Dicen
que la nostalgia es un asunto de pocos, pero a veces siento que el
tiempo, en verdad se ha detenido en una de esas esquinas en donde
acostumbrábamos a ver pasar aquellos días que por entonces parecían
interminables.
Si, “vivir es ver volver…”, así como vos lo
entiendes, creo que estoy llegando todavía a esos mismos lugares, un día
cualquiera, también a la misma hora, ¿y quién me cuenta que nada se ha
perdido...?
Me dicen por ahí que todo está cambiando, pero
sin embargo cuando salgo a despuntar el ocio y me encamino por la
costanera, me detengo a buscar ese árbol regordete y una vez más, veo
enclavada- como para siempre- el mismo eucaliptos con ese corazón
tallado a fuerza de cortaplumas y mi nombre escrito a puro sentimiento
junto con el de ella, y me da la impresión que esa herida impresa en la
madera blanda, no está del todo cicatrizada aunque casi ya no se la
distinga, por oscura y por vieja, son las mismas heridas que sangran
todavía sin encontrar motivo.
Te comento y aunque no lo creas, que ayer nomas juraría que lo ví entrar al Chonchón Chazarreta por la puerta de atrás
de la Iglesia San Francisco para decirle al padre Alcaráz , que no
mezcle la teología con la metafísica porque las viejas, que dicen ser
dueñas del primer banco, por la posesión que ejercen sobre él, no
entienden para nada sus sermones, y peor aun si el Chocho Gallardo
arremete con el “Cristianos Venid” y Cachita González, desaforado en un
solo de voz.
Quise hablar con el Padre Pinel, pero de golpe
me di cuenta de que antes mis ojos se había instalado una especie de
espejismo, que es lo mismo que presenciar el gesto de la memoria
traicionada por una ráfaga de angustia. Por eso me encamine por la
Avellaneda, como quien ir hasta la acequia Belgrano y me paré en la
esquina de Bala, pensando echarle un vistazo a las novedades del kiosco,
pero advertí que ya no estaba a la venta la revista Crisis, ni
Panorama, ni el diario La Hora.
Me pareció raro. Miré hacia lo alto y con
admiración descubrí que la terraza de la Ideal fue terminada y ya no se
escucha mas la música ambiental de Nacho Araujo suavizando las noches de
este otoño, quizá porque dejamos pasar la oportunidad de quedarnos
adentro habitando ese tiempo sin retorno.
No se si a vos te ocurre como a Serrat cuando
cuenta aquello de los fantasmas del Rocín, pero a mi me gusta esta
esquina porque presiento que en cualquier momento la veré pasar a
Martita Carot rebosante de sol, escondiendo las manos para que nadie se
de cuento que le crecieron las uñas para arriba, pasaría Minusa blonda y
sonriente, Julia encantadora, Eulalia colegiala y Carmela angustiada
porque una vez mas llega tarde a la cita, será María Teresa la de los
ojos de color menta, Norita despintada y Silvia distraída con su rostro
silvestre y su figura fina como una mariposa dibujada en el viento.
Ellas seguramente se irán perdiendo por la
galería del flamante Tabycast, tratando de despistarme, para estropear
la fiesta de mis ojos y silenciar el galope de mi corazón; pero esta vez
no se van a escapar porque ya le dejé el mensaje al Don Villa, al actor
Justo Rojas, a Vaccari y a Osorio que tienen allí una mesa fija tomada en
posesión, frente de la librería de la Gilda y si lograsen escabullirse,
mas adelante le encargué me informara los acontecimientos, al maestro
Victoria o a su inefable perro, a Pete Tula, a Lobito, Rizzo o ha Pancho
de la lotería, que no parece, pero lo tiene todo registrado.
Recién le avisé a Julio Montenegro que el sábado
haga un poco de tiempo en Trevi y que consiga mesa porque Kililo Alfano
presentará nuevos temas de los Beatles, el mismo encargo le deje a Toty
Sydow, a Manuel Arce y a Picante Hernández, pero como no son de confiar
trataré de avisarle al cabezón Galván y a Pedro Carol ya que a ellos
les sobra el tiempo y casi seguro harán pasar una botella de Vodka
debajo del chaleco para que la disfrutemos con un poco de limón y Paso
de los Toros.
Me dijo Julio Marcos que le devuelvas el libro
de Galeano, ese de las “venas abiertas...” porque Tito Quiroga lo está
necesitando y el loco Magrassi está un poco engranado con eso de los
indio, en fin, no se si Norita, Meky o Mabel te habrán comentado que no
les gusta mucho el titulo que le pusiste a tus poemas porque “ La Pelota
de la Luna” les da mucha impresión pues afirman que a las cosas
femeninas no les cuelga mucho que digamos, a no ser que tengas una
explicación mejor, pero te sugiero que los títulos no se explican.
Bueno... te dejo porque ha llegado la hora del
asado en lo de Islas y cuando llegas tarde, el inefable Tucho se pone
molesto y te toma todo el vino, seguro que a la madrugada nos
encontraremos en el bar de Chiquito, así seguimos la charla.
P/D: No te pierdas el ultimo de Charles
Aznavour, se llama “Que solo estoy” y dice que a veces ella no nos
comprende por eso de los amigos. Claro. Tengo defectos y quien no, vivir
no es fácil a mis años. Un abrazo
MIGUEL.
Publicado en Nuevo Diario, 28 de mayo de 1995.-
2 comentarios:
Mas vale tarde que nunca, muy bueno
Muy buena recordación
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