sábado, 23 de abril de 2016

PRESENTARON NUEVO LIBRO DE MIGUEL BREVETTA RODRIGUEZ


              La Fundación Pensar Santiago y la Editorial Yanasus, presentaron este jueves 19, a partir de las 19,30 en la sede de Utopía, Libros y Café, sito en Independencia 221 de esta ciudad, el nuevo libro de Miguel Brevetta Rodríguez, titulado “Como adiós inteligente entre los dos”. 

Con esta entrega el escritor santiagueño regresa al mundo literario después de una larga ausencia, desde que presentara su poemario “Poemas con Neurosis” (1973). La ilustración de la portada está a cargo de la artista plástica Natalia Ramos Taboada, mientras que la diagramación y el armado en general estuvo en manos del periodista Juan Manuel Aragón.

En la ocasión, el narrador y folclorista Eduardo Manzur tuvo a su cargo la presentación de la obra conjuntamente con el conocido periodista Cesar Leovino Suarez, quienes se referiron a aspectos inherentes de la personalidad del autor que, como se sabe, nació en el Santiago del Estero el 19 de febrero de 1950 y apareció en la vida pública como colaborador permanente de los diarios El Liberal y La Hora, cuando no había cumplido los 20 años. 
Tapa y contratapa del libro Como adiós inteligente entre los dos

En 1970 fue designado director del departamento Cultural de L.W.5. (Radio del Norte) y un año más tarde asumió como director general de Cultura de la provincia y secretario General del NOA Cultural.

Brevetta Rodríguez también desarrolló una activa y dilatada tarea en los ámbitos culturales, políticos, sociales y en los medios de comunicación.

Publicó, Santiago 7 poetas (1972), Poemas con Neurosis (1973) y más de quinientos artículos en diarios locales y nacionales, revistas especializadas sobre política, historia, biografías, poesía y folklore. Participó en numerosos recitales de poesía y teatro leído.

Fue creador y conductor de numerosos programas radiales en las emisoras locales: L.W.5. L.V.11 y L.R.A. 21, Radio Nacional, intervino en publicaciones conjuntas y fue destacado en antologías varias, siendo premiado en distintos concursos literarios, socio de la Sociedad de Autores y Compositores y de la Sociedad Argentina de Escritores.

Es autor de la obra literaria y musical " Personajes Populares Santiagueños volumen I y II." “Así es Santiago I y II." y " Devociones Populares Santiagueñas I y II", declarados de interés cultural y provincial por decretos del Poder Ejecutivo de Provincial.

Su obra actualizada se difunde desde su sitio web.
http://brevetta.blogspot.com.ar/ 


jueves, 21 de abril de 2016

TEDY BUR: UN "BON VIVANT" POR LAS CALLES DE SANTIAGO.


                 Caminaba las calles del  centro como un imperativo cotidiano y a su paso derramaba un sin fin de saludos, porque todos lo conocían y apreciaban al primer "mannequin" vivant que tuvo la provincia de Santiago del Estero.

Contaba mi padre que “el gringo” y sus amigos solían “chimpar” en las lagunas que  - allá lejos y hace tiempo- se formaban en la esquina de Roca y Rivadavia, sin dejar de rememorar que en sus continuos viajes a la Capital Federal, casi al final de la década del cuarenta, lo sorprendía la imagen de su amigo sonriendo desde un inmenso cartel al frente del Obelisco, cuando promocionaba los tradicionales cigarrillos Clifton.

Tedy Bur (Juan Carlos Burgos Peralta) modelo publicitario, vivía por entonces en esa convulsionada Buenos Aires que gestaba la segunda revolución popular en 1945 y anunciaba el ascenso del peronismo al poder.

Fue un verdadero pionero del oficio de modelar junto a su amigo, el reconocido Ante Garmaz, y son ellos quienes abonaron los cimientos para que veinte años después se pergeñara la creación de AMA (Asociación Modelos Argentinos) en donde abrevaron Hugo Puigrós (Palmolive), Jorge Lezama (Superuva Donati), Eduardo Murchio (Embajadores); Horacio Bustos (L.M.), Chunchuna Villafañe (Gillete), Marta Cerain (sastrerías Vega) y Karin Pistarini (vino Resero) entre los más conocidos.

Por entonces el “bon vivant”, volvió a Santiago y al poco tiempo lo designaron como administrativo en la planta permanente del Ministerio de Salud, igualmente continuó con su actividad de modelo publicitario para grandes casas de vestir de la época como la sastrería Sirena, New London y Ñaró. Desfiló en el Parque de Grandes Espectáculos, Los Bancarios, el Jockey Club y animó fiestas privadas con su caracterizado glamur distintivo.


Por los años setenta la juventud santiagueña lucia las corbatas “sicodélicas”, comercializadas, distribuidas y firmadas por nuestro personaje, como diseños exclusivos de su autoría. Otra de sus habilidades destacadas, las mostraba en las pistas de los bailes de entonces: “También lo anuncian a: Tedy Bur ese modelo que  baila en el centro de la pista, una suerte de zapateo americano, a quien todos le hacemos una especie de círculo para observarlo de cerca, lo bueno es que siempre lo acompañan dos bellas muchachas que, me dijeron, serían de apellido Arias, (que viven cerca del Club Piquito) no tengo más datos”. (1)

Entrados los años noventa era común encontrar a Tedy en las misas vespertinas de la Iglesia San Francisco recolectando las ofrendas o saludando a la feligresía en la puerta de entrada del templo. Los fines de semana asistía como parte de un ritual a compartir un café con nuestro grupo en las mesas del Barquito Bar o el Jockey Club. Siempre elegante, locuaz y distinguido.

Con el tiempo lo dejamos de ver, nadie supo informarnos de su ausencia repentina, hasta que no hace mucho, nos anoticiamos de su fallecimiento a los 88 años, un 19 de agosto de 2008.-


(1) http://brevetta.blogspot.com.ar/2016/01/carta-al-zoco-de-la-buri-buri-ii-eran.html

domingo, 10 de abril de 2016

ARIEL ALVAREZ VALDES AMIGO ABSOLUTO

           Los últimos cafés por las mañanas recordaran el dialogo encendido al nombrar la política de aquí y de allá. La avidez recurrente por encontrar los diarios dispersos entre las mesas y mascar las noticias para ilustrar - qué pasa-  al que llegue después, fue por años un ritual cotidiano en los altos de la confitería que mira a la plaza principal.

Con voz clara, suave, pausada, acostumbraba a mezclar las historias para que la elocuencia armonice con el razonamiento profundo del relato.  Muy seguro, jamás dudó de su objetivo, ni de su culto, ni de su profesión, tal vez porque dentro de un corazón exuberante, pudieron convivir en armonía, la frialdad de los números, la comprensión de la historia, el apasionamiento por Rosario y por Santiago y el transitar austero por la poesía clásica e intimista que compartió con pocos, no sé por qué motivos.

Lo advertí siempre cauto, pero apasionado por sus emprendimientos. Cuando comandó el canal de cable T.I.P., me convenció de que sería un buen Director de Noticias y no escatimó recursos con tal de analizar mis comentarios editoriales a mitad de programa, para llamarme luego y expresar su opinión.  

Ávido lector y explorador profundo del estilo y las palabras, buceábamos por todos los espectros del presente y del pasado, sin censurar ningún tema. Siempre presente, el humor afloró en nuestros diálogos, muchas veces, hasta alguna lágrima furtiva. Fue un deleite cada encuentro y un alto honor, el contar con su aprecio y haber abrevado en la inagotable fuente de su sabiduría.

Muchas veces le propuse la edición de sus poesías, lo que generó no más que sarcásticas sonrisas, pero nunca desechamos la revisión del propósito y hasta fantaseamos con su musicalización. Romántico hasta los tuétanos, nostálgico empedernido, lo podía el tango –en la versión borgiana- más cerca del amor que de los guapos.

Nunca olvidaré aquel gesto humilde, desprendido de su generosidad intelectual, cuando me pidió que comentase su último libro: La Universidad Católica de Santiago del Estero Luces y sombras en cuarenta años de historia 1960-2000. (1) 

No me sentí merecedor del alto elogio, conociendo a tanto ilustre en su entorno.  Pero, el don de dar que llevaba incorporado superó el distingo, sin admitir reparos.

En esa obra, Ariel rescató una máxima de León XIII, que insertó previo a la presentación del libro: “La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad”.  Tal como vivió y actuó.


EN VEZ DEL AMOR (2)
Hoy quiero que sepas que fue aquella pena,
querida, muy mía, perfecta y total;
angustia sin tiempo de un siempre futuro
que en llanto y en humo se quiso quedar.
Yo sé que una tarde, aquí por Corrientes,
el último whisky te puso a olvidar,
creyéndote sola en ese desierto
de tus pensamientos y tu libertad.
La vida que nunca remonta la vida
ni cruza dos veces el mismo lugar
abrió en ese instante por dos paralelas
los sueños que apenas yo pude tocar.
Yo se que otra tarde vendrás por Corrientes
detrás de vos misma queriendo llegar,
de besos regada la piel de tu cuerpo,
los ojos desiertos de mirar atrás.
Y entonces mis ansias querrán rescatarte
buscando en el alma su viejo anhelar,
Ya todo cubierto por las hojas secas
que la ausencia deja, que el otoño da.
Corazón adentro te buscaré en vano
y fiel el silencio cubrirá mi voz.
Antiguos recuerdos saldrán a quererte
mas sólo habrá muerte, en vez del amor.
 A.A.V.


FUENTE:

2- Poema inédito en mi poder, con música en tiempo de tango por José Tomás Lescano.

jueves, 7 de abril de 2016

EL “GRINGO” JENSEN.

Casa de gobierno: dialogo político con el Partido Conservador Popular 1982
                  Bien temprano, casi todos los días, cruzaba en diagonal la plaza Libertad y encarando por la peatonal, valija en mano, se encaminaba hacia tribunales a “pasillear” la tarea de la profesión. Siempre igual. Elegante, sencillo, derrochando a su paso, austeridad y simpatía. 

Hace unos días, inesperadamente le dijo basta a la rutina y se marchó por los silencios inescrutables de la muerte. Carlos Alberto Jensen Viano, no quiso seguir litigando y eligió el otro camino.

Lo conocí allá por los setenta, cuando aceptó tomar las riendas del ejecutivo provincial, en los albores de una década ingrata que le dio la espalda a la Constitución y a los derechos individuales. Sin embargo, en ese lapso se mostró sereno, cauto y diligente, hasta la normalidad institucional, cuando le entregó el mando a un Carlos Juárez que llegaba entusiasta prometiendo agua y caminos.

Fundador del partido Demócrata Cristiano en la provincia, militó y formó a generaciones de entusiastas partidarios desde la doctrina Social de la Iglesia.

A menos de una década, desde su asunción como delegado federal, cuando el país, una vez más, se debatía entre lo inexplicable y la sin razón, fue nuevamente convocado para dirigir los destinos de los santiagueños. Eran los años para los memoriosos, de una violencia cruel y fratricida, cuando cualquiera desaparecía sin dejar rastro, ni explicar causa o motivo.

Y otra vez, el “gringo” Jensen –como cordialmente se lo conocía- gobernó una vez más, sin estridencias, sin sobresaltos, sin infortunios, por ello me recuerda a Lucio Quincio Cincinato (1) aquel  general y político romano, hacia 519 a.C. - 439 a.C., que fue llamado en dos oportunidades para ordenar y pacificar las turbulencias de su pueblo, siendo considerado para la designación, por su honradez, integridad y rectitud ante las debilidades del poder.

También, lo escuché desde la cátedra de Derecho Público Provincial en la Universidad Católica de Santiago del Estero. El me escuchó el 21 de enero de 1983, cuando asistí –por su invitación- a la casa de gobierno, representando al Partido Conservador Popular, en la ronda del diálogo político, próximo a la normalidad constitucional. 

Esa mañana, sin articular palabra, solo con la mirada atenta y comprensiva, aguzó su oído, cuando expuse: “… que las cárceles estaban llenas de jóvenes inocentes, tras una política económica propia de la edad feudal, que la famosa CONAREPA, debía funcionar también en la provincia, ante el rumor de funcionarios ricos, que surgió una nueva clase, la de los desaparecidos y que estos últimos años se inscribirán en las paginas negras de nuestra cultura provincial, pues sus autoridades impusieron a nuestros artistas las más increíbles formas de censura, propio de mentalidades ajenas a la evolución de nuevas corrientes y que los “testaferros de la contracultura” carecen de idoneidad y representatividad para lograr una obra coherente y digna y acorde a nuestro patrimonio cultural.” (2) 

Recuerdo que antes del dialogo le pedí el retiro de uno de sus funcionarios de la mesa -lo tenía al frente- a lo que accedió de inmediato. Gobernó con comprensión y mesura y en ningún tramo de sus gestiones abandonó su hidalguía, ni ese don de gentes tan característico en su personalidad.  

Junto a su entonces Ministro Federico Lannes, promovieron la repatriación de los restos de nuestro ilustre comprovinciano el Dr. Ramón Carrillo, muerto en el exilio. Eran los tiempos en que su nombre era injustamente silenciado, y su magna obra ocultada deliberadamente. Ese fue un auténtico acto de valentía.
Con Carlos Juarez, una vez más
Y la historia fue reiterativa y una vez más, al regreso de la democracia, el “gringo” Jensen, por segunda vez, le cedió el mando a Carlos Juárez, que regresaba del exilio, más experimentado, pero con otra metodología para gobernar.

Entregó el bastón de mando y al día siguiente, cruzó en diagonal la plaza Libertad, el oficio lo esperaba, al igual que a Cincinato, quien volvió con su arado a labrar la tierra.

Durante sus dos gobiernos, ningún santiagueño fue denunciado como "desaparecido", ni fueron conculcados desde la arbitrariedad, los derechos de nuestros comprovincianos
Nunca fue denunciado… y eso es mucho decir.

Fuente:
1   -    www.Wilkipedia.org.
2   -    Documento No 3. Partido Conservador Popular, Distrito S. del E.



viernes, 1 de abril de 2016

ADIÓS AL POETA a Marcos J. Figueroa, In memorian.


       

                                          Se apagó una voz que estaba enraizada en la profunda claridad del día, en la copa ancestral de los quebrachos, en el quejido largo de esas tardes sudorosas y ardientes de mi tierra.

Pero hoy, no importa que hálito espiritual trajo a Marcos J. Figueroa, ni cuándo. Solo sentimos prendida en nuestro acervo la gran obra cultural que nos legara, en símbolo de herencia testimonial, en ofrenda de júbilo y de paz, de amor y de amistad, de lucha y de clamor.

Había nacido allá por 1882, cuando casi agonizaba el siglo de la libertad y la independencia. Desde muy joven se caracterizó por su brillantez en la palabra y en el verso, era ese poeta que habría de cantar con profundo sentimiento la exclusividad de las cosas nuestras, era como aquel raro centauro dotado de una extraña habilidad para manejar el cincel victorioso de la idea, de la forma, del ensueño.

 Fue el único, quizás, que aún mantenía una imagen señorial, con algo de patriarca, muy a pesar de ese montón de años gastados que llevaba ufanoso en las alforjas de sus tantos sueños, el mismo que soñó con la heredad de un pueblo legendario, virginal y heroico: amplio, lleno de fuerza y de poesía.

                     “El quebrachal se estremece
                      rico de savia y verdores.
                      En los cardones las flores
                      Blancas estrellas parecen”

   Siempre la buena imagen de su tierra, casi clavada en sus pupilas, sentía el autor de “Registro Rural” (1966). Recuerdo que siendo apenas un niño, miraba pasar a don Marcos en la lentitud de un paso fantasioso, débil, melena al viento, poncho sobre sus hombros, lucido todavía, muy a pesar de sus casi 80 años de pura lucha, de auténtico sacrificio, de incomparable abnegación.

   Algunas veces solíamos encontrarnos en el kiosco de costumbre, de Rivadavia y Tucumán, para comentar las nuevas publicaciones  que se conocían de nuestros escritores, o para que me hablase con cierto entusiasmo, de la entrañable amistad que lo unió a don Andrés Chazarreta.

- No hay que abandonar el verso- me decía- el pueblo nos exige escribir, mire que Yo a la edad que tengo, sigo escribiendo todavía. Siga Miguel, siga muchacho.  Y se alejaba sin decir palabra.

                  “Senderito de la tierra
                    que al pronto desapareces
                    como habla del santiagueño
                    vas arrastrando las eses”.

  Así fue la expresión del poeta reflejada en: “Senderos Santiagueños” (1968) Ya desde que me obsequiara sus conocidos: “Sonetos”, solo lo veía en los días cálidos de otoño, o en las tardes de los veranos, cuando el sol se recostaba en el ocaso. Caminaba por las calles de Santiago, a paso lento y con la mirada fija, como si no quisiera interrumpir sus meditaciones, que seguro habrían de navegar no sé en qué velero poético o paseando tal vez en alguna carreta por caminos de antaño, y  por qué no,  pensando en lo que pudo ser, pero no fue…

                   “Y es que el niño alado, el de la flecha
                    La dirigió artera y tan derecha
                    Que el corazón sin par me ha traspasado”.

   Quizá fueron éstas las ansias de Don Marcos recopiladas en sus “Sonetos” (1970), lo último que nos entregara.

   Y quiso marcharse solo, sin avisarle a sus hermanos los poetas, que se iba en busca de un nuevo poema, de una antigua vidala… solo una reminiscencia del triste jazmín o de la “santa Rita” lo acompañaron. Se fue Don Marcos, sin que pudiéramos decirle nuestro adiós.



Publicado en el diario El Liberal, julio de 1973