Hasta
el momento no se ha dicho todo, en lo que se refiere a la verdadera
identidad de los medios de comunicación, preferentemente en
Latinoamérica.
Los puntos de partida y algunas objeciones
tratadas a lo largo de numerosas notas, no han sido, a mi parecer, lo
suficientemente explícitas como para dar una visión completa de los
oscuros manejos con que se mueven ciertos medios de prensa que se dicen
informativos.
De todas maneras y para terminar con esta serie
de artículos referentes a los medios de comunicación, expondré en
síntesis algunos de los males que dañan a la población en un intento de
advertir a quienes tienen la misión de erradicar sutiles asperezas.
HACIA UNA DESTRUCCIÓN DEL LLAMADO COPAMIENTO.
La infiltración ideológica suele -como se sabe-
penetrar por el lado más expansivo y menos advertido. Expandirse
sutilmente por un medio de comunicación es una idea mas que genial que
automáticamente adquiere para sí un mensaje penetrante y extraño que se
apodera hasta de las mentes mejores preparadas.
Pasan inadvertidamente como un inofensivo medio
de comunicación, pueden sentarse en la administración de su caso o de su
empresa y convertir en su objetivo, cuanta idea comunicativa surja o
bien ser el artífice del entretenimiento, aprovechando su imagen publica
como medio de conquistar ideas extrañas al sentir popular.
Desmembrar la cúpula nociva enquistada en los
medios de comunicación, seria como crear una nueva imagen al servicio de
un consumidor de buena fe, que no altere sus principios y que se dirija
solamente al bien de la comunidad.
Una radio o una televisión con conciencia
argentina e identificada con los intereses de la población, puede ser el
principio de una gran conquista nacional.
COMO SURGEN LOS GRUPOS DE PRESIÓN.
Resulta lógico que un medio de prensa se dirija a un conjunto personas agrupadas o reunidas en pro de un interés común.
Lo malo del caso lo constituyen quienes se
reúnen tras de un interés político, no quiero con esto impedir el
derecho de agremiación, ni criticar a quienes se esconden tras una
inocente fachada en busca de una orientación política, pero si la
reunión la constituyen los propietarios de los medios de comunicación
para definir una posición política, es seguro que se han de constituir
en oposición al gobierno de turno, en contra del pueblo, como es
costumbre.
En estas reuniones es de donde surgen los
llamados “grupos de presión”, los mismos que exigen a los que gobiernan
sumas astronómicas de dinero, con el objeto de no fabricarles una “mala
imagen” al poner en marcha el aparato comunicativo.
Estos “grupos” no solo puede perjudicar las
buenas imágenes, si no hasta pueden llegar al derrocamiento de un
gobierno constituido en el instante en que menos se imagina el
gobernante; pues se sabe que la estabilidad política no solamente
proviene de buenos padrinos con ganas de beneficiar a sus pupilos, si no
que la decisión definitiva es únicamente patrimonio del pueblo
organizado, quien debe ser juez y arbitro del gobernante, por la sola
razón de la ley y del sistema.
CONTACTO DIRECTO E INTEGRACIÓN POPULAR.
Tanto la cultura, como la necesidad de la
comunicación, no deben ser analizadas, ni entendidas, como el patrimonio
de algunos elegidos.
Se entiende que si la cultura viene del pueblo y
éste quien la crea, no puede pertenecer a otro que no sea su originario
depositario.
En cuento a la cultura, parece no ser así, pues
con dolor nos cuesta ver a diario el manoseo cultural y la permanente
acefalía en que vive nuestra provincia en materia de planes y proyectos
culturales.
En cuanto a los medios de comunicación no es
necesario advertir sus fallas, pues estas son observadas a simple vista y
bien se comprende que la “pantalla chica” está destinada solo a una
elite, que solo se activa en beneficio de un capital, lo que va en
contra de un pueblo vencido y oprimido por una colonización cultural
incomprensible.
Creo necesario resaltar la necesidad de que los
medios establezcan un contacto directo con la población, trasladando sus
cámaras, como así sus micrófonos a los lugares en donde el hombre
produce para pagar su aparato u consumir lo que allí le ofrecen.
Hablo de lo real y necesario que seria ver por
televisión a un ranchero santiagueño en su trabajo, su medio de vida por
los lentes televisivos de toda América al tiempo que todas las radios
del país transmitieran, no solo los ejes de su producción, sino también
sus mensajes de dolor y tristeza.
Quizá muy pronto llegue el día en que se
entiendan realidades que están haciendo un daño irreparable al país,
entender por ejemplo que día a día hay verdaderos talentos que se trucan
por la falta de adecuación en los sistemas educativos. Las escasas
oportunidades puestas a disposiciones de la sociedad, no ayudan a la
recuperación del acervo que se pierde inexorablemente tras la impericia
de quienes nos gobiernan.
Ya es hora que la comunidad comprenda los
destinos de los malos mensajes que recibe y que se sepa o se reconozca
de una vez por todas que el deporte...no es cultura...!
Publicado en el diario La Hora, 1975.-
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