Cada
vez que se inicia un nuevo proceso en lo político surgen a través de
esta causa un sin fin de proyectos; ideas y anhelos que se conjugan en
el pensamiento de las mayorías populares.
El tiempo que duró la opresión fue suficiente
como para enajenar en definitiva las aspiraciones con que contó la
población en otra, tuvo el alcance justo y tardío que casi se diría que
algunos llegaron a pensar que nunca nos reivindicaríamos.
Santiago del Estero una de las provincias mas necesitadas en todos los campos, está trabajando con ahínco, fuerza y decisión.
Digamos que está viviendo un proceso de cambio
que lo estamos notando en el trabajo de las ultimas generaciones, las
que nos llevaron por el camino de la definitiva integración.
PUEBLO
La comprensión de nuestra gente está contribuyendo notablemente para que el cambio soñado se haga en paz.
Los santiagueños también entendemos que la
brusquedad, el apresuramiento y el impulso, no nos pueden conducir a un
acertada realización, lo que quiere decir que trabajando mucho en parte
clave, en poco tiempo estará cediendo el malestar y esta posesión nos
otorgará el privilegio de trabajar contentos, de unirnos con todos, sin
rivalidades en la lucha, con amor por el ideal y con votos de
sacrificios.
El pueblo concientizado, no necesita armas para
entablar la batalla; se une a los lineamientos básicos y revolucionan el
sistema que los rige y sostienen para si, un grado positivo de
provechos en la creación de las pautas esenciales que estamos
persiguiendo.
CULTURA
Sabemos que la cultura en estas provincias igual
que tantas otras se encuentran relegadas a un plano inferior y
secundario que no posibilita ningún tipo de extensión cultural.
Lo importante es que existe una estructura que
debe ser inmediatamente proyectada a través de un plan analítico de
política cultural que tienda a cubrir todo el contenido provincial de
acuerdo a por lo menos las necesidades mínimas de cada departamento.
Los que conocemos de cerca este problema nos
encontramos en la búsqueda por concretar soluciones que van a llevarnos a
una definitiva integración en lo que hace a la proyección comunicativa
entre pueblo y cultura. Los fines que nos proponemos hemos de
conseguirlos a través de la acción y la fuerza que depositaremos con el
correr de los días.
Los medios con los que contamos no son
precisamente los adecuados para cuando la voluntad es fuerte no hay
impedimento recio que logre superar las ansias de los que insisten por
conseguir un país mejor. La solución a la que arribaremos será simple y
clara: si la cultura nace de pueblo, es en él en quien de residir.
JUVENTUD
La máxima esperanza de una Nación joven, esta
indudablemente en su juventud. Está en la pujanza de los hombres bien
intencionados, en la claridad de los conceptos; en la potencia de una
ideal. El vacío que crea un mal gobierno debe ser rápidamente
contrarrestado con la generación de “anticuerpos” que produzcan
vitalidad, seguridad, y precisión.
¿Qué mejor que la preparación adecuada del hombre del mañana para que tenga a su cargo los destinos de un país...?
¿Qué mejor que las ideas renovadoras de nuestros jóvenes en las viejas estructuras, originántes de un cambio de raíz vetusto?
El compromiso que vienen asumiendo en esta época
los llamados soldados de Perón, no consiste en la desentronización
inmediata de todos lo creado, ni consideran que todo lo implantado por
los gobiernos anteriores es nocivo.
Se conoce nuestra historia y en ella nos
basamos, nos compenetramos de su experiencia; muy amarga por cierto y
conocedores del camino proyectamos nuestra acción. Mientras la juventud
tenga a su cargo una misión que cumplir los que no creen en nosotros
dirían lo que mas les guste; ellos son libres de opinar pero lo que
nunca podrán decir –aunque le duela- es que no trabajamos por y para
bien del pueblo: de nuestro querido pueblo, que es lo mejor que
tenemos...
Publicado en el diario La Hora, 2 de octubre de 1973.-
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