No, este camaleón del poder,
que ha tejido una red de delfines y aliados para perpetuarse como un rey
feudal, ahora pretende saltar al Congreso Nacional como candidato a diputado
por Provincias Unidas, con las elecciones legislativas del 26 de octubre de
2025 acechando como su próximo botín. ¿Su excusa? "Defender el interior
productivo". ¡JaJAJA!
Lo que busca es más influencia, más fueros y
más control, disfrazado de estadista moderado, mientras Córdoba sigue ahogada
en deudas municipales impagables y empresas huyendo como Mercado Libre, que
abandonó la provincia por la asfixia impositiva de su "modelo
exitoso".
Un legado de fraudes y manipulaciones: del "tongo" de 2007 a la maquinaria actualRecordemos el escándalo de 2007, que denunciamos sin tapujos: un escrutinio opaco, resultados "mágicos" anunciados por Schiaretti como si fueran un guion de telenovela, y un pueblo en las calles gritando "¡tongo!" frente a la Casa de Gobierno.
Aquel fraude, blindado por
un Poder Judicial adicto al oficialismo, fue solo el comienzo de una saga de
perpetuación. Schiaretti, en complicidad con José Manuel de la Sota, construyó
un feudo peronista que confunde democracia con monarquía hereditaria. Pasó de
interventor en Santiago del Estero (1993-1995), dejando una estela de
corrupción con Menem y Cavallo, a gobernador por tres mandatos, y ahora, tras
entregar el sillón a su títere Martín Llaryora en 2023, arma un partido
nacional llamado Hacemos Argentina para invadir provincias como San Juan,
Catamarca y Jujuy.
¡Ambición
desmedida!
En 2024, ya pavimentaba su
regreso con reuniones en Santa Fe y Entre Ríos, tentado a radicales y PRO, todo
para consolidar un frente anti-K que huele a anti-Milei oportunista.
Hoy, encabecza la lista de
diputados por Córdoba en Provincias Unidas, un bloque de gobernadores del
interior que él impulsó para oponerse al ajuste de Javier Milei. Encuestas
recientes lo muestran liderando en la capital cordobesa con un 30-35% de
intención de voto, por encima de los libertarios que pierden fuelle.
Pero no se equivoquen: esto
no es liderazgo, es cálculo frío. Schiaretti, el "tiempista
silencioso", cultiva el bajo perfil mientras sus intendentes lo bancan a
capa y espada contra Milei, gritando que "hay que evitar que tenga el
poder absoluto".
¿Poder absoluto? ¡Mira quién
habla, el que ha monopolizado Córdoba por 25 años!La farsa del "modelo
Córdoba": mentiras, evasión y un ajuste cruel disfrazado
Schiaretti presume de "equilibrio fiscal con equilibrio social", pero
es una estafa. Su gestión acumuló deudas que asfixian a los municipios –tasas
impagables que ahuyentan inversiones– y un IVA provincial que penaliza la
producción, tal como él mismo critica ahora a nivel nacional.
Propone eliminar retenciones
al campo en dos años, llamándolas "robo al interior productivo", pero
¿dónde estuvo cuando Córdoba aportó 35 mil millones de dólares en retenciones
desde 2003? ¡Cobrándolos para su caja chica! Y su "lucha contra la
evasión" es hipocresía pura: mientras Milei los llama "héroes",
Schiaretti glorificó evasores locales con exenciones que beneficiaron a sus
amigos.El colmo: en plena campaña, el 19 de septiembre de 2025, Milei lo tildó
de "adicto al gasto" en la Bolsa de Comercio de Córdoba, acusándolo
de elevar el déficit en 7 puntos del PBI con su plan fiscal. ¿La respuesta de Schiaretti?
Un tuit incendiario: "El presidente Milei miente descaradamente".
¡Descarado es él, que en
2020 prohibió al padre de Solange Musse, una joven terminal de cáncer,
abrazarla tras 1.200 km de viaje por el COVID, priorizando su
"control" sobre la humanidad! Ese episodio, revivido en redes, muestra al verdadero
Schiaretti: un tirano insensible que usa la crisis para blindarse. Críticas
llueven en X: "20 años en el poder, empresas huyendo, y ahora da cátedra
sobre producción", tuitea un usuario indignado. Otro lo acusa de "cara de piedra"
que "le encanta el poder".
Hasta La Voz de Córdoba,
otrora neutral, se vendió a su pauta y se convirtió en panfleto.
El
veredicto del pueblo:
¿Fin de la dinastía o más
"tongo"? Schiaretti ataca al kirchnerismo como "máquina de hacer
pobres" y a Milei como "ajuste a hachazos",
posicionándose como el
"centro" que supera la grieta. Pero el pueblo sabe: es el mismo que
confundió democracia con su reinado personal. Con el 16% de indecisos en
encuestas y un descontento social creciente, el 26 de octubre podría ser su
Waterloo.
Córdoba clama alternancia,
no más perpetuación. Como en 2007, el soberano dirá: "¡Fuera el
tongo!". Si Schiaretti gana, será por maquinaria sucia; si pierde, que se
vaya de una vez. ¡El poder no es hereditario, Pibe!




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