jueves, 28 de enero de 2016

LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTIAGO DEL ESTERO

Bibliografía:

 (LUCES Y SOMBRAS EN CUARENTA AÑOS DE HISTORIA 1960- 2000 ) por Ariel Álvarez Valdés. Ediciones ACUSE, 245 pag.-
  
       
                                                             Ariel Álvarez Valdés, al margen de reconocido profesional de las Ciencias Económicas y de los claustros universitarios, es uno de los miembros fundadores de la Universidad Católica de Santiago del Estero y tal como lo reseña en el contenido de este entretenido libro, jamás estuvo ausente en la toma de decisiones en este meritorio y optimista derrotero que cuenta mas de cuarenta años plenos de realizaciones, como de no menos periódicas frustraciones, que resultan tan previsibles y salvables como las que suelen acontecer con todos los emprendimientos que tienen como objetivo la búsqueda del Bien Común y requieren necesariamente la participación y el consenso de las mas diversas voluntades.

Sin duda, nos encontramos ante un trabajo serio y bien cuidado. Corresponde destacar la calidad de la impresión, la selección del material base de las ilustraciones, como así el acertado encuadre y precisión en el análisis histórico, tan elaborado en lo conceptual, como abarcativo en las notas de referencias.

No es común ingresar en la lectura de una obra de contenido histórico-institucional y experimentar de inmediato la sensación de encontrarnos cautivos, entre la narrativa de una lucha de ideales compartidos en pos de una empresa titánica y los avatares de un camino sinuoso, intrincado, en donde el pesimismo – en los primeros tiempos - resultó ser moneda corriente, porque al parecer nadie estuvo dispuesto a cargar con la responsabilidad de un previsible fracaso, pero no así de convertirse en los cosecheros de las mieses, si al final la siembra resultaba fructífera.

Álvarez Valdés, sabe como despertar la atención en la lectura, porque ante todo, sobresale el ejercicio pleno de su didáctica que emerge plasmada en los títulos de su entrega, sugestivos, cronológicos, precisos... y especialmente impregnados de una sinceridad y valentía que merece se destacada, porque no resulta fácil asumir el rol de protagonista ante situaciones no queridas, que bien podrían ser superadas simplemente con el silencio cómplice o con la liviandad de una pluma complaciente.

Pero, el autor no trata en ningún momento de esconder o soslayar aquellos periodos críticos que la entusiasta empresa pudo superar con el tiempo, pues de nada hubiera servido intentar ocultar en esta entrega, lo que tarde o temprano habría emergido a la luz, de ahí lo acertado del titulo que sugiere la existencia de: “luces y sombras” pues coincidentes con Eclesiastés... nada hay nuevo bajo el sol.

Otro detalle para tener en cuenta es el reconocimiento que evoca el autor de quienes actuaron como verdaderos “fogoneros” para poner en marcha ese inmenso tren de ilusiones tendiente a sacar a esta provincia del estancamiento cultural en que se encontraba, llegando los años sesenta, dotándola de esa tan anhelada Universidad, que pudiese contener las mas diversas vocaciones esparcidas por todo el país, produciendo ese desarraigo tan doloroso en nuestra juventud que casi siempre termina en la frustración.

Quienes transitamos alguna vez los pasillos de la Universidad Católica de Santiago del Estero y conocimos de cerca a los precursores que dieron el paso inicial para la concreción de la empresa, somos testigos voluntarios de que el texto en análisis, se ajusta a la estricta verdad y no resulta redundante reiterar los elogios merecidos al padre Bernardo Niessen, tan reconocido y querido por los estudiantes de aquella época, tanto como el Hermano Ermas - un santo y sabio religioso - como acertadamente también lo define el autor.

Y a quienes reconocemos como nuestros formadores en la escuela del derecho y la doctrina social de la Iglesia: Julio C. Castiglione, Francisco Eduardo Cerro, Jaime Verdaguer González, Eduardo Maidana, Julio Víctor Navarro, Rodolfo Arnedo, Azucena Brunello, Luís Lucena, Marta y José Camuñas González, José Néstor Achaval, Garcia Pinto, Raúl Danielsen, Rodolfo Cuestas, Carlos Zurita, entre tantos otros que cumplieron y aun cumplen una laboriosa gestión desde distintos roles para continuar sosteniendo esa obra en constante crecimiento.

La U.C.S.E. que “es una de las pocas, sino la única en el mundo creada por iniciativa de laicos y manejada por ellos” – conforme se reseña en el prologo – ha experimentado en estos últimos años, un notable crecimiento tanto en lo edilicio, como en lo institucional, que la coloca a la vanguardia de los mas importantes centros de estudios radicados en el país.

Por ello no resulta presuntuoso proponer desde esta nota, que las actuales autoridades de esa casa de estudios consideren, se promueva el conocimiento de esta obra pletórica de anhelos y enseñanzas, entre quienes concurren diariamente en busca del conocimiento científico y la realización vocacional, pues resulta vano intentar estrechar vínculos pasajeros y por sobre todas las cosas, porque, no se puede amar lo que no se conoce.

                                


Publicado en el Diario El Liberal, enero del 2005

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