñas para arriba, pasaría Minusa blonda y sonriente, Julia encantadora, Eulalia colegiala y Carmela angustiada porque una vez mas llega tarde a la cita, será María Teresa la de los ojos de color menta, Norita despintada y Silvia distraída con su rostro silvestre y su figura fina como una mariposa dibujada en el viento.

Ellas seguramente se irán perdiendo por la galería del flamante Tabycast, tratando de despistarme, para estropear la fiesta de mis ojos y silenciar el galope de mi corazón; pero esta vez no se van a escapar porque ya le dejé el mensaje al Don Villa, al actor Justo Rojas, a Vaccari y a Osorio que tienen allí una mesa fija tomada en posesión, frente de la librería de la Gilda y si lograsen escabullirse, mas adelante le encargué me informara los acontecimientos, al maestro Victoria o a su inefable perro, a Pete Tula, a Lobito, Rizzo o ha Pancho de la lotería, que no parece, pero lo tiene todo registrado.

Recién le avisé a Julio Montenegro que el sábado haga un poco de tiempo en Trevi y que consiga mesa porque Kililo Alfano presentará nuevos temas de los Beatles, el mismo encargo le deje a Toty Sydow, a Manuel Arce y a Picante Hernández, pero como no son de confiar trataré de avisarle al cabezón Galván y a Pedro Carol ya que a ellos les sobra el tiempo y casi seguro harán pasar una botella de Vodka debajo del chaleco para que la disfrutemos con un poco de limón y Paso de los Toros.

Me dijo Julio Marcos que le devuelvas el libro de Galeano, ese de las “venas abiertas...” porque Tito Quiroga lo está necesitando y el loco Magrassi está un poco engranado con eso de los indio, en fin, no se si Norita, Meky o Mabel te habrán comentado que no les gusta mucho el titulo que le pusiste a tus poemas porque “ La Pelota de la Luna” les da mucha impresión pues afirman que a las cosas femeninas no les cuelga mucho que digamos, a no ser que tengas una explicación mejor, pero te sugiero que los títulos no se explican.

Bueno... te dejo porque ha llegado la hora del asado en lo de Islas y cuando llegas tarde, el inefable Tucho se pone molesto y te toma todo el vino, seguro que a la madrugada nos encontraremos en el bar de Chiquito, así seguimos la charla.

P/D: No te pierdas el ultimo de Charles Aznavour, se llama “Que solo estoy” y dice que a veces ella no nos comprende por eso de los amigos. Claro. Tengo defectos y quien no, vivir no es fácil a mis años. Un abrazo

                                                            MIGUEL.



Publicado en Nuevo Diario, 28 de mayo de 1995.-

HOMERO MANZI: FUI COMO UNA LLUVIA DE CENIZAS Y FATIGAS...


                                       Desglosar la poesía de nuestro querido y definitivo Homero Manzi, es algo así como penetrar en el corazón mismo de aquel Buenos Aires de antaño, cobijado al amparo de una nostalgia santiagueña que vierte sobre sí su ardiente realidad.

         Analizar la totalidad de su obra para conocimiento de los argentinos de hoy, lo entiendo como un patriótico servicio puesto de manifiesto al alcance de todos, pero desde este medio resulta un tanto difícil pues llenaría columnas y columnas, y el propósito se desnaturalizaría, pues no tiene otro objetivo que tributar el homenaje por cierto y merecido a un preclaro hombre del pensamiento nacional.

         Es por esa razón que es preciso concluir, después de esta serie de artículos publicados, con una definición acerca de nuestro poeta, felizmente rescatado por su pueblo, quien lo palpita y lo siente atreves su prolifera obra de la que nos sentimos agradecidos y orgullosos.

ES TAN TRISTE VIVIR ENTRE RECUERDOS...

         Indudablemente la tristeza - que siempre se asoma silenciosa- nos vuelve casi por rutina,  hacia un presente crudo, feroz, sin piedad le llamaría si temer a equivocarme.

         Y esa tristeza está precisamente ahora, en este momento, cuando estoy finalizando este homenaje al recordado Homero, a quien lo siento cerca, diría,  a mi lado reprochándome esta decisión  a la que no puedo cambiar.

         Quizá si hubiese preferido contar la historia de Manzi cronológicamente todo habría tomado un cariz diferente, porqué su historial no es corto, si no al contrario, es demasiado largo de narrar. Pero ya lo dije: preferí hablar de un Homero distinto, de un poeta neutral como yo lo hubiese querido conocer, es decir un Homero visto a mi manera, a  mi gusto, a mi forma de ver las cosas, en una palabra, como a mi me gusta evocar a las poetas.

         Es por ésta razón y por la tremenda necesidad de estar con mis cosas y con mi pueblo que voy a cerrar este homenaje recordando la amistad que unió a Manzi con uno de los grandes científicos que tuvo la argentina y también hijo dilecto de esta tierra; me refiero al Dr. Ramón Carrillo, nervio y tensión de la medicina y el sanitarismo de nuestro país.

COPA A COPA, PENA A PENA, TANGO A TANGO.

         Corría el año1920. Buenos Aires, es la cita obligada de todos los bohemios, de todos los artistas, de aquellos que se van por un destino mejor, dejando a cambio largos años de estudio y de dolor.

         Uno de ellos fue Ramón Carrillo, destacado santiagueño que no tardó en alcanzar notoriedad en el campo científico a poco de haber obtenido su titulo de medico neurocirujano.

         La vieja casona de la calle Azcuenagua al 100 en la Capital Federal, era la cita obligada de todos nuestros comprovincianos que pasaban por la gran urbe y aun de aquello que se habían afincado definitivamente en esa maravillosa ciudad.

         En esa casa vivía Ramón Carrillo y a esa casa concurría asiduamente el poeta del tango. Largas veladas de versos y política hablaban de una hermandad fortalecida, lejos de la “patria chica”, lejos del Santiago querido que por ese momento estaba casi al costado del olvido.

         Cierta noche  -en una de las tantas reuniones convocadas en la vivienda- se cuenta que en ruedas de amigos, Ramón Carrillo dialogaba con el entonces coronel Perón, además de otros tantos que formaban el grupo mas tarde tomaría el nombre de justicialismo.       
En la ocasión Ramón recordó que había recibido la vista de un santiagueño que dejaba vislumbrar un “gran talento creador” y que había tomado el seudónimo de Homero Manzi, a lo que Perón acotó -“..tuve la oportunidad de conocer una de sus letras, pues le puso letra a un tango que se esta escuchando mucho”.

-“Lastima - acoto Carrillo – que se dedicase solamente a escribir letras  de tango, pues  sus condiciones dan para mucho mas...”

Evidentemente el talento del poeta, daba para mucho mas, pero él mismo ya había preferido, tal como lo expuse en notas anteriores, convertirse antes que en un : “hombre de letras” , ser un creador de: “letras para los hombres”.

Y EL TANGO ES EL DESTINO QUE MARCA SU FINAL.

         Pero hay mas para contar de la amistad de Manzi con Carrillo pues a la vuelta de la gira por Europa de esta ultimo, las reuniones continuaron como continuó la amistad que había nacido hace ya un tiempo largo.

         En los últimos momentos de la vida de nuestro poeta, Ramón Carrillo ocupaba el Ministerio de Salud Publica de la Nación y era Presidente de los argentinos el general Juan Perón, con quien Manzi ya había departido amistosamente y le había profesado su admiración.

         Alguien se llegó al Ministerio y enteró  a su titular, del grave mal que aquejaba a Homero, a lo que Carrillo no pudo permanecer indiferente, tanto es así que ordenó la pronta internación del amigo en el conocido sanatorio Costa Buero y no precisamente en una sala común,  pues mando a preparar una habitación – que mas que sala de hospital - parecía la suit del mejor hotel de la época .

         Otras de las recomendaciones del Ministro fue la instalación de un teléfono en la habitación, cuando en aquel tiempo solo era privilegio para algunos elegidos.

         Carrillo conocía bien los gustos de Homero y no podía desamparar a su amigo y comprovinciano, pues ¿qué  podría ofrecerse a un enfermo que tenía poco tiempo de vida? ¿Y para colmo del grave mal,  de estar consciente de ello?

         Cosas que pasaron simplemente y que fueron así, llanas y limpias, desinteresadas, son estos episodios memorables para quienes conocieron el desenlace de los acontecimientos  que hoy los evoco, en un intento, por demostrar hasta donde pude llegar la amistad y por donde va su aliado... el agradecimiento!


Publicado en el Diario La Hora 19 de marzo de 1975.-

HOMERO MANZI: TROVADOR DE LAS COSAS COTIDIANAS.


                               Eran los años difíciles, el arranque de una década llena de sorpresas. Era el 3 de mayo de 1951, cuando el general Douglas Mac Arthur expresaba ante los miembros de las Fuerzas Armadas e integrantes del cuerpo de Relaciones Exteriores del Senado, una suerte de exhortación a los Estados Unidos para que ataquen a China comunista por aire y mar, acusando al presidente Truman de malgastar millones de vidas humanas norteamericanas, de continuar librando una guerra indecisa.
Ese mismo día, desde La Haya, el príncipe consorte de Holanda, Bernardo, manifestaba en rueda de prensa, que no existe dictadura en la Argentina y que el Presidente General Juan Perón obtendría el 70% de los votos en elecciones completamente libres.
En nuestra provincia, se fijaba fecha de inauguración de la Casa de Santiago del Estero en la Capital Federal, en el edificio de Esmeralda 1037, y en la cancha de Mitre, los equipos de Agua y Energía y Comercio Central Unidos jugarían la semifinal que hacia disputar la Liga Cultural de Fútbol.
En Buenos Aires, el pueblo todo lloraba acongojado la muerte de un santiagueño que tuvo la virtud de iniciar una revolución en el campo de la música ciudadana: Homero Nicolás Manzione, mas conocido como Homero Manzi, quien ya había concluido sus “definiciones para esperar mi muerte” a los 44 años:

Vivió la realidad de una bohemia sin par, acompañado de los más destacados intérpretes y creadores del cancionero popular. Conoció en su plenitud el termino de la amistad, para hacer de ella un rutinario oficio, que reiteró a todos aquellos con los que practicó una relación cercana: Scalabrini Ortiz, Arturo Frondizi, Sebastián Piana, Aníbal Troilo, Ramón Carrillo, Luis Delepiane, Ulises Petit de Murat, Arturo Juaretche, León Benaros y tantos otros que nunca cesaron de dar testimonios de la gigante figura de un amigo cabal.
Fue el dueño indiscutido de una lírica sutil y embriagadora que utilizó para destacar las cosas simples y sencillas, para emprender la retirada, quizás, de una culturización erudita que se insinuaba por aquel tiempo. Prefirió que se lo distinguiera por sus características provincianas, por su canto permanente hacia las cosas comunes, a las que destacó en el misterio de sus poesías, mezcla de vaticinio y realidad.

“ Puede decirse que en 1925 carga los signos de un reinvidicacionismo “criollista” – cultural y estético- que reniega del color local, de pintoresquismo y del populismo explotados por toda una línea de poetas y escritores en beneficio de una criolledá, como diría Borges, mas esencial y depurada, en cierta forma mas discretamente popular (o menos manifiestamente chabacana o conventillera) una criolledá “patricia”, que abomina de los “ lindos frasquitos” del “amure de la percanta” de la “lámpara del cuarto” y de la seducción de Milonguita y pone en su lugar la escenografía y la tipología viril de huecos, borracherias, comités y casas malas que menta Borges en “Ascendencia del tango” (Revista “Martín Fierro”, 20/1/28).

BORGES Y MANZI: UN DESENCUENTRO.

Indudablemente, tanto Jorge Luís Borges como Homero Manzi, se conocieron, aunque ni fueron amigos, ni compartieron idéntico camino en el ámbito del espectro cultural. Canessa, empleado de la CIAE, evoca los versos de Sur, para documentar la valía poética de este autor, de quien Borges dijo en “Italo” Nº 6, que como Enrique Santos Discépolo, fue un malísimo poeta.

El juicio de Borges levanto una polvareda de reaccione y no fue Canessa el único que hizo conocer su desacuerdo. Enrique Celestino, jefe de la sección “Gestiones del Personal”, escribió un pequeño ensayo destinado a probar que tanto Manzi como “Discépolin” fueron talentosos poetas porteños, por lo menos quienes les encuentran méritos literarios tienen algunos antecedentes a su favor: en 1931 Arturo Cambours Ocampo incluyó al autor de “Sur” en su antología que recogió los versos nostalgiosos de este poeta nacido en Añatuya, en Santiago del Estero.

Pero esto, al parecer, no conmueve a Borges, porque: “Manzi no sabia nada de malevos” y para el autor de “El Aleph”, el tango no puede ser otra cosa que “música de malevos” ( “Todo Borges y...” Edición Revista Gente, pag.135).

Lejos del conocimiento real y la casualidad contemporánea, la poesía de Borges y la de Manzi hablan distintos lenguajes, como distintas fueron sus posiciones ante temas de trascendencia y hasta en la misma vida. Fueron dos visiones distintas del tango, identidades contrapuestas que escogieron cada uno, para luego marchar por distintos caminos.
En una curiosa aproximación sobre el mismo tema, se advierte la concepción distinta que inspira a cada uno de estos poetas. Por un lado el Borges visionario que abarca la universalidad de un conocimiento especial y profundo de las cosas.

Mostramos aquí una curiosidad literaria que ambos protagonistas asumieron sobre un tema común - el mazo de naipes -, el que obviamente fue tratado desde la postura particular de cada uno. Como también resultan distintos, estilos al margen, los contenidos y las proyecciones que Borges advierte cuando escribe “Milongas” como la “De los morenos”, “Don Nicanor Paredes”; “De Albornoz” o “ Milonga para los orientales”, (en “Para seis cuerdas”, 1965). Otro es el fondo que matiza Manzi cuando escribe “Milonga de los fortines” “Triste”, “Sentimental” o “Puente Alsina”.

“Cuarenta naipes han desplazado la vida.
Pintados talismanes de cartón
nos hacen olvidar nuestros destinos
y una creación risueña
va poblando el tiempo robado
con las floridas travesuras
de una mitología casera...”

(Jorge Luís Borges, “el truco” “Fervor de Buenos Aires” 1923)

“Cuarenta cartones pintados
con palos de ensueño, de engaño y amor”
La vida es un mazo marcado,
baraja los naipes la mano de Dios
Perdí los primeros convites
parando en carpetas de suerte y verdad.
Hoy juego mi trampa tranquilo
Y entre oros y bastos te habré de olvidar...”

(Homero Manzi, “Monte criollo”, con música de Sebastián Piana, 1935, escrita para la película del mismo nombre)

Sin duda la poesía de Manzi, que prefirió plasmar sus propias vivencias en cada una de sus composiciones, pertenece a una esencia especial, toma como base la realidad de las cosas mundanas, para ofrecer su propia cosmovisión, desprovista de todo impedimento que interfiera entre la simplicidad y el paisaje.

Puso su marca en cada uno de sus trabajos; como estableciendo diferencias, entre una época y otra, pareció advertir con mucho tino, que al tango le estaba haciendo falta un cambio, para que pudiera deslizarse por otros ambientes.

Rescató la imagen triste que ocupaba la mujer y el amor en las letras ciudadanas, para reivindicarlas y concederles un sitial conforme con la representatividad que le es propia. Ese intento le valió el reconocimiento general de parte de todos los tratadistas de la temática porteña y por mas que se empecinara en hacerse llamar “letristas de tango” nadie dudo de que se trataba de un poeta que marco distancia entre sus pares, porque impuso un estilo distinto en la temática arrabalera; lo había dotado al tango de una sutileza sin par.

“ En general, por ejemplo, las que tienen que ver con la cuestión de la identidad o la especificación cultural (tal vez deba decirse “nacional”) de lo argentino, tal como aparecen planteados en los manifiestos, presentaciones, encuestas y artículos de la revista; y subsidiariamente las que sirven para tomar distancias frente al “plebeyismo”, el “sentimentalismo” y el “populismo” de los hombres de Boedo, sin evocar, por supuesto, a los escribas embanderados en la industria nacional.

Es interesante desde el punto de vista, la distancia personal que tomara Homero Manzi respecto a este conjunto (“Los martinfierristas y su visión nostálgica del tango”, diario El Clarín, 5/2/87).

REALIDAD, POESÍA Y POLÍTICA.

“El imaginario incesante”, lo llamo Petit de Murat, y no se equivocó en el apelativo para definir a un talentoso que también buceaba entre las imágenes del cine – siempre sobre la temática criolla – otra de sus grande pasiones.

La política no le fue ajena, y lo encontró militante de las grandes causas nacionales y populares, coherente siempre con su condición de muchacho sencillo y nostálgico de las cosas de la tierra que lo vio nacer, y a la que nunca dejó de evocar.

“Es una síntesis en la cual cruzan Baudelaire y Carriego, Betinoti y los simbolistas, Lorca y el folklore, los ultraístas y la literatura del tango” decía Aníbal Ford en “La historia popular” Nº 27.
Proyecto imágenes extrañas, metáforas que constituyen un hallazgo en la practicidad de su poesía. Seguramente le era esencial llegar al entendimiento generalizado, rico en matices distintos y auténticos a la vez, para la comprensión de todos y el regocijo de algunos que encontraban en el canto, su propia identidad.

“Fuiste por mi culpa
golondrina entre la nieve,
rosa marchitada por la nube que llueve.
Fuimos la esperanza que no llega,
que no alcanza,
que no puede vislumbrar
la tarde mansa.
Fuimos el viajero que no implora,
que no reza,
que no llora,
que se hachó a morir...”

El destino lo quiso despierto y en la plenitud de su lucidez, hasta el momento de su definitiva partida hacia ese SUR, desconocido y triste, mucho mas lejos y solitario que el paredón de Pompeya.
¿O es que había iniciado su marcha hacia un “barrio de tango”, cuando misteriosamente y a propósito “esa puerta se abrió para su paso”, para no regresar?
“Se recogió en aquella callada, pensativa y acelerada auscultación del hecho que habría de producirse inexorablemente, cuando la revelada fatalidad del mal, que estaba desgajándolo, lo venia a “punguear” – lanza en ganchete – sobre el preciso instante en que estaba cargando “su cuero” de esperanza, orejeando en la hueca y sin recelos. El barrio no es el mismo, y la ternura troila de Pichuco, ¿para llorar que cosa?" Expresaba su amigo y compañero Cátulo Castillo.

Sin duda hasta las palabras se terminan, cuando nos damos cuenta de que no estamos, aunque nos queda el consuelo de saber que no podemos morirnos del todo, de una sola vez en especial si alguna vez tuvimos la oportunidad de cantar a nuestro pueblo:
“Se que hay recuerdos que querrán abandonarme solo cuando mi cuerpo hinche un hormiguero sobre la tierra. Se que hay lagrimas largamente preparadas para mi ausencia. Se que mi nombre resonara en oídos queridos con la perfección de una imagen...”

“Manzi utilizo la nostalgia como el común denominador de una obra, cuyo resultado final fue evitar que los mitos de la ciudad de su infancia se esfumaran. En su rescate terminó por construir una mitología del ambiente suburbano de principios de siglo. Acribillado por las contradicciones propias de la clase media, mientras por un lado militaba para cambiar la sociedad, por otro, mantenía una actitud de tono conservador, según la cual “todo tiempo pasado fue mejor”, porque en la época evocada existía un orden que a la distancia supone ideal. El Manzi militante peleaba con el poeta elegíaco. Como resultado la poesía llego al tango y se instaló a sus anchas. Su mérito consiste en haber señalado el camino mediante obras perdurables que hace tiempo, por horror de puristas, se codean con los mejores textos de la poesía argentina”. (Horacio Salas, El Tango, pag. 239).

Manzi se embanderó en la corriente modernista que por su tiempo se gestaba, atenuado los efectos que la poesía dura y descarnada, que hasta el momento se la conocía dentro del tango. Abandonó la temática tradicional (llamémoslo mejor “arrabalera”) para trabajar sobre las cosas simples, pero con distintas imágenes quizás por la influencia de Carriego al que tomaron como modelo indiscutido casi todos los letristas que trabajaron el tango, hasta casi el final de la década del cuarenta, o bien por tratarse de un talento particular, que supo ingeniárselas para decir de otra manera el verso consustanciado con ese particular momento.

ENTRE DOS CORRIENTE EN BUSCA DEL “SER”

“De la canción del barrio, a la letra del tango que inaugura Contursi con “Mi noche triste” hay un paso y el poeta mayor de esta tradición sentimental, Homero Manzi, comienza su obra con “Viejo ciego” (1926) y uno de sus últimos tangos, “El ultimo organito”. En estas letras retoma casi intacta, pero con las necesarias adecuaciones estéticas, la atmósfera carrieguista, sus personajes y su obsesiva nostalgia de una pasado mejor, previo al abandono. Todos ellos, la vecina enferma, el organito, la viejo ciego, el cafetín y su mundo, reaparecen poblando la edad de oro de los sentimientos, como el espejo idealizado de la vida del porteño” (Osvaldo Pelletieri, diario El Clarín, 18/12/86, Discépolo y la letra del tango).

Sin duda Manzi vivió la época del transito obligado de los albores de nuestra conformación de identidad, al hecho definitivo de la caracterización a la que hoy asumimos como nuestra, que no es otra que el “argentinismo” que navega por dos corrientes culturales, una que “importamos” desde Europa y a que todavía adhiere y la otra que peca en lo ancestral, que muestra un rostro que pertenece al pasado que ya ha sido superado por la realidad.
Son las dos facetas a las que nos acostumbraron desde nuestra concepción como Nación y por las que aun transitamos, en busca de ese “ser” argentino que constituye la síntesis de nuestra propia historia.
Quizá por allí estén las causas de las luchas culturales que muchas veces nos llevan a cerrar los ojos ante un hecho evidente y a desconocer los auténticos valores que son las fuentes de nuestro patrimonio intelectual.
La tarea de nuestro autor, pese al juicio mezquino de algunos de nuestros gloriosos exponentes de la creación literaria, ha cumplido un rol de preponderancia, por lo que creemos que justifica su inclusión dentro del acervo del patrimonio vivencial de la cultura. Y compartimos con los que estudiaron su obra y le encontraron quilates, aunque al margen de las bondades de lo estrictamente literario, lo rescatamos como a un entusiasta defensor de las causas nacionales y populares, no solo por lo que pudo escribir, si no porque vivió inclinado hacia una actitud de vida que celebramos y nos conforma.

“Y también se que a veces dejara de ser un hombre
y será solo un par de palabras sin sentido.
Estoy lleno de voces y de colores.
Unas veces recogido en el sonambulismo de la marcha.
Otras, inventados tras mi propia soledad.
Con ello se integrará un cortejo final de despedida”.

Demasiado joven y en la plenitud de su labor artístico y literaria, no pudo resistir una cruel dolencia que calló su canto de trovador enamorado de las cosas cotidianas.
Tres de sus más preciados amigos lo despidieron en su morada final, Jorge Farias Gómez, Cátulo Castillo y Francisco García Giménez.
El entonces presidente de la Nación General Juan Perón, fue representado por su adecán. Algunos le atribuyeron esta frase: “Para esto... no hay reposición”.


Publicado en el diario El Liberal, 30 de abril de 1988.- 

HOMERO MANZI: AÑATUYA ES AÑA… MIA.-


                                       Indudablemente había en Manzi una definida vocación por las letras, ello fue reiteradamente evidenciado a lo largo de su vida, y él mismo se encargó de confirmarlo en toda ocasión que tuvo de definirse a sí mismo.
   Es imposible pedirle a un artista que omita el rumbo que caracteriza la bohemia y Homero lo sabía, así como sabía lo que sería su vida, su camino, y su huella, una marcha audaz y comprometida que inició al comienzo de su juventud trajinada y distante de su provincia natal.

TAL VEZ ALLÁ EN LA INFANCIA.

  Su vida habría sido muy distinta, de haberse moldeado en su Añatuya de entonces. Pienso que la formación de un artista depende como es lógico, del ambiente en que se adapta el personaje en su juventud, como las fuentes en donde se informa, cuando descubre su vocación y sus pasos posteriores.

   Homero pudo escribir de otra manera, de haber vivido sólo en Santiago, pues el ritmo de vida de una provincia, es lo opuesto al de una gran ciudad. En síntesis, las cosas hubiesen tomado otro cariz porque a las condiciones la imponen los medios, así lo exigen y una razón muy especial la constituye,  Luís Manzione el hermano mayor de Homero, considerado por muchos escritores como el mejor sonetista que haya tenido la provincia, otro de los grandes valores de la cultura injustamente olvidado.

   Luís pudo influir mucho en el estilo de Homero, pero no fue así. Ambos tomaron caminos distintos dentro de las letras aunque más adelante lograran hermanarse y esta vez sea el ideal político quien los una otra vez.

SOY  HOMBRE DE LEANDRO ALEM.

   “Aquella Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, mas conocida con la sigla F.O.R.J.A y en donde se alinearon: Luís Dellepiane, Arturo Juaretche, Gabriel del Mazo, entre otros y que fuera fundada el 29 de junio de 1935, fue la pasión política de aquel entonces para nuestro poeta. Allí evidenció su lucha y su fuego interior, pasiones nacidas en las injusticias de una época dura y triste para el país y por eso el destino de su militancia y quizá también la declaración inicial de FORJA: “somos una argentina colonial, queremos ser una argentina libre.”

   Homero ya estaba formado cultural y políticamente. Aun mas, ya luchaba por un ideal. Lejos habían quedado los años de la primaria. Primero la escuela de Boedo y después el pupilaje en el Colegio Luppi, de Esquiú y Centenera.” (Aníbal Ford: Homero Manzi).

   También habían pasado los años del Mariano Moreno y era la Facultad de Derecho la nueva cita del poeta y la nueva aventura, que no duró mucho tiempo, porque Manzi estaba hecho en la exacta medida de su tiempo y  sus costumbres, consubstanciado con esa hermosa palabra llamada compañerismo, la causa por la cual fue expulsado de la U.N.B.A. Seguramente pensó que ya todo estaba perdido, también las horas de cátedra que tenia en el colegio antes citado.

   Había que empezar de nuevo, pero Manzi decidió seguir la lucha, aunque más adelante llegara  doliente  al arrepentimiento plasmado en su poema:  Treinta años.

“Cuando me ví expulsado,
quise hacer un recuento
Y tenia un poema y un
amigo entre cien...”

   Cuanto dolor hubo sentido el poeta ante un nuevo revés de su destino, había caído derrotado por ser sincero y consecuente con sus propias ideas y ya sabia lo que sería su futuro. Dejó perder la gloria de un destino grande, pero no todo estaba perdido, pues su juventud era una espada nueva para seguir la lucha y había mucho tiempo por delante.

ASÍ EVOCO TUS NOCHES BARRIO E´ TANGO.

   Después vinieron muchas tantas emociones, tangos, milongas y valses. También llegó el teatro, el cine y el gusto de la fama. Allí tantos amigos como Piana, Castíllo, Troilo, Lípesker, Demare, Malerba, Fernández, Siro, Petit de Murat y tantos otros muchachos de Buenos Aires que también llevaban el arte “metido” en la piel como lo llevara Homero.

    Hablar de Manzi era para el país de entonces, lo mismo que hoy decir: Gardel,  máxime cuando éste le grabara su Milonga del 900, inspiración de nuestro poeta con música de Sebastián Piana editada allá por el 1931.

    Después cuenta otro resonante éxito: Fueye con música de Charlo. Otro de los triunfos de Manzi fue, El Pescante, junto a Piana donde nuevamente obtiene el segundo premio en el concurso de tangos realizados en el Teatro Sarmiento en la obra La canción de Buenos Aires.

   Del mismo tiempo son las voces de Amanda Ledesma, Mercedes Simone, Tita Merello y Libertad Lamarque, después vinieron otros cantantes que alcanzaron fama gracias a los tangos de Homero y lo dúctil de sus voces: Alberto Castillo, el cantor de los cien barrios porteños. Edmundo Rivero que inmortalizara  Sur,  Floreal Ruiz con Romance de barrio.También cabe recordar los nombres de Alberto Marino, Angel Vargas, Francisco Fiorentino y otros tantos valores que aun continúan en vigencia.

   En 1942 llegó el cine con Francisco Petrone, y su Pampa Barbara. En el mismo año, Enrique Muiño con La guerra gaucha. Otros de los grandes amigos de Manzi fue Hugo del Carril con quien compartió el dolor de las luchas políticas y el film Pobre de mi madre querida – inmortal página de Bettinoti- como también lo hizo protagonizando el ultimo payador, esta vez dirigido por Homero y Ralph Papler, allá por el año 1950... un tiempo antes de la desaparición de nuestro personaje.



Publicado en diario La Hora, 14 de marzo de 1975.-

HOMERO MANZI: “VAMOS QUE TODO DUELE ¡VIEJO DISCEPOLIN!”


                              Indudablemente – como ya dije- Manzi además de poeta fue un autentico visionario, lo que se pudo advertir en el mensaje que ofreció. Su pensamiento de alto contenido popular, estuvo siempre al servicio de las corrientes en masa que nacían al toque inaugural de los nuevos tiempos que se insinuaban sobre nuestra tierra.
         Agudo observador de las intrincadas realidades que el clima político ofrecía y critico decisivo de los acontecimientos a desencadenarse visionó la nueva corriente que orientaría al pueblo argentino en estos últimos 30 años, cambiando así toda aquella lucha nacida en el radicalismo de Yrigoyen  y del seno de FORJA por un “peronismo” que avanzaba a pasos agigantados sobre todas las conciencias del pensamiento nacional.

Manzi no había cambiado en vano, ni había efectuado en ese paso un corte definitivo a su eterno ideal, solamente visionó un futuro no lejano y se plegó a las circunstancias que la época ofrecía, es decir que como siempre se colocaba cerca del sentir popular y acompañaba la firme decisión de la mayoría como un autentico demócrata que fue.

TUS VEINTE AÑOS TEMBLANDO DE CARIÑO.

Lejos habían quedado aquellos viejos recuerdos de la inolvidable juventud, lejos de la palabra de fuego y de la letra impresa con sangre, junto a la multitud de tribunas políticas, mítines de barrio y ruedas de café.

El tiempo había pasado inexorablemente para el país y para Homero, que lentamente se consumía bajo las garras de los efectos de un mal incurable.

Era consiente de su estado de salud y de su dolor, de los pocos días útiles que le quedaban para producir, los que no debían desaprovechados. Fue participe conciente de todo lo que se avecinaba y de lo que se estaba muriendo con el.

Quizá Aníbal Ford tenía razón cuando escribió: “imagen amarga en medio del peronismo. Encerrado en el tango triste, frente a la muerte, ahondando siempre sus frustraciones y no sus éxitos con la mente junto al peronismo, pero tal vez con el corazón junto a aquel yrigoyenismo que sintió tantas veces traicionado, acostumbrado durante muchos años a  caminar junto a los vencidos...”

    Pero Manzi, fue inmodificable, como lo definió su amigo Arturo Juaretche: “una mezcla curiosa de porteño de barrio de intelectual del centro con un arrastre provinciano, santiagueño y campero, curiosa mezcla que coordinaba muy bien, dando un tipo de hombre argentino integrado...”

ARRABALES PORTEÑOS DE CASITAS ROSADAS.

Dile que fue un visionario porque a la vera del camino no pudo olvidar las cosas que había amado, no podía olvidar ese amor producto de muchas noches de pluma y de papel, de ideas y recuerdos.

       Presintió su final y el de su gran amigo y colega Enrique Discépolo. Quizá el simple contacto de muchos años le había otorgado a Manzi advertir por una cuestión de piel y de alma el dolor ajeno y la emoción guardada de triunfos y fracasos.

Casi el final concretó un poema, pero no uno cualquiera, fue uno especial que estaba viviendo en sus últimos días. Creó un poema con miedo y ansiedad, con rencor, con ironía... con culpa...”

Allí estaba él reflejado en todas sus facetas. Estaba Buenos Aires, estaba Discepolin y todo el cariño que los unió a lo largo de aquella amistad de noche y de música.

“Sobre el mármol helado,
migas de media luna
y una mujer absurda que
come en un rincón,
tu musa esta sangrando
y ella se desayuna
el alba no perdona,
no tiene corazón.”

Evidente alegato en contra de la muerte y a favor de la vida. Manzi mira el mundo con desazón y tristeza está evidentemente, cansado y tiene rabia. Dolor de saber que debe, que aunque se resista debe marcharse tan temprano.

Allí clama, busca, llora. Se aferra a sus últimos días y lo llama, a su amigo, porqué presiente que muy pronto también ha de marcharse para siempre de las noches de Buenos Aires, el autor de “Cambalache”

“No ves que están bailando...”
¡No ves que están de fiesta...!
¡Vamos que todo duele...!
¡Viejo Discepolin...!


TUS MANOS DOS PALOMAS QUE SIENTEN FRIÓ

En ese poema a escrito en homenaje a su entrañable amigo, Discepolín,  el poeta santiagueño puso el poco calor que le quedaba, al igual que las ultimas noches con vida, que sabía eran cortas.

      Manzi parecía tener mucho que ver con la inspiración de Alejandro Cassona, hasta el punto de comparar su vida, con la obra del insigne  dramaturgo, precisamente con aquella que decía que: “Los árboles mueren de pie” aunque le estén talando el alma, poblada de tantos episodios y mágicos recuerdos.

El tres de mayo de 1951 la capilla ardiente levantada en el local de SADIC, de donde fuera su último Presidente, fue el mudo testigo que acompañó el féretro de Homero.

       Llantos por las calles y el silencio característico que vierte en lágrimas la noche de Buenos Aires. Amigos, colegas, correligionarios y el pueblo están presentes ante los restos del poeta muerto.

Todo pareciera que lleva el clima del final pero la realidad indica que no es así porqué en cualquier lugar alguien esta pensando o tal vez llorando a un poeta que siempre se jugo de frente, cuando hubo que dar la cara. Seguramente a muchos les está doliendo el chau definitivo de Homero de ese muchacho que quiso una cultura para el pueblo,  esa misma cultura que nos está doliendo a todas nosotros y a quien todavía no podemos liberar.


BIBLIOGRAFIA: Alen Lascano Luís C., Homero Manzi Poesía y Política. Brevetta Rodríguez, M. Hombres Santiagueños (en preparación); Ford Aníbal, Homero Manzi.; Salas Horacio, Homero Manzi: antología.-

Nota del Autor: Todos los títulos de los artículos publicados, además de los epígrafes utilizados en dichas notas, son estrofas de los versos de H. Manzi.-


Publicado Diario La Hora, 1975.

HOMERO MANZI: AÑATUYA PAREDÓN Y DESPUÉS...





                   Mil novecientos, comienzo de un siglo que sería para la Argentina un “envión” adecuado a la extensión del progreso, a la creación de nuevas pautas y modernas costumbres.

Una nueva era daba sus primeros pasos, se inauguraba un siglo que mas adelante estaría aparejado de in justificativos conflictos, producto - para muchos- del tiempo que se vivía, convulsiones y enredos, viejas estructuras derrumbadas, contorno de cosas que comienzan a ser historia.

Era la segunda presidencia del general Roca, cuando toda Europa, quería “hacer la América” llegándose a la Argentina, en donde se decía que el dinero estaba tirado por las calles.
Así con esos sueños largos y azarosos se vinieron los Manzione a sentar reales en un Buenos Aires que prometía lo que el viejo mundo no pudo otorgarles.

SAN JUAN Y BOEDO ANTIGUO

El barrio de Boedo era el sitial en donde don Luís Manzione se afincaría desde el comienzo en el nuevo país. Allí junto a su compañera Ángela Presttera, uruguaya, proyectarían sus tantas ilusiones.

Sus ambiciones de recién llegados y las tremendas ansias de cumplir con su cometido; vivir de otra manera.
Después vino la idea de caminar distancias, seguramente el matrimonio se interrogó con la mirada cuando se habló de Santiago del Estero, aun mas, cuando había que llegarse hasta Añatuya, un pequeño pueblito próximo al departamento Matará, situado cerca de las márgenes del Salado.
Y hasta allí se llegaron don Luís con su hermano Carmelo, ávidos de progreso, deseosos por trabajar el suelo de esa nueva ciudad: Santiago del Estero.

AÑATUYA ES...AÑA MIA

Añatuya era un sueño alado de don Luís Manzione y su hermano, pero la realidad le advirtió que tampoco ese era el camino de la quimera, a través de las largas luchas en procura de las transformaciones de las áridas tierras santiagueñas.
Allí todavía está la vieja casona llamada “El 13”, cercana a las vías del ferrocarril, hoy convertida en una precaria escuela.

Allí nacen santiagueños: Luís; Esther, Dora, Román, Raúl, Homero, Nicolás, Guillermo, e Hilda.

Es en Santiago del Estero, precisamente el pueblo de Añatuya un primero de noviembre de 1907 cuando Homero Nicolás Manzione abre sus ojos a la realidad lugareña, a la sequedad de los campos, al dolor del obraje, al altar de la miseria de los que trabajan sin descanso dando la espalda a un sol que sabe hacerse sentir cuando la se hace la siesta:

“Tras un verde ventanal
junto al mismo algarrobal
conocí la luz del día”.

Así cuenta Homero su nacimiento, en su poema “Añatuya” al que no se le conoce su música.
Cortos días de infancia pocos, por no decir nada, vivió Homero en Añatuya.

No se trataba de decidir un camino, ni una ubicación, había que seguir el rumbo que el destino había dispuesto para un autentico poeta de las cosas cotidianas. El no podía quedarse en su tierra natal, tenia que seguir la marcha de los acontecimientos a los que estaban sujetos sus padres.

Otra vez Buenos Aires, porque el cordón que ligaba a don Luís no estaba cortado en definitiva como lo hizo su hermano Carmelo, al casarse con doña María Isabel Gómez Alcorta, perteneciente a tradicionales familias santiagueñas, y afincándose definitivamente en la provincia.

ESA PUERTA SE ABRIÓ PARA SU PASO

Homero pudo haber nacido en cualquier parte, pero el destino quiso que sea santiagueño y aun mas “añatuyense” como para demostrar mas aun, su condición de provinciano que a fuerza de ver y sentir las injusticias, se hacen poetas cuando no nacen artistas, quizá de haber vivido su juventud en contacto con la naturaleza de su tierra, hubiese sido distinto su camino al igual que su verso y su pasión.

Quizá hubiese preferido ser “hombre de letras” que haber elegido ser un “creador de letras para los hombres”. Pero todo fue distinto, casual, le llamaría, a su nacimiento en Santiago y su permanencia en Buenos Aires. Allí vivió su juventud y su niñez iniciada en su tierra natal, allí se hizo hombre y poeta.

Lo importante es que siempre se reconoció santiagueño, e hizo gala de su condición de provinciano como que afirmó que se sentía: “un provinciano otario que quedaba con la boca abierta, ante un tranvía”.

Veintidós años habían pasado desde que los Manzione estaban en la Argentina, quince años cumplía Homero y las primeras letras ya estaban en el:

“Dame un beso
te dije ferviente
y un beso sin fuego
pusiste en mi frente”.

“Era el vals “¿Por qué no me besas?”, con evidentes influencias de rezagado modernismo, justificables si pensamos en la juventud de Manzi. Era su primera letras de acuerdo con las reglas establecidas por el gusto sensiblero, tan en boga.” (Homero Manzi: antología. Selección de prologo de Horacio Salas).


Publicado en el diario La Hora, el 11 de marzo de 1975.-