jueves, 28 de enero de 2016

MEDIOS DE COMUNICACIÓN: NUESTRA ETERNA LUCHA DE CADA DÍA (VII)


                               Hasta el momento no se ha dicho todo, en lo que se refiere a la verdadera identidad de los medios de comunicación, preferentemente en Latinoamérica.
Los puntos de partida y algunas objeciones tratadas a lo largo de numerosas notas, no han sido, a mi parecer, lo suficientemente explícitas como para dar una visión completa de los oscuros manejos con que se mueven ciertos medios de prensa que se dicen informativos.

De todas maneras y para terminar con esta serie de artículos referentes a los medios de comunicación, expondré en síntesis algunos de los males que dañan a la población en un intento de advertir a quienes tienen la misión de erradicar sutiles asperezas.

HACIA UNA DESTRUCCIÓN DEL LLAMADO COPAMIENTO.

La infiltración ideológica suele -como se sabe- penetrar por el lado más expansivo y menos advertido. Expandirse sutilmente por un medio de comunicación es una idea mas que genial que automáticamente adquiere para sí un mensaje penetrante y extraño que se apodera hasta de las mentes mejores preparadas.

Pasan inadvertidamente como un inofensivo medio de comunicación, pueden sentarse en la administración de su caso o de su empresa y convertir en su objetivo, cuanta idea comunicativa surja o bien ser el artífice del entretenimiento, aprovechando su imagen publica como medio de conquistar ideas extrañas al sentir popular.

Desmembrar la cúpula nociva enquistada en los medios de comunicación, seria como crear una nueva imagen al servicio de un consumidor de buena fe, que no altere sus principios y que se dirija solamente al bien de la comunidad.
Una radio o una televisión con conciencia argentina e identificada con los intereses de la población, puede ser el principio de una gran conquista nacional.

COMO SURGEN LOS GRUPOS DE PRESIÓN.

Resulta lógico que un medio de prensa se dirija a un conjunto personas agrupadas o reunidas en pro de un interés común.

Lo malo del caso lo constituyen quienes se reúnen tras de un interés político, no quiero con esto impedir el derecho de agremiación, ni criticar a quienes se esconden tras una inocente fachada en busca de una orientación política, pero si la reunión la constituyen los propietarios de los medios de comunicación para definir una posición política, es seguro que se han de constituir en oposición al gobierno de turno, en contra del pueblo, como es costumbre.

En estas reuniones es de donde surgen los llamados “grupos de presión”, los mismos que exigen a los que gobiernan sumas astronómicas de dinero, con el objeto de no fabricarles una “mala imagen” al poner en marcha el aparato comunicativo.


Estos “grupos” no solo puede perjudicar las buenas imágenes, si no hasta pueden llegar al derrocamiento de un gobierno constituido en el instante en que menos se imagina el gobernante; pues se sabe que la estabilidad política no solamente proviene de buenos padrinos con ganas de beneficiar a sus pupilos, si no que la decisión definitiva es únicamente patrimonio del pueblo organizado, quien debe ser juez y arbitro del gobernante, por la sola razón de la ley y del sistema.

CONTACTO DIRECTO E INTEGRACIÓN POPULAR.

Tanto la cultura, como la necesidad de la comunicación, no deben ser analizadas, ni entendidas, como el patrimonio de algunos elegidos.

Se entiende que si la cultura viene del pueblo y éste quien la crea, no puede pertenecer a otro que no sea su originario depositario.
En cuento a la cultura, parece no ser así, pues con dolor nos cuesta ver a diario el manoseo cultural y la permanente acefalía en que vive nuestra provincia en materia de planes y proyectos culturales.


En cuanto a los medios de comunicación no es necesario advertir sus fallas, pues estas son observadas a simple vista y bien se comprende que la “pantalla chica” está destinada solo a una elite, que solo se activa en beneficio de un capital, lo que va en contra de un pueblo vencido y oprimido por una colonización cultural incomprensible.

Creo necesario resaltar la necesidad de que los medios establezcan un contacto directo con la población, trasladando sus cámaras, como así sus micrófonos a los lugares en donde el hombre produce para pagar su aparato u consumir lo que allí le ofrecen.

Hablo de lo real y necesario que seria ver por televisión a un ranchero santiagueño en su trabajo, su medio de vida por los lentes televisivos de toda América al tiempo que todas las radios del país transmitieran, no solo los ejes de su producción, sino también sus mensajes de dolor y tristeza.


Quizá muy pronto llegue el día en que se entiendan realidades que están haciendo un daño irreparable al país, entender por ejemplo que día a día hay verdaderos talentos que se trucan por la falta de adecuación en los sistemas educativos. Las escasas oportunidades puestas a disposiciones de la sociedad, no ayudan a la recuperación del acervo que se pierde inexorablemente tras la impericia de quienes nos gobiernan.


Ya es hora que la comunidad comprenda los destinos de los malos mensajes que recibe y que se sepa o se reconozca de una vez por todas que el deporte...no es cultura...!


Publicado en el diario La Hora, 1975.-

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