Ya
no se escuchan los ecos de las necesidades de abrogar de nuestra
legislación la existencia de falsos e inmerecidos privilegios en materia
de seguridad social, quizá por los justicieros propiciadores de esa
medida han saciado su sed de justicia con la reforma de la constitución,
que si bien se encargaron del tema, no fue mas que de soslayo ya que
solo legislo para el futuro sin atender a las necesidades del presente.
De mas esta decidir que todo
privilegio es irritante, porque vivimos dentro del marco de un estado
derecho pretendiendo la igualdad como base para la armónica convivencia
pacifica de todos los argentinos y no esta mal que reaccionemos- como en
el caso que tratamos ante la perspectiva de un desequilibrio en el
ordenamiento generalizado, porque de otra manera se interpretará que
estamos avalando con nuestro silencio, el criterio de indiferencia y
desigualdad que al parecer que esta en el espíritu legislativo
LEY 2.201 O EL SILENCIO O EL OLVIDO
No entendemos aun como es posible
que se mantenga en vigencia la ley provincial Nº 2.201, modificatoria de
la ley Nº 1.613, sancionada por nuestras honorable cámara de diputados,
con fecha 27/9/50, por la cual se le asigna una pensión graciable (ex
legislador) a las viudas de aquellos heroicos diputados que “no se
desilusionaban cuando al final de cada mandato, el balance le resultaba
negativo, pues habían invertido en un trabajo mucho mas que lo que la
provincia le había asignado como única remuneración...” (ver Brevetta
Rodríguez M. Diario El Liberal, 30/11/84 Pág.. 4).
Estas viudas de ex legisladores - son pocas y
muy ancianas- están cobrando en la actualidad la irrisoria y vil suma de
setenta centavos de austral, lo mismo que venían percibiendo hace dos
años atrás, sin que nadie advierta que de vez en vez se tienen que
actualizar las prestaciones, al igual que se actualizan las dietas y de
todo otro emolumentos periódicos a cambio de una prestación
LA BUROCRACIA CON SUS REQUISITOS
Alguien dijo privilegio...? y la
mentada igualdad que perseguimos...? no creo que se trate de congeniar
los términos, por un lado- no hay duda- se deben erradicar de nuestras
instituciones los odiados privilegios, pero también se deben reconocer
los errores y los aciertos cuando de juzgar se trata y el tema que no
ocupa es mas que serio porque en ninguna ciudad del mundo se debe
mantener la ley que beneficie al destinatario, con setenta centavos de
australes ya que mas que una burla nos suena una ironía y justo es que
las viudas de ex legisladores perciban el mismo haber, porque a ambas
les asiste el mismo derecho y la calidad de tales- viudas- es la
consecuencia de un mismo echo acontecido con una y otras, con la
diferencia que unas cobran 700 y las otras 0,70.
Pero, la realidad se a dicho, que
supera la ficción y esto no es desacertado porque la burocracia
administrativa tiene su cuota de responsabilidad en este caso, pues
cuando el titular no puede concurrir ante la caja por impedimento o
porque no quiere vivir la amargura de aguantar de pie las tantas horas
que debe esperar para cobrar, designa un mandatario para asumir las
tareas, aunque este debe adjuntar un certificado de supervivencia del
beneficiario a quien representa ese certificado cuesta 0,50 centavos de
austral, para recién – cola por medio – pueda acceder a los 0,70
centavos mensuales con que nuestra provincia contribuye al
reconocimiento de nuestros primigenios diputados.
UN MINUTO DE SILENCIO
Estas cosas ocurren en nuestra
provincia aunque parezca mentira, nos hagamos los distraídos o
argumentemos en contra. Es vergonzoso que aun se mantenga en vigencia
una ley que raya en lo inaudito, que quiebra el sentido de lo justo y
sume a su destinatario en la impotencia y el descreimiento de nuestras
instituciones. Pareciera que antes del hambre hay otras prioridades para
tener en cuenta que no las menciono por temor a la figura de desacato y
a lo oneroso que podría resultarme la aplicación de la ley “mordaza”,
pero de todas maneras hemos reseñado la indiferencia de la democracia
para cuyos mejores exponentes pido un minuto de silencio...!
Publicado Diario El Liberal 24 de mayo de 1986
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