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Casa de gobierno: dialogo político con el Partido Conservador Popular 1982 |
Bien
temprano, casi todos los días, cruzaba en diagonal la plaza Libertad y encarando
por la peatonal, valija en mano, se encaminaba hacia tribunales a “pasillear” la
tarea de la profesión. Siempre igual. Elegante, sencillo, derrochando a su paso,
austeridad y simpatía.
Hace
unos días, inesperadamente le dijo basta a la rutina y se marchó por los
silencios inescrutables de la muerte. Carlos Alberto Jensen Viano, no quiso
seguir litigando y eligió el otro camino.
Lo conocí allá por los
setenta, cuando aceptó tomar las riendas del ejecutivo provincial, en los
albores de una década ingrata que le dio la espalda a la Constitución y a los
derechos individuales. Sin embargo, en ese lapso se mostró sereno, cauto y
diligente, hasta la normalidad institucional, cuando le entregó el mando a un
Carlos Juárez que llegaba entusiasta prometiendo agua y caminos.
Fundador del partido
Demócrata Cristiano en la provincia, militó y formó a generaciones de
entusiastas partidarios desde la doctrina Social de la Iglesia.
A menos de una década, desde
su asunción como delegado federal, cuando el país, una vez más, se debatía
entre lo inexplicable y la sin razón, fue nuevamente convocado para dirigir los
destinos de los santiagueños. Eran los años para los memoriosos, de una
violencia cruel y fratricida, cuando cualquiera desaparecía sin dejar rastro,
ni explicar causa o motivo.
Y otra vez, el “gringo” Jensen
–como cordialmente se lo conocía- gobernó una vez más, sin estridencias, sin
sobresaltos, sin infortunios, por ello me recuerda a Lucio Quincio Cincinato (1)
aquel general y político romano, hacia
519 a.C. - 439 a.C., que fue llamado en dos oportunidades para ordenar y
pacificar las turbulencias de su pueblo, siendo considerado para la
designación, por su honradez, integridad y rectitud ante las debilidades del
poder.
También, lo escuché desde la
cátedra de Derecho Público Provincial en la Universidad Católica de Santiago
del Estero. El me escuchó el 21 de enero de 1983, cuando asistí –por su
invitación- a la casa de gobierno, representando al Partido Conservador Popular,
en la ronda del diálogo político, próximo a la normalidad constitucional.
Esa
mañana, sin articular palabra, solo con la mirada atenta y comprensiva, aguzó su
oído, cuando expuse: “… que las cárceles estaban llenas de jóvenes inocentes,
tras una política económica propia de la edad feudal, que la famosa CONAREPA,
debía funcionar también en la provincia, ante el rumor de funcionarios ricos,
que surgió una nueva clase, la de los desaparecidos y que estos últimos años se
inscribirán en las paginas negras de nuestra cultura provincial, pues sus
autoridades impusieron a nuestros artistas las más increíbles formas de censura,
propio de mentalidades ajenas a la evolución de nuevas corrientes y que los
“testaferros de la contracultura” carecen de idoneidad y representatividad para
lograr una obra coherente y digna y acorde a nuestro patrimonio cultural.” (2)
Recuerdo
que antes del dialogo le pedí el retiro de uno de sus funcionarios de la mesa -lo tenía al frente- a lo que accedió de inmediato. Gobernó con comprensión y mesura y en ningún
tramo de sus gestiones abandonó su hidalguía, ni ese don de gentes tan
característico en su personalidad.
Junto
a su entonces Ministro Federico Lannes, promovieron la repatriación de los
restos de nuestro ilustre comprovinciano el Dr. Ramón Carrillo, muerto en el
exilio. Eran los tiempos en que su nombre era injustamente silenciado, y su
magna obra ocultada deliberadamente. Ese fue un auténtico acto de valentía.
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Con Carlos Juarez, una vez más |
Y la historia fue
reiterativa y una vez más, al regreso de la democracia, el “gringo” Jensen, por
segunda vez, le cedió el mando a Carlos Juárez, que regresaba del exilio, más
experimentado, pero con otra metodología para gobernar.
Entregó el bastón de mando y
al día siguiente, cruzó en diagonal la plaza Libertad, el oficio lo esperaba, al
igual que a Cincinato, quien volvió con su arado a labrar la tierra.
Durante sus dos gobiernos,
ningún santiagueño fue denunciado como "desaparecido", ni fueron conculcados desde la arbitrariedad, los derechos
de nuestros comprovincianos
Nunca fue denunciado… y eso
es mucho decir.
Fuente:
1 -
www.Wilkipedia.org.
2 -
Documento No 3. Partido Conservador Popular,
Distrito S. del E.
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