sábado, 24 de agosto de 2024

CINCUENTA AÑOS DE CULTURA...


Jura en casa de gobierno: Juan Jiménez Domínguez, René Gómez Álvarez, Guillermo Abregú Mitelbach, diputado Infante y otros
Hoy hace cincuenta años que asumí en el cargo de Director General de Cultura de la Provincia de Santiago del Estero, jurando también en esa oportunidad como Secretario General del N.O.A. Cultural.

También juré el cargo de Director General del Teatro 25 de Mayo que por aquel entonces formaba parte del "paquete" de actividades, que necesitaban de una reforma integral. De inmediato me avoqué a la formulación de un plan cultural para que la función fuera dotada de un presupuesto acurde a sus necesidades y debo reconocer que fue el último en su género, ya que nunca se conoció estrategia alguna, para ejercer esa función.

Había cumplido 23 años. Recuerdo que fue un agosto atípico, veraniego,  pues ese día –asado de por medio-  fui sorprendido por la noticia de mi designación, cuando la radio LV11 anunciaba una serie de asunciones en la casa de gobierno, encontrándome entre quienes conformarían el flamante elenco gubernamental.

En esa oportunidad la provincia se encontraba intervenida por el P.E.N. y el Profesor Juan Jiménez Domínguez ya había asumido como Interventor. En verdad, nada sabía al respecto, solo me habían sugerido si deseaba participar en la gestión, a lo que respondí de manera negativa.

Conocí al Interventor en Buenos Aires,  el mismo día que lo designaron, cuando llamó a la casa del Ing. Belisario Carrillo –hermano de Ramón- en donde me encontraba almorzando con su familia. Se presentó para pedirle a su amigo “Mocho” que lo acompañase como Ministro de Obras Publicas en un proceso incierto que no tenia fecha de vencimiento, conforme a los sucesos de índole político que se desarrollaban en la provincia, entre las fracciones justicialistas López Bustos- Juárez.

- Me gustaría que haya un Carrillo entre mis ministros, anunció  el Interventor al llegar. Gesto que fue largamente agradecido por el anfitrión, quien declinó el ofrecimiento por razones de salud. Mientras se desarrollaba la charla el visitante advirtió por la tonada, mi identidad santiagueña, y de inmediato lo interioricé de las causas que habían motivado su presencia en la vieja casona del barrio de Belgrano. 

Me pidió si podía redactarle el discurso de asunción, pues esa misma tarde debía asumir en el cargo. También me solicitó si podía acompañarlo en el viaje, a lo que me negué, ya que eran otras las razones que motivaban mi presencia fuera de Santiago.

Más tarde el Ing. Carrillo se comunicó por teléfono diciéndome que se había comprometido con el Interventor para que lo acompañase en su gestión durante su permanencia en Santiago. Al día siguiente se presentó el piloto afectado a la casa de gobierno con “orden” de trasladarme a Santiago y de paso experimentar mi “vuelo bautismal”.

Arribé a la provincia, en compañía de Ramón “Tito” Castillo Carrillo, y de inmediato fuimos trasladados a la casa gubernamental. Nunca olvidaré el gesto generoso del Interventor, cuando nos entregó el listado de cargos, y nos dijo: “Menos el Ministerio de Gobierno, el de Economía y la Secretaria General de la Gobernación, elijan el lugar que quieran.”. Yo no acepté el ofrecimiento. Al otro día Castillo Carrillo asumía como Presidente de la entonces Corporación del Rio Dulce.

En verdad, no sabía que mi designación ya estaba pergeñada por el propio Interventor,  quizá por ello la noche de las asunciones el Director del Ceremonial,  Jorge Bruhn Gauna me perseguía por las escaleras, decreto en mano, porque no conocía el numero de mi documento de identidad, para formalizar la asunción.

Aun recuerdo el salón de acuerdos de la casa de gobierno, totalmente colmado. El Interventor cuando me vio llegar, me pidió que dijera unas palabras, hecho inusual ante lo sencillo del cargo.  Lo demás... es historia conocida, sin duda que ocurrieron tantos episodios que ya son parte del anecdotario político local, lo que me hace suponer que cincuenta años… no es nada.


No hay comentarios.: