La
vida de un artista es un constante trajinar que fluye entre recuerdos y
sabrosas anécdotas vividas ellas a lo largo de un sin fin de hechos
insólitos que suceden inacabadamente y que a veces tienen ingratos
desenlaces.
Otra de las particularidades siempre vigentes en
la ruta del artista son las críticas, que nacen de la pluma de verdades
autoridades en la materia, como así también son productos de
aventureros del oficio - cuando no son partes interesadas- que se ocupan
de desprestigiar o de encumbrar al protagonista.
Homero Manzi no podía ser una excepción a estas
rutinarias reglas, tanto que vivió innumerables aventuras y pasó por
trances difíciles a lo largo de su vertiginosa carrera hacia el éxito.
Una de estas anécdotas es la que lo relaciona
con Jorge Luís Borges el sofisticado escritor argentino que sueña con
que algún día le concedan el Premio Nóbel de Literatura.
HOY PUEDO CONFESARTE LA VERDAD.
Entre las joyas literarias perdidas en la
memoria y en el tiempo se encuentra un trabajo del escritor argentino
recientemente desaparición Arturo Juaretche, quien fuera dilecto amigo y
compañero de ideales y de lucha de Homero Manzi.
Aquel trabajo se titula: “ Poema del paso de los
Libres”, y se trata de una composición gauchesca referente a la ultima
revolución radical, ésta obra escrita en verso - una de las pocas veces
que su autor incursionó en ese estilo, pues se lo conoce bien en el
campo la prosa- en algunas estrofas decía :
“A la patria se la llevan
con yanquis y con ingleses;
tal pueblo mal le parece
pero se hacen los que
no oyen.”
Estos versos, dice Juan José Hernández Arregui,
“retomaban el viejo espíritu del criollaje explotado, la tradición del
Martín Fierro.
Este trabajo lleva el prologo de precisamente
Jorge Luís Borges, que el elogiarlo en el poemario lo engastaba con la
mejor tradición gauchesca. Lo importante de esto es la relación que une a
Manzi a Borges pues este último le pidió a Manzi los originales de
Juaretche y luego de haberlos leídos, se ofreció prolongarlo.
Claro que en esos tiempos Borges estaba
compenetrado con su “Fervor de Buenos Aires” la primera de sus obras
donde prevalece el sentimiento argentino.
Pronto este entusiasmo juvenil de Borges - y con
él toda la inteligencia amansada y comprada por el imperialismo, se
convirtiera en literatura pura, en la soledad del escritor, en culto a
la filosofía descalza de Krihnamurti mientras el país argentino ignoraba
a esa “inteligencia” cómoda desdichada y convicta,” continua diciendo
Arreguí.
EL FRATERNAL AMIGO QUE SE HUNDIÓ
“Este epígrafe, como sub titulo, extraído de un
verso perteneciente al tango “Che Bandoneón” y que Manzi escribiera con
la colaboración musical de Aníbal Troilo sirve para identificar al
Borges de hoy, al quien todos conocemos a través de las insólitas
declaraciones que emiten en los reportajes que le efectúan.
Y aunque parezca insólito de haber vivido Manzi
en ésta época también lo hubiese calificado de esta manera, simplemente
porque ya no era el Borges aquel, que pidiera prologar el libro de un
patriota acabado como Juaretche, si no un Borges diferente
desnaturalizado, entregado a los intereses foráneos como los que
representa.
Como diría Hernández Arreguí: “Borges todavía
era un escritor argentino y venerado, aunque quizá nunca entendió las
tradiciones nacionales.
Al parecer esperaba un retorno del radicalismo,
pues también por ese lado debe explicarse su desliz critico sobre un
libro gauchesco, efectivamente al que jamás volvió a mencionar”
Efectivamente, aquella amistad, no deja de ser una lamentable anécdota
en la vida de nuestro poeta que lamentablemente llegó a conocer la
desviación de aquel amigo como también lo conoció el propio Juaretche.
NO VES QUE ESTA DE OLVIDO EL CORAZÓN.
Otro hecho despreciable del autor del “Oro de
los tigres” -su ultima obra- fueron las declaraciones que hizo a la
revista “Confirmado” en su edición No.8 del 25 de junio de 1965.
Felizmente Homero ya no estaba y este nuevo y
lamentable episodio protagonizado por aquel amigo ya no podía llegarle
porque “estaba de olvido el corazón”.
Cuando le preguntaron a Borges si admitía que
muchas grabaciones de Gardel tan sensibleras y cuando requirieron su
opinión acerca de Milonga del 900 (tango de Homero grabado por el zorzal
criollo) Borges respondió:
“… me ha sucedido discutir con alguien si la
expresión“soy hombre de Leandro Alem” aludía el mas reciente nombre del
Paseo de Julio o a la condición radical parlante...” Evidentemente
-acotó el periodista- se trata de la segunda acepción. Además H. M.
autor de la letra, entonces fervoroso radical-Yrigoyenista.
Si pero después –contestó Borges- antes de morir fue peronista.
Esa fue la respuesta del amigo, que no le
perdonaba a Manzi, que en su madurez y muertas las esperanzas de una
nueva lucha y muerto Alem y muerto el Yrigoyenismo, nuestro visionario
poeta se enrolara en las filas del nuevo partido popular que nacía a los
albores de la década del 40, cuando todo el país victoreaba a un
Coronel que muy pronto haría época en América.
Al respecto también opina el historiador
santiagueño Luís C. Alen Lascano quien dice: “semejante incongruencia
muestra el poder destructivo y deformaste de algunas inteligencias. Pues
este mismo Borges que niega una verdad expresa a merito de lo que
sucedió 20 años mas tarde y a quien el mismo Manzi invitara a la
fundación de F.O.R.J.A.
De todas maneras nadie esta librado del futuro
ni sabe si sabrá de la manera que la mente humana puede obrar. Lejos
están las posiciones, las hipótesis y las conjeturas de lo que mas se
acerca a la realidad depositarias de las verdades.
Después todo es cuestión de tiempo y de espera y para Manzi estas cosas pueden ser algo así como:
“Es la triste ceniza del recuerdo
Nada más que cenizas.
Nada más... ”
Publicado en el diario La Hora, 1975,-
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