EL DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ·
Presidente de la Corte Suprema de Justicia y un sinceramiento de la actualidad |
El Dr. Carlos Rosenkrantz, llamó a los jueces a recuperar la confianza de
la ciudadanía y, si bien abundó en críticas, dijo que no se trata de una crisis
irreversible. Obvio pues de ser así estaríamos viviendo en una sociedad caótica,
al borde de su desintegración.
Dijo que "Un Poder Judicial sin legitimidad pierde su razón de ser, pues
sin legitimidad un Poder Judicial no puede ser eficaz en la realización de sus
fines", al parecer a comprendido y asimilado el pulso del pensamiento nacional
que prima en estos momentos.
La crisis de credibilidad que mantiene
atrapado a los argentinos esta vez es advertida por quienes tienen la honorable
misión de hacer posible la justicia distributiva que tanto preocupa en este
tiempo. Seguramente es por ello que con total sinceramiento reconoce lo que estábamos
esperando escuchar. "Toda crisis de
legitimidad es en gran parte una crisis de confianza. Los argentinos están
perdiendo la confianza en el Poder Judicial. Hay dudas de que nos comportamos
como verdaderos jueces de una democracia republicana. La solución requiere
entonces que revirtamos esta percepción y, para ello, los jueces debemos
mostrar, todos y todos los días, que sí somos verdaderos jueces de una
democracia republicana"
Reconoce también que hay que
volver a las fuentes y poner en práctica el pensamiento ilustre de los máximos intelectuales
de la cultura universal. "Nuestras
decisiones no pueden ser ad hoc, sino que deben están estructuradas por
principios. Significa también que estamos comprometidos, en casos futuros, a
aplicar esos mismos principios aunque el resultado sea impopular o antipático.
Significa que, como Ulises, somos capaces de atarnos al mástil de la
legalidad"
Desde hace tiempo la magistratura
dejó de ser creíble para el ciudadano argentino, es más, se ha estacionado
entre las más desprestigiadas de las instituciones, a causa de la venalidad, la
corruptela, la obediencia y el sometimiento desmedido hacia el Poder Ejecutivo.
Es como reconocer que no se aceptan juzgadores serviles, ignorantes e inútiles
al servicio funcional del mandamás. "Tenemos
que entender que pertenecer al Poder Judicial no es un privilegio. Ser jueces o
funcionarios del Poder Judicial no nos confiere derechos, sino que, por el
contrario, nos impone deberes y responsabilidades".
El país exige que se corrija el
rumbo perdido, el deber ser abandonado,
la dignidad prostituida. Está pidiendo por magistrados que cumplan con la función
que la comunidad le ha encomendado. "Los
jueces debemos mostrar que somos refractarios a todo interés personal,
ideológico, político y de cualquier otra naturaleza que no sea el interés de
realizar el imperio del derecho". Es que no hay otra forma de interpretar
al deber ser, que no sea la voluntad popular que observa azorada, como se desmoronan
los cimientos en donde se asienta el sentimiento nacional.
Ojalá que este discurso sea
genuino y honesto y que de aquí en más, asumido el reconocimiento de los males
que nos aquejan, se oriente el rumbo perdido y vuelva el tiempo de la claridad
intelectual, de la igualdad de valores, y de la participación colectiva sin
distingos, ni proscripciones por el solo hecho de pensar distinto.
Proveer Conforme
Y... que Sea Justicia
· º Publicado en Revista La Columna No. 1318. 28/3/2019.-
· º Publicado en Revista La Columna No. 1318. 28/3/2019.-
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