Alguna
vez escuchamos decir a un gobernante que Santiago del Estero era una
ínsula. Lo que en verdad quería expresar por ese tiempo, es que nuestra
provincia se mantenía totalmente al margen de reiterados hechos de
violencia colectiva que recurrentemente alarmaban a la población. Tal
vez por esos años, la calma y la pasividad provinciana convivía en las
calles santiagueñas, indiferente a los cambios vertiginosos en el
conglomerado social, que se advertían aun lejanos.
Pero, pocos
concibieron que la globalización se instalara en todos los rincones del
mundo. Nadie reparó en sus efectos, como tampoco en las consecuencias
que día tras día, no dejan de asombrarnos.
El
advenimiento del llamado "piqueterismo" que cuenta con el consenso y
apoyo de los actuales mandatarios nacionales, ha horadado las normas de
convivencia entre los argentinos, como que insertó la anomia, en el
ordenamiento jurídico nacional. Hoy se tolera la desobediencia y el
desorden como punto de referencia o conquista del gobierno de turno,
cuando debiera conocer que está actuando al margen de la ley.
Ello
así, porque: "… Un rato antes del mediodía, con palos y banderas, a los
golpes, miembros de cooperativas de movimiento sociales tomaron el
edificio de la municipalidad en reclamo de puestos de trabajo pagos por
el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Luego de cinco horas de
negociaciones los manifestantes abandonaron la comuna y liberaron el
tránsito, que habían interrumpido mientras duró la toma. No hubo
detenidos." "Los desocupados, integrantes la mayoría a agrupaciones del
kirchnerismo, reclaman la firma de contratos de trabajo por un año para
las 35 cooperativas marplatenses, un anuncio que hizo en su visita de
mayo a Mar del Plata la presidenta Cristina Fernández. Las
organizaciones denuncian que cuando fueron por la renovación por los 12
meses restantes, no obtuvieron respuestas." (1)
Estas
actitudes vienen a confirmar los dichos populares cuando se afirma, por
ejemplo, que la violencia engendra más violencia, o bien, que la
violencia de arriba automáticamente genera o engendra la violencia de
abajo. Con el aval oficial a estas extrañas maneras de manifestarse, se
ha derribado el derecho constitucional de peticionar a la autoridades,
conforme la leyes que reglamentan su ejercicio, imponiéndose la "ley de
la selva" como una forma de exigencia a las autoridades.
Parece
que estamos transitando por caminos sinuosos, sin que se sepa a ciencia
cierta, cual es el verdadero destino o a donde se prender arribar ante
tanto marasmo y descontrol. "El complot y la radicalización no
terminaron ahí. Otra saga se vivió en el interior profundo del país. En
Jujuy, la líder piquetera kirchnerista Milagro Sala carga armas. Unos
500 militantes de su organización también están armados con revólveres y
pistolas. La denuncia pública fue formulada por el senador Gerardo
Morales, víctima él mismo de un violento escrache en Jujuy el viernes
pasado.
Sala recibe
del gobierno nacional, según la acusación del presidente de la UCR, unos
$ 10 millones mensuales. Sala tiene relación política directa con
Cristina y Néstor Kirchner, y la influencia del gobierno peronista
jujeño sobre la jefa piquetera es nula." (2)
No
hace mucho en la Facultad de Ciencias Médicas de Mendoza, un grupo
pequeño de manifestantes impidió que se realizara una conferencia a
cargo de la embajadora de los Estados Unidos en la Argentina, Vilma
Martínez. Todos los días se cortan calles, rutas, se ocupan
establecimientos, se toman universidades y en verdaderas "patotas" se
cercenan los derechos individuales, sin que a nadie importe los limites
del desarrollo o desempeño que corresponde a cada individuo que convive
en un estado de derecho.
Recientemente,
en pleno centro de nuestra ciudad - frente al palacio de tribunales- el
Juez de Faltas de la Municipalidad de la Capital Dr. Hugo "Pichi"
Catella, fue increpado verbalmente y salvajemente agredido con una
cadena por parte de un supuesto contribuyente no conforme con su
desempeño, lo que motivó la internación del profesional y cuidados
intensivos por mas de noventa días, según diagnostico de los médicos
forenses.
Lo extraño de
este caso de intolerancia e impunidad, es que nadie intervino, ni
durante el hecho vandálico, ni a posterior de ello. Muchos se
preguntaron: ¿Para qué sirven el Colegio de Abogados, la Asociación de
Magistrados, la Caja Forense, La Dirección de Derechos Humanos y tantas
otras organizaciones que viven rasgándose las vestiduras ante nimiedades
de la rutina?
¿Qué
se está esperando desde el Poder, el derecho por mano propia? ¿La ley
del más fuerte? ¿El retorno al Código de Hammurabi?. Santiago del
Estero, ya dejó de ser la ínsula de otrora, en donde no hay lugar para
la ineficiencia. Talvez, -conforme a datos propios- el próximo censo
nacional, nos cuente por un millón de habitantes y todavía estamos con
los pañales sin cambiar, esperando el bicentenario, para tirar cohetes
y recibirlo con un festival de folclore.
"En
la Argentina de hoy se está convirtiendo en un lamentable hecho
corriente la violencia física contra quienes piensan distinto, que no es
otra cosa que un acto de profunda intolerancia y negación del
pluralismo que distingue a toda sociedad democrática. Es vital que estos
hábitos que, lamentablemente, se van convirtiendo en una suerte de
cultura política sean desterrados cuanto antes. Ningún sector puede
arrogarse el derecho de atacar a otro, ni superar las precisas fronteras
marcadas por la Constitución y las leyes." (3)
Fuente:
1- http://www.clarin.com/diario/2009/10/21/elpais/p-02023426.htm
2- http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1188787&origen=NLTitu
3- http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1188679&origen=NLOpi
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