miércoles, 20 de marzo de 2019

A CONFESIÓN DE PARTE…. ·

 EL DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ·
Presidente de la Corte Suprema de Justicia y un sinceramiento de la actualidad
                   El Dr. Carlos Rosenkrantz,  llamó a los jueces a recuperar la confianza de la ciudadanía y, si bien abundó en críticas, dijo que no se trata de una crisis irreversible. Obvio pues de ser así estaríamos viviendo en una sociedad caótica, al borde de su desintegración.


Dijo que "Un Poder Judicial sin legitimidad pierde su razón de ser, pues sin legitimidad un Poder Judicial no puede ser eficaz en la realización de sus fines", al parecer a comprendido y asimilado el pulso del pensamiento nacional  que prima en estos momentos.

La crisis de credibilidad que mantiene atrapado a los argentinos esta vez es advertida por quienes tienen la honorable misión de hacer posible la justicia distributiva que tanto preocupa en este tiempo. Seguramente es por ello que con total sinceramiento reconoce lo que estábamos esperando escuchar. "Toda crisis de legitimidad es en gran parte una crisis de confianza. Los argentinos están perdiendo la confianza en el Poder Judicial. Hay dudas de que nos comportamos como verdaderos jueces de una democracia republicana. La solución requiere entonces que revirtamos esta percepción y, para ello, los jueces debemos mostrar, todos y todos los días, que sí somos verdaderos jueces de una democracia republicana"

Reconoce también que hay que volver a las fuentes y poner en práctica el pensamiento ilustre de los máximos intelectuales de la cultura universal. "Nuestras decisiones no pueden ser ad hoc, sino que deben están estructuradas por principios. Significa también que estamos comprometidos, en casos futuros, a aplicar esos mismos principios aunque el resultado sea impopular o antipático. Significa que, como Ulises, somos capaces de atarnos al mástil de la legalidad"

Desde hace tiempo la magistratura dejó de ser creíble para el ciudadano argentino, es más, se ha estacionado entre las más desprestigiadas de las instituciones, a causa de la venalidad, la corruptela, la obediencia y el sometimiento desmedido hacia el Poder Ejecutivo. Es como reconocer que no se aceptan juzgadores serviles, ignorantes e inútiles al servicio funcional del mandamás.   "Tenemos que entender que pertenecer al Poder Judicial no es un privilegio. Ser jueces o funcionarios del Poder Judicial no nos confiere derechos, sino que, por el contrario, nos impone deberes y responsabilidades".

El país exige que se corrija el rumbo perdido, el deber ser  abandonado, la dignidad prostituida. Está pidiendo por magistrados que cumplan con la función que la comunidad le ha encomendado. "Los jueces debemos mostrar que somos refractarios a todo interés personal, ideológico, político y de cualquier otra naturaleza que no sea el interés de realizar el imperio del derecho". Es que no hay otra forma de interpretar al deber ser, que no sea la voluntad popular que observa azorada, como se desmoronan los cimientos en donde se asienta el sentimiento nacional.

Ojalá que este discurso sea genuino y honesto y que de aquí en más, asumido el reconocimiento de los males que nos aquejan, se oriente el rumbo perdido y vuelva el tiempo de la claridad intelectual, de la igualdad de valores, y de la participación colectiva sin distingos, ni proscripciones por el solo hecho de pensar distinto.
                                                            Proveer Conforme
                                                            Y... que Sea Justicia


· º Publicado en Revista La Columna No. 1318. 28/3/2019.-

No hay comentarios.: