lunes, 25 de enero de 2016

¿RÉQUIEM O DECADENCIA DE LA MÚSICA POPULAR?


       
                                     El tema de la música popular, esta siendo tratado en los últimos tiempos desde los más diversos ángulos, ello se debe a la particular influencia que esta ejerce en los sectores jóvenes de la población.
Si el problema es sociológico la óptica es distinta, al igual que cuando se trata de sacar conclusiones en el campo de la historia, las artes en general o la filosofía.
Nosotros no vamos a llegar a realizar desde esta página, un exhaustivo estudio sobre el tema, mas bien trataremos de destacar el especial sentido que ostenta este tipo de música, su evolución e involución.

LA DÉCADA DEL CINCUENTA

Fue quizá a fines de década del 50, cuando los sellos grabadores arriesgaron sus primeras placas facilitando la promoción de una música contagiosa y excitante destinada a quebrar la monotonía del los tradicionales valses, tangos, el folklore y todo aquello que de alguna manera simboliza una época o una historia.
Al principio se pensó que este intento no pasaría de la característica de snob o porque descartar el retorno a una nueva belle epoque?.
La falta fue que lo estridente de esa corriente continuó mas allá de las predicciones de los entendidos y así el rock and roll adquirió mas adeptos que los necesarios, hasta llegar a constituirse en la única respuesta de una generación sensible al consumo industrial.
La aparición de los Beatles confirmó esa actitud y la revolución musical hizo eclosión en el mundo entero. Por ello podemos decir que esos cuatro jóvenes ingleses son los responsables de una corriente instrumental que no cesa de producir la más encontradas conjeturas y que de alguna manera tienen mucho que ver con el comportamiento que asume la juventud de nuestro país y nuestro continente.

LAS VERSIONES NACIONALES

Reconozcamos que detrás del éxito se esconden muchos valores, entre ellos el dinero que facilita la promoción y recoge sus ganancias, y es seguramente este factor el que motivo a los grupos argentinos a ensayar –al igual que los extranjeros – una nueva modalidad que abría de reportar similares dividendos.
Se intentó y se logró un suceso relativo, por una parte se cosecharon buenos ingresos, por otra tras la ausencia de ingenio y calidad, se llegó a un pronto agotamiento intelectual, pues el arte debe llevar mitad conocimiento y mitad talento y lo intentado poseía solo un bagaje de anhelos.
Pero como “los negocios son negocios” los sellos grabadores continuaron y continúan con sus argumentos que no llegan a satisfacer –en amplio sentido – las exigencias generales.
Y es así como logran esporádicamente visionar la venta masiva de un disco en particular, pese a que editan por día, en los distintos sellos grabadores que operan en nuestro país, millones de placas discográficas incluyendo distintos géneros y diferentes ejecutantes; pero como ya dijimos el negocio es fructífero y con las ganancias de uno, se cubre el fracaso del resto.

RÉQUIEM O DECADENCIA

Lo que no terminamos de comprender es que la llamada música popular o como le llaman otros, nacional, enfrenta en estos momentos un alto o su definitiva decadencia.
Observemos pues, que en la actualidad se están lanzando a la venta grabaciones editadas allá por los años sesenta (Tem Tops Temm Aggers, Iracundos, etc.), que también fueron editadas cinco años antes y así nombrar a: Domenico Modugño, The Pik Ups, Bull Dogs y otros que a varios años de su “cuarto de hora” vuelven a ensayar los instrumentos que en otras épocas les dieron fama y dinero, pero esta vez no como profesionales, sino como una nueva oportunidad para alcanzar un sitial que ya habían perdido merced a la evolución cultural de varias generaciones.
Entonces, el trabajo del artista se limita a renovar un viejo contrato mientras que las grabadoras no tienen más que mandar a editar el vetusto cliché del olvido.
¿Qué ocurre? ¿Hay crisis de compositores o es más fácil, menos riesgoso y más barato trabajar con material de archivo a experimentar con nuevos valores? Por ahora conviene el beneficio de la duda.

OTROS FACTORES

Y así como la música nos obliga no solo a escucharla y sentirla, sino también a manifestarla a través del baile que constituye la manera de mostrar con el cuerpo, lo que desea manifestar el alma.
Los nuevos ritmos que han aparecido en lo que va de las últimas décadas son el reflejo anímico de un modo de vida más agitado, que busca desahogar las tensiones espirituales de una época más convulsiva que la romántica de antaño.
En consecuencia es obvio destacar las incidencias que los cambios sociales ejercen sobre las artes en el transcurso del tiempo.
Casos como el de la “música progresiva” donde se ponen de relieve las inquietudes de una juventud que interpreta las conclusiones que saca como resultado de sus vivencias cotidianas.
Como también es el caso de las “canciones de protesta”, que en un mundo con necesidades apremiantes que no se alcanzan a cubrir, surgen con un compás tan movido como lo es el de los mismos nervios de la actual sociedad.


LA JUVENTUD ES LA QUE ESCOGE

Nos preguntamos: ¿Quién recibe el mensaje de la música popular? Está dirigida a un determinado núcleo poblacional?
Si nos detenemos en cuadros estimativos en donde se reflejan las edades de los que consumen este tipo de música, tendremos que muchas grabaciones están destinadas a solamente un sector bien diferenciado.
Las soluciones consisten simplemente en no permitir que se arrebate el mercado musical con productos poco constructivos en cuanto a formación se refieren, ya que si los editó y se ofrecieran seleccionados productos, la juventud que es la que escoge o deja de aceptar, tendría la oportunidad de deleitarse con obras dignas de mención, o la otra alternativa que es la de volver al pasado.
En una palabra si es genero musical al que hemos tratado, llamados por unos nacional o popular, está en una etapa decadente, no somos nosotros los encargados de dar la última versión, pero a juzgar por los hechos y por lo que contiene la memoria estamos asistiendo a una función que se repite intermitentemente y eso ya es estar decadente.
Por el momento –y en cuanto a esta música se refiere – nos enrolamos con el pensamiento de nuestro gran poeta Conrado Nalée Roxlo y decimos con el: “música porque si, música vana...”


Publicado en el diario El Matutino (Bs.AS.) 7 de enero de 1978.-

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