lunes, 27 de agosto de 2018

¿A CUÁNTO COTIZA UNA FOTOCOPIA SIMPLE…?


Por Miguel A. Brevetta Rodríguez.

En la película The Gunman (1) el veterano Sean Penn interpreta a un asesino a sueldo llamado Jim Terrier, un hombre de pocas palabras, que frecuentaba a un asesor financiero y tenía la costumbre de anotar en una agenda todos los hechos en los que participaba como espía internacional, sus asesinatos, los muertos, los aviones, los lugares y las ordenes que recibía. Esa agenda, años después fue buscada, por los allí involucrados, que persiguieron al escribiente y casi lo matan.

Veterano Penn, narrador de aventuras
Amanuence Centeno: la pinta es lo de menos









Aquí, en nuestro país, aun no se sabe, si el chofer Oscar Centeno vio ese thriller, pues como se sabe, él también se dedicó narrar en varios cuadernos todas las tareas realizadas conjuntamente a su jefe Roberto Baratta en relación a las coimas, aprietes, amenazas, cohechos etc que en la actualidad tienen a grandes personalidades de las finanzas y de la política, alcanzadas por la vara de la justicia.

Lo cierto es que, a diferencia de la ficción, aquí el contenido de esas anotaciones son una realidad, en donde nadie buscó a nuestro aplicado amanuense para matarlo, sino para desentrañar una trama secreta que esconde miles de millones de dólares sustraídos –más que aparentemente- del erario público nacional.

El posible cabildeo
Nadie cree en esa absurda y elaborada historia oficial, que narra el cómo se conocieron las anotaciones del chofer arrepentido. En realidad, es el hilo conductor de meses de investigaciones de un cuerpo de entrenados sabuesos judiciales, que en completo silencio fueron desenredando la madeja, hasta lograr que esas confesiones escritas se plasmaran como evidencia de un saqueo sostenido en contra de las arcas estatales.

¿Cómo llegaron los manuscritos al escritorio del periodista del diario La Nación? ¿Importa? ¿Cuánto habrá pagado ese prestigioso diario, por la publicación en exclusiva del contenido del prolijo trabajo de… quien sabe quién?

De todos modos, el hecho de que se esté investigando el itinerario del delito que casi está llevando a la ruina a la república, salió a la luz, en el momento preciso, en que nadie imaginaba que una aceitada asociación ilícita, reconocería ante la justicia, sus propios pecados.
La “década ganada” es una frase soberbia que se escucha por ahi, popularizada por los gestores del último gobierno, que navega en dos naturalezas diferentes. Para ellos es, la síntesis de una labor de más de doce años en el poder. Para los otros, es el dinero que acumularon en esa década y que, sin ganárselo, se lo llevaron.

Qué valor tienen las fotocopias.?

Pero no hay peor ciego que aquel que no quiere ver. Resultan paradójicas alguna criticas emanadas de dirigentes políticos sumamente comprometidos con los hechos que se investigan, ya que salieron a preguntarse él porqué no se exhiben los cuadernos originales en donde el “escritor” Centeno registró minuciosamente la ruta y sus tareas referentes al derrotero que realizaba en el reparto de las “cometas”. ¿Acaso se quemaron? ¿Porqué, paraqué y a quién le importa?
Lugones el amor por las fotocopias
Los queremos ver, dicen. Ya fueron publicados. ¿Son mentiras? ¿No sirven como prueba? A pesar de todo, hay una investigación judicial en curso, que al parecer, va por mucho más.

Tal como se dijo por años, en la jerga judicial: “Las fotocopias sin autenticar presentadas por una de las partes, carecen del carácter de prueba documental válida, por lo que, mal puede exigirse su reconocimiento o negativa de su autenticidad.” 

Llama la atención que en el caso que nos ocupa, de inmediato salieron los defensores ad hoc a sostener que:” Las fotocopias cuya autenticidad no está certificada por funcionario público habilitado a tal fin y no reconocidas, carecen de fuerza probatoria”.  Así mismo que :“La autenticidad consiste en acreditar la identidad gráfica de los dos documentos, el original y la copia. Por consiguiente, las fotocopias no autenticadas y desconocidas por la parte afectada, carecen de fuerza de convicción”.

Es decir, que lo impreso en un papel resultaría inhábiles para fundamentar una acción, en razón de que no tenían más valor, que el de una copia simple, sin eficacia jurídica, según la jurisprudencia citada. Pero… esa es jurisprudencia vieja y en la actualidad hay otros parámetros de interpretación.

Es verdad que resulta arbitrario y por ende descalificable como acto jurisdiccional válido, cualquier pronunciamiento que prescindiese de los instrumentos originales, al momento de verificar un acto, ya que las fotocopias, no pueden sustituir a los documentos originales.
¿Pero qué pasa si los interesados presentan ante la autoridad judicial, a fin de acreditar la existencia y a efectos del acto que se pretende validar, allí documentado, elementos activos, confesos y elocuentes de la existencia real de lo inserto en la fotocopia?

¿Qué valor tendrían esos escritos plasmados en original en dichos cuadernos, sin la ratificación del autor y aun mas, sin la verificación de los hechos allí consignados?

Lo que la justicia persigue, es la verdad real de los hechos que investiga y por más elementos originales que disponga, si estos a nada conducen y no se apoyan en elementos ciertos que hagan verosímil el hecho a probar, de nada sirven y no tendrá otro valor que el de un elemento indiciario, como posible principio de prueba a demostrarse.

Santiago del Estero como antecedente.
En nuestra provincia hace algunos años, sucedió un hecho trascendente en materia de investigación judicial, que fue ampliamente publicitado. Eran tiempos en que solo se conocían como medio de información solo los tradicionales, diario, radio y televisión y no había otra forma de que se puedan confrontar criterios contrarios, a los que se publicitaban.
Es así como un oscuro juez del crimen, el Dr. Luis Lugones (2) se dispuso –seguramente a pedido de alguien- a investigar de “oficio” un contrato de arte – mal llamado de publicidad- que había resuelto el Poder Ejecutivo, en reunión de gabinete con el acuerdo de todos sus ministros.


Ledesma reformadora anti funcionario
A este juez -que se lo conocía como “gallo con decreto”- le arrimaron una fotocopia simple del contrato –no autenticada, ni certificada- y sin ningún otro elemento que acredite su autenticidad. Sin embargo, ordenó la detención de todo el gabinete provincial de entonces, con el argumento de que se había defraudado al Estado provincial. Obvio, lejos de advertir que estaba juzgando un acto político, por ende, no justiciable. 

Y nada es eso, también ordenó capturas nacionales e internacionales, disponiendo allanamientos a diestra y siniestra, sin tener en su poder el contrato original, que lo mandaron a investigar. Es decir que, con una mísera fotocopia y sin contar con otro elemento que le aportara criterios de verdad, realizó tamaña incongruencia judicial, que los memoriosos recuerdan, como una de las más grandes “animaladas” de la historia jurisdiccional santiagueña.

Rotondo: donde hay que firmar?
Y es así como este impresentable funcionario, sigue formando parte de la justicia local. Pero no es el único protagonista, de los más disparatados manipuleos judiciales que se recuerden. Nadie olvida a la Dra. Ángela Ester Ledesma (3) quien reformó el Código Procesal Penal de un plumazo, disponiendo que estaban “prohibidas las excarcelaciones” a quienes fueron funcionarios públicos, en su calidad de Interventora del Poder Judicial.

O el inefable ex Fiscal del Crimen, el Dr.Víctor Rotondo (4) al que le hicieron apelar una resolución de Cámara, que obviamente le estaba vedado hacerlo, para impedir la excarcelación de ex Ministros de la gestión de Carlos Mugica.(5)
Y es mejor no seguir recordando tropelías de esta naturaleza, lamentablemente ocurridas en esta provincia, como antecedente.


Las cosas en su lugar
Con la reciente reforma del Código Civil, son otros los parámetros a tener en cuenta a la hora de validar instrumentos simples, digamos fotocopias, en el ámbito de la justicia.
No solo cambió la letra inserta en el libro de fondo, sino que también es otro el cristal con que, en la actualidad, se miran las cosas, a la hora del juzgamiento
.
El nuevo art. 319 del Código Civil y Comercial, establece que el valor probatorio de los instrumentos particulares debe ser apreciado por el juez quien debe ponderar, entre otras pautas, la congruencia entre lo sucedido y lo narrado.

Otro elemento valorable es la “precisión y claridad técnica del texto”, como así los usos y prácticas del tráfico, es decir, conforme el tipo de acto de que se trate, será la característica habitual y el estilo que se deberá utilizar.

También hace mención a las relaciones precedentes que constituyen elementos probatorios en cuanto al acto o instrumento de que se trate. La confidencialidad de los procedimientos técnicos aplicados, es otra forma de fundamentar el criterio y por último la” confiabilidad de los soportes” con que se cuentan.

La sumatoria de estos elementos es lo que será de libre apreciación judicial, ello así, porque el valor de la prueba no es, ni debe ser un ente aislado, sino la conclusión a la que se debe arribar, del conjunto de los elementos reseñados.

Desde esta normativa la justicia nacional, avanza en la investigación de los afamados “cuadernos cometeros” que tanto dan que hablar a legos y eruditos en la materia.
El valor de la fotocopia ha variado con el tiempo y es moderno el criterio que investiga su contenido, prescindiendo de su creador. Es el típico caso en que el autor pasa a segundo plano, desde que su obra lo trasciende, ya sea por su contenido o por el valor que adquirió, desde su propia naturaleza.

Volviendo al principio, es que ni Jim Terrier, desde su duro thriller, ni Oscar Centeno desde su prolija y triste realidad, imaginaron las consecuencias y las dimensiones, a las que arribaron sus simples anotaciones, en el ejercicio de sus tareas cotidianas.
Tampoco supusieron, el valor que la justicia le asignó, a una fotocopia simple.

Fuente:

1- Es una película estrenada en 2015 dirigida por Pierre Morel y escrita por Don Macpherson y Pete Travis, basada en la novela The Prone Gunman.
2- En la actualidad Vocal de la Cámara Penal de Apelaciones. Sgo del Estero
3- En la actualidad Juez de Cámara de Casación Cap. Federal
4- En la actualidad Vocal de la Cámara Civil de Apelaciones. Sgo del Estero
5- Gobernador de Santiago del Estero (1991-1993)

miércoles, 15 de agosto de 2018

CUANDO LA JUSTICIA MIRA PARA OTRA PARTE.

EDITORIAL del jueves, 7 de marzo de 2013

      Que nuestra justicia tiene flancos débiles, no es ninguna novedad, pero que se afirme que:” es ilegítima, corporativa, oscurantista y de lobbies aceitados" (1) y que quien lo dice sea la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, jefa de los fiscales, es un llamado de atención que no solo debe ser advertido por los justiciables, porque resulta algo más que un mensaje, para quienes conforman la estructura del poder judicial de la nación.


Esta declaración fue recogida por medios de prensa de alcance nacional, destacándose que la funcionaria  en la oportunidad, se encontraba asistida por dos de sus asesores, es decir que no se trató de una nota de carácter improvisado, ni espontaneo, digamos que fue un envió intencionado de alcance general, para que sus destinatarios tomen nota de lo que opina una parte del poder. Pero dos días después, la Presidente de la Nación, ratificó lo dicho y fue por más, anticipando una serie de iniciativas para ser tratadas en el ámbito legislativo, tendientes a “democratizar” el sistema judicial.

Pero… quién nombra los jueces? Y quién reformó el sistema instalando mayoría plena entre sus miembros? Molestan los desaciertos, pero a quienes atribuirlos, si no provienen del marco opositor?

Bienvenidos los cambios que tienen como misión el fortalecimiento de los engranajes del Poder, pero hay que tener cuidado cuando se pretende “apretar” la independencia que garantiza la Constitución. No existen los poderes absolutos, ni de hecho, ni de derecho, porque cuando se amenaza con el avasallamiento, de inmediato se integran los anticuerpos, que el legislador ha previsto como una rayana posibilidad.

                          UNA PREGUNTA PARA LOS JUSTICIABLES

El hombre lleva arraigado el sentimiento de justicia y se opone naturalmente a que se manipule de cualquier manera ese preciado valor. Advierte cuando se pretende reformar para dominar, porque no entiende las razones de violentar su naturaleza conjugada en el deber ser. Sin presiones, ni fórceps ideológicos, ni “aprietes” autoritarios, habría que consultarlo al pueblo sobre qué tipo de justicia prefiere y cómo ansia su integración.

Si está dispuesto, por ejemplo, a tolerar que se designen jueces y fiscales, que no ganaron los concursos convocados al efecto, que no se aparten aunque mas no sea provisoriamente, a los vicepresidentes, ministros y secretarios denunciados por hechos de corrupción, que los juicios duren una eternidad y que se dejen prescribir infinidad de causas en que el Estado es parte damnificada.

Habría que preguntarle al pueblo si está dispuesto a tolerar el abuso de poder de los Magistrados que firman ordenes de detención cuando el delito imputado resulta ser excarcelable y que mantengan los sumarios abiertos, cuando no es posible material y jurídicamente, aportar nuevas pruebas o que mantengan imputados o procesados sine die a la espera de la prescripción de la causa, porque no se instruyó el sumario, ni se investigó adecuadamente, promoviendo la impuridad del supuesto ilícito. (2)

¿Cómo se hace para enderezar y equilibrar el aparato judicial si desde lo más alto del poder , se lo considera: ” ilegítima, corporativa, oscurantista y de lobbies aceitados"?
 Antes de promover reformas que en nada podrán solucionar la “injusticia judicial” que se viene arrastrando como vicio de origen, sería más atinado  echarle un vistazo a las falencias cotidianas que desde hace tiempo venimos denunciado, de manera que no se pueda afirmar en el futuro inmediato, que la justicia está mirando para otra parte.


Fuente

2-  ver Brevetta Rodriguez Miguel, El abuso de la prisión preventiva y la orden de detencion”  http://brevettarodriguez.com.ar/?post=2372

sábado, 11 de agosto de 2018

CUANDO LA JUSTICIA MEA EN LA VEREDA



               
                No hace mucho tiempo la prensa nacional advirtió que un tribunal había recurrido a una cita de Dominicio Ulpiano (¿170?- 228 d.C.) para abonar su sentencia, lo que resulta un tanto extraño en atención al curso de la historia, los anales del derecho y el tiempo transcurrido. Pero, en materia judicial, en un país sin reglas de juego claras, nadie puede invocar sorpresa, cuando la realidad a diario, excede a la ficción.

Estos últimos años se han caracterizado por un desmedido manoseo institucional. La sucesión de dictaduras que gobernaron nuestro país –sin conciencia, ni formación jurídica- irrumpieron en el ámbito judicial desordenando y desnaturalizando el debido procedimiento legal, amén de las garantías constitucionales.

Y como no podía ser de otra manera, los más altos resortes jurisdiccionales, no tardaron en adecuar esos procedimientos vandálicos al deber ser, convalidando así actitudes ultra distantes con la naturaleza del derecho.

Superada la dictadura, parece que aún quedan resabios por desterrar, pues se conoce que más de un magistrado en lugar de juzgar con decoro e independencia, espera la orden “de arriba” previo al  dictado de la sentencia. 
Digamos, estos buenos muchachos, que se convirtieron en meros engranajes funcionales del poder que los colocó en sus asientos, para desvirtuar la esencia del derecho.

Muchas veces nos negamos a admitir como cierto, que estas cosas sean parte de este Estado de derecho, que no termina de acomodarse, dentro de los causes normales, por donde debieran transitar los justiciables.

Hace algunos años me sorprendí al leer que: “La Sala I de la Cámara en lo Penal Contravencional y de Faltas porteña confirmó la absolución de Luis D'Elía por el corte de la avenida Rivadavia que llevó adelante hace un tiempo, en un fallo en el que se comparó esa movilización con las puebladas a la Plaza de Mayo de 1811, en los albores de la Patria; el 17 de octubre de 1945 -Día de la Lealtad peronista-. La resolución a favor de D'Elía resaltó que en esas ocasiones los manifestantes tampoco pidieron permiso para movilizarse y exteriorizar sus reclamos y adhesiones.” (1)

                                       ENTRE LA RISA Y EL LLANTO
De estos fallos, que se cuentan por miles, se podrían escribir innumerables libros de “humor legal”, pues no causan más que risa, cuando se supera la indignación. Sin dudas que el tribunal, no analizó como se debe, la verdadera causa del sumario, es decir que el alboroto producido por el pionero del “pikete” en nuestro país, era en apoyo a la candidatura de Nestor Kirchner a diputado nacional, donde también se le exigía la colocación  de "más morochos" en las nominas de candidatos.

¿Cómo es posible asimilar estas “bravuconadas pagas”, con hechos históricos como lo fueron las dos únicas revoluciones populares de 1811 y 1945, que se conocen en nuestro país? 
¿Será necesario llegar a tanta obsecuencia para satisfacer los mandatos del mandamás de turno?

Lo triste de esta nota, es que no estamos en tratamiento de un hecho aislado, ni de un contratiempo realizado en solitario. Estas malas prácticas se reiteran a diario en toda la Argentina, como icono indiscutido de la sumisión de un poder ante otro, de iguales características y jerarquía. 

Tal vez la única diferencia sea, que el dominante dispone del efectivo, tal como lo estamos comprobando con las famosos "bolsas de la coima" en donde participan de manera reiterada todos los poderes nacionales.

Carlos Wagner, ex Presidente de la Cámara de la Construcción, en su declaración de ayer con el juez Bonadio, dijo: "Los Kirchner se llevaron y robaron del Estado u$s 15.000.000.000 (quince mil millones de dolares)" y no se puso colorado ante semejante confesión. (2)

El triste y bochornoso episodio en donde se muestra al ex juez federal Norberto Oyarbide, con la cabeza platinada -emulando a las legendarias rubias de New York- con bastón en mano, llorando por los pasillos de la antesala de Comodoro Py nos muestra como contra cara a una Argentina con rumbo incierto sin saber a donde va.

Descubrir que en nuestro ordenamiento judicial se convive con la “injusticia” es lo mismo que sorprender a un digno caballero orinando en la vía pública. 
¿Desde cuando la justicia esta meando en la vereda? Lo que causa, un poco de risa y un tanto de indignación.

Fuente:

1- Diario Perfil. 19/05/2009.-
2- Diario la Nación 11/08/2018

miércoles, 8 de agosto de 2018

LEGISLAR SIN LOS JUÁREZ

Nota Editorial del 6 de enero de 2008.-

Carlos Juarez y Sra la política de la ineficiencia  y el terror
De las tantas conversaciones que tuve con Vicente Solano Lima, suelo rescatar un tema muy interesante, que en un principio no entendí, pero después, con el tiempo, alcancé a comprobar que estaba cargado de una notable sabiduría empírica producto de sus largas y sostenidas luchas en la arena política nacional.



La cuestión versaba sobre las bancas de los diputados nacionales, en espacial de quienes llegaban del interior del país a descubrir una Capital tan cosmopolita, como huraña e introvertida, a los ojos de una dirigencia política que recién despertaba de una pesadilla que duró más de un lustro, entre un autoritarismo prepotente, la degradación de los derechos humanos y la violencia ilimitada instalada en todos los campos. 

“La mayoría de los dirigentes políticos y en especial los provincianos, explicaba,  se disputan un lugar en las listas de legisladores nacionales pensando que desde la Capital Federal realizaran un gran salto que los coloque en una posición superior en la carrera política.

Pero nada más equivocado. Solo muy pocas excepciones conozco que se les haya cumplido el sueño que trajeron. En éstas Cámaras se oscurece el más iluminado. Y con el tiempo suelen descubrir que aquí, no son nadie….”

Desde que los argentinos comenzamos a reconstruir una nueva democracia, fenecido el genocida golpe del 76, en Santiago del Estero Carlos Arturo Juárez, retomó una vez más las riendas del poder que se le había arrebatado precisamente, en esa alzada militar de aquellos años, que abrieron tantas heridas en el tejido social y que aun treinta años después, no terminan de cicatrizar.

Gestor de una aplastante mayoría tras el resultado electoral sobre la Unión Cívica Radical, el Partido Justicialista y sus aliados históricos retornaban a fines de octubre de 1982 al cetro del poder político, para ejercer una supremacía a ultranza, acaparando los puestos estratégicos en casi todo el territorio provincial, salvo una que otra excepción.

El denominado “juarismo”, como lo hizo siempre, se alzó con los dos tercios de los legisladores provinciales, más los dos Senadores Nacionales –de aquel entonces-  y la mitad mas uno de los Diputados de la Nación.

Y así sucesivamente el partido del General Perón, a veces con el rostro de Iturre, Mujica, Díaz o Aragonés, reservaron entre sus filas a la mayoría de legisladores nacionales y provinciales, dejando a la oposición totalmente desguarnecida, sin que pudiese lograr, la aprobación de un solo proyecto ante la mayoría exultante del gobierno de turno.

No obstante las últimas dos Intervenciones federales que soportó nuestra provincia, dispuestas desde el poder central durante estos años de nueva gestación democrática, en las Cámaras nacionales  Carlos Juárez,  per se o por otro, siempre estuvo presente.

Resulta paradójico ese interés desmedido del caudillo por acaparar las bancas nacionales, pues ningún buen resultado, ni político, ni económico, recibió de ellos a lo largo de estos más de 20 años de hegemonía personal  en su feudo, al que gobernó con  tinte autocrático desde la conocida soledad del poder de la que nunca pudo escapar.

Sus largas meditaciones previo a la confección de los “listados sabanas” antes de cada disputa electoral daban la sensación de que se encontraba inmerso en una búsqueda intrincada  para arribar a una prolija elección de quienes serían los candidatos a legislar, en beneficio de la provincia y de un país mejor. Pero, nunca existió nada mas alejado de esa realidad.

Ante cada acto electoral Juárez siempre “escondió bajo siete llaves” la nomina de quienes serían sus candidatos, las que mandaba a presentar al cierre del vencimiento de los plazos procesales, no como estrategia electoral en busca del factor sorpresa, sino como una manera de detener una segura estampida de la “la tropa” –solía decir- cuando se enteren que no formaban parte de los elegidos.

Nunca le interesó ni la calidad cultural, ni el prestigio personal de los postulantes que colocó en el parlamento, tampoco la cantidad de votos posibles que esos nominados podían  aportarle. 

TRISTE,  SOLITARIO Y  FINAL

Las resultas de éstas maniobras están ampliamente publicadas mediante datos históricos y reiteradas estadísticas que forman parte de la memoria parlamentaria nacional y provincial.

Sirva como mero ejemplo ilustrativo, que la provincia de Santiago del Estero encabezó en varios periodos de sesiones ordinarias las nominas jocosas de los llamados “diputados mudos” (los que nunca hicieron conocer su voz en el recinto) para vergüenza ajena de los santiagueños.

También su señora esposa Marina Mercedes Aragonés de Juárez, ex gobernadora de la provincia, cuando resultó ungida Diputada Nacional, no escapó a la observación de los memoriosos cronistas especializados del “Semanario Parlamentario” y es recordada dentro de las crónicas insólitas, pues jamás asistió a ninguna las sesiones ordinarias de la Cámara, mientras duró su mandato, salvo el día de su incorporación.

A tanto llegó el desprecio por nuestras instituciones, que en una oportunidad Carlos Juárez llegó a negociar una banca de Senador Nacional, mandando a votar a sus acólitos por un extraño  y foráneo personaje que no conocía ni el mapa de la provincia, que sin embargo llegó a representarla, sin aportar absolutamente nada para destacar, ante el Honorable Senado de la Nación.

No podemos decir que la “era Juárez” en las Cámaras de Diputados y Senadores nos legó algún párrafo para insertar en las páginas de las glorias conseguidas al servicio de la Patria. Nada más lejano que esa posibilidad.

Hoy ya no queda un solo  vestigio de lo que fuera el juarismo, ni en las Cámaras legislativas de la provincia, como tampoco en Asamblea  Nacional.

De aquí en más corre otro tiempo de la democracia y otros son los elegidos,  a quienes podremos observar y analizar con detenimiento cuando llegue la oportunidad de rendir cuentas.

Ahora ocupamos el rol de anónimos testigos del… ¿ Cómo será, de aquí en más, legislar sin los Juárez..?

Por el momento escuchamos a Peteco:

       “Carlos Arturo Juárez
            Cincuenta años dominó
                       No hay nada que agradecerle  
Ya olvidémoslo...”