lunes, 4 de diciembre de 2023

LOS RODRIGUEZ SANTIAGUEÑOS

 

Mantener el perfil bajo, muchas veces, suele ser perjudicial para la historia y es así como con el transcurso del tiempo, resulta una aventura tener acceso a la información, conseguir datos, gráficos, ilustraciones, etc. para argumentar teniendo por ciertos, sucesos acaecidos a nuestro alrededor, los que se tornan imposibles con el curso de los años, si el material no fue resguardado o no se cuenta con datos ciertos.

En nuestra provincia, los hechos fortuitos, como el vandalismo inconsciente perpetrado entre el 16 y 19 de diciembre de 1993, atentaron en contra de la conservación de materiales históricos esenciales para el conocimiento fiel de hechos irrepetibles.

En este caso en especial en que pretendo rescatar la actividad, social, política y cultural de “Los Rodríguez”, debo admitir que el pillaje que actuó en la depredación de edificios públicos y privados,  hace casi  30 años en esta provincia, incineró y saqueó la prueba documental que debiera ilustrar esta nota.

La Revista Social [1]en un artículo titulado: “Dos Perfiles”, reseñó el perfil de  Jorge A. Perkins y Navarro y el del Dr. Atanasio Rodríguez, de quien expresa:

“Nuestra exigencia justificada, nos ha valido conseguir la fotografía del actual Fiscal Federal Señor Dr. Atanasio Rodríguez, distinguido y talentoso jurisconsulto que debía figurar en nuestras columnas en este lugar preferente.

Nos limitaremos únicamente a dar algunos datos biográficos. Nació en el año 1852 en Santiago del Estero, donde fue a la edad de 25 años nombrado profesor del Colegio Nacional de aquella ciudad, hasta el año 1881 que ocupó la Secretaria del Consejo General de Educación, hasta el año 1883 que se retiró.

En aquel entonces era corresponsal epistolar y telegráfico de “La Nación” de Buenos Aires y colaboraba en varias publicaciones argentinas, ejerciendo el primer cargo durante diez años.

De 1887 a 1892 fue Vicepresidente y miembro del Consejo de Educación y al mismo tiempo dirigía y redactaba el órgano más caracterizado de Santiago: “La Opinión Publica, que le valió muchos admiradores.

Designado como Consejero y Vicepresidente del Banco Hipotecario Nacional imprimió vigor a dicha institución y su separación se consideró una perdida irremplazable para el banco.

Fue elegido diputado y presidió la Cámara de Diputados de 1888 a 1892,  cuando gobernó Absalón Rojas, siendo también Representante General del Banco Nacional de aquella capital y entre 1891 y 1896 abogado del mismo en esta ciudad.

Ocupó la Fiscalía de Estado en Santiago del Estero de 1897 al 98, habiendo sido Convencional cuando la elección del General Roca.

Ha sido en diversas épocas Presidente del P.A.N. (Partido Autonomista Nacional) de Santiago del Estero y Presidente del Colegio Electoral en el año 1897.

Actualmente como dejamos dicho, es Fiscal Federal, con el beneplácito general.”

 DE LAS CRONICAS PERIODISTICAS

“La dolorosa enfermedad que desde hacía algún tiempo aquejaba al Dr. Atanasio Rodríguez, ha tenido ayer su fatal desenlace con el deceso del paciente. El Dr. Rodríguez nació en la ciudad de Santiago del Estero el 2 de mayo de 1852, contando por consiguiente en la actualidad 62 años.

Hombre de ilustración desempeñó en su provincia natal muchos cargos públicos de importancia: fue Fiscal de Estado, consejero del Banco Hipotecario Nacional, Miembro del Consejo Nacional de Educación y Profesor de varias cátedras del Colegio Nacional, fue además miembro de la Convención que proclamo la formula Julio A. Roca-Quirno Costa, para la presidencia y vice de la república, respectivamente.

El extinto actuó hace algunos años en la política de su provincia llegando a ocupar una banca de diputado en la legislatura. Se incorporó hace mucho tiempo a nuestra sociedad en cuyos círculos gozaba de general aprecio. En esta ciudad desempeño elo cargo de Fiscal Nacional hasta 1911, renunciando en este año por razones de salud. La noticia del fallecimiento ha sido recibida con la dolorosa impresión que es de suponer, por tratarse de una respetable persona, cuya actuación entre nosotros la hacía merecedora de cariño y consideración de todos.” [2]

“Se acaba de extinguir en nuestra ciudad tras un larga y serena ancianidad el distinguido abogado, doctor Atanasio Rodríguez, fundador de una familia prestigiosa y extensamente vinculada.

Muere el Dr. Rodríguez a la edad de 62 años después de sufrir con una entereza poco común las alternativas de una cruel dolencia, que ha provocado en el extenso núcleo de sus relaciones honda y sincera pena.

Dentro de la sociedad rosarina tan cauta y escrupulosa para consagrar reputaciones el nombre del Dr. Rodríguez era una garantía incontestable de probidad y de inteligencia recta y desinteresada.

Era el extinto un distinguido abogado a quien rodeaban las simpatías y afectos que lo habían hecho acreedor las prendas caballerescas que le adornaban.

Con extensas vinculaciones en los círculos en que actuaba su fallecimiento ha de ser sinceramente sentido.

Desde la alta posición que ocupaba por su rango propio y por su bienestar, el Dr. Rodríguez se destacaba como un ejemplo de trabajo, ejerciendo al propio tiempo las funciones de un noble y generoso benefactor.

Caballero sin tacha, su hogar respetable fue siempre centro de la cultura y sociabilidad más distinguida llenando con su prestigio el ambiente de esta ciudad, tan querida para él.

Originario de Santiago del Estero el Dr. Rodríguez desempeño en su ciudad natal los siguientes cargos:

Desde 1875 a 1880 fu profesor del Colegio Nacional.

1881-83 Secretario del Consejo General de Educación.

1886-92 Consejero y Vicepresidente del Banco Hipotecario Nacional.

1988-92  Diputado a la Legislatura. Habiendo sido en los tres periodos presidente de la Cámara.

1890-92 Representante del Banco Nacional.

1897-98 Fiscal de Estado.

1897 Elector de Presidente de la Republica que presidio el General Roca.

Y entre otros cargos desempeño finalmente desde 1906-11 e de Fiscal Nacional en nuestra ciudad.

Su desaparición evocara en la ciudad de su nacimiento justos recuerdos y un melancólico y fundado pesar.

El acto de sepelio de sus restos tendrá lugar hoy a las 3 pm en el Salvador y constituirá a no dudarlo una imponente manifestación de duelo”

“Dr Atanasio Rodríguez. Hondo pesar ha causado en el círculo de sus relaciones, la noticia del fallecimiento del Dr. Atanasio Rodríguez, ocurrido ayer por la tarde.

Hombre inteligente y batallador incansable, ocupo diversos puestos públicos en su ciudad natal Santiago del Estero, y en esta, conquistando merecidos elogios y sinceras amistades por su actuación correcta y su carácter.

Vinculado a nuestra sociedad por los lazos de la amistad el Dr. Rodríguez se granjeo el aprecio y estimación de cuantos lo trataron. Muere a los 62 años de edad lleno de vigor y cuando su actuación como abogado era por demás lucida.

El sepelio de sus restos efectuase esta tarde en el cementerio San Salvador, a cuyo acto asistieron numerosas personas” [3]

“El acto de inhumación de los restos del Dr. Atanasio Rodríguez, verificado ayer en el cementerio de San Salvador dio lugar a una elocuente exteriorización de pesar. Todo cuando de representativo cuenta esta ciudad, acudió al acto del sepelio”[4]

Dr. Atanasio Rodríguez. Falleció el 9 de junio de 1914 Su esposa Justina López de Rodríguez, sus hijos: Atanasio, María Justina, Tomasa, María América, Angélica, María Selva, Elena Leontina y Emma Argentina. Su hermana Salomé R. de St.John, su hermano político Walter St John y demás deudos invitan a sus relaciones a acompañar sus restos mortales del extinto al cementerio San Salvador hoy miércoles 10 del corriente a las 3 ½ . Favor que se agradecerá eternamente. Única invitación. Casa mortuoria Laprida No. 1220. Se ruega no enviar coronas. El duelo se despedirá por tarjeta. Nota: en la Empresa Simonetti habrá carruajes hasta las 3 y ½.” [5]  

 ECOS DEL SEPELIO

La intensa pena que provocara en los círculos en que actuara y en nuestra sociedad distinguida la muerte del respetable abogado doctor Atanasio Rodríguez hace visto elocuentemente exteriorizada  ayer a las 3.30 de la tarde al ser conducidos sus restos  la última morada.

El cortejo fúnebre que estaba formado por un número de personas tan crecido como selecto abandonó la casa mortuoria a la hora indicada siguiendo directamente al San Salvador, en cuya lúgubre mansión habíase congregado también un núcleo numeroso de familias de la relación del extinto a la espera de los despojos del malogrado doctor.

Y allí pudo verse de nuevo renovada la gran pena que su desaparición provocara n nuestra ciudad, donde el Dr. Rodríguez por su belleza de alma solo afectos y simpatía supo inspirar.

Antes de ser colocado el féretro en el panteón de la familia Taborda, el Dr. José González Albornoz, pronuncio la siguiente alocución:

“Señores: una pena superior a las emociones comunes embarga en toda su plenitud mi espíritu, que si bien habituado a recibir golpes recios en las batallas de la vida, cuando más se acaricia el culto de la amistad y del vínculo, más profundamente hiere el golpe que se recibe.

Los yertos despojos de este amigo querido, querido para su esposa, querido para sus hijos y respetado por todos, han pagado el tributo natural del problema evolutivo de la materia.

Su acción personal queda grabada con letra inmarcesible en el corazón de cuantos tuvimos la fortuna de vincular de cerca su trato franco y caballeresco  abierto y accesible a los más nobles ideales de un pensamiento sano y conceptuoso, aun en los más excitados momentos del chocar de posiciones.

Su consejo de hombre probo y de experiencia sabia, supo conquistar el lugar que se le depara al varón insigne que mira la honesta constitución de la familia como el pedestal de la sociedad y de la patria.



Trabajador infatigable puso al servicio de su patria, todo su patrimonio individual, corrió a armarse en defensa de la dignidad de la republica alistándose apenas adulto en las fuerzas que iban al Paraguay a salvar gloriosamente el honor nacional en la guerra más cruenta que haya tenido la Nación.

Como funcionario público en su provincia natal, abogado de instituciones nacionales y Procurador Fiscal de esta ciudad caracterizo sus funciones con un sello propio, y en todos ellos dejo bien marcada la estela de su paso, inspirándose siempre en los ideales de la justicia.

La consideración publica rodeo su nombra haciéndole un merecido homenaje a sus virtudes ciudadanas que es el cimiento de las virtudes del ciudadano.

Al dar mi cariñosa despedida a estos restos inanimados séame permitido dejar estampado para eterna memoria de las condiciones de este hombre importante que se va para siempre del reino de los vivos pero que deja en la familia y en la sociedad argentina una huella profunda que nosotros al pasar junto a ella traeremos dl recuerdo de sus grandes virtudes…

Adiós querido amigo, tierno consuelo para los suyos que lo ven partir con el alma hecha pedazos”. [6]

 Asistieron al sepelio

Dres. Luis V. González, Marcelino Medina, Teófilo Rojas, Sandalio Alarcón, Luis Goncebatt, Juan Quijano, Omindo Araya, Benjamín Avalos, Martin Meyer

Eugenio Pucia y Benza, Domingo Álvarez, Néstor Noriega, Aristóbulo Enzo, José Fernández, Jacinto Rodríguez Pardo, José E Mata, Miguel Porfirio, Ernesto J. Arias, José Meca, Juan de Rojas, Heriberto Arias, Rufino Alegre,  Juan A. Surrey, Carlos Herrera, Luis J. González, José V. González, Jorge Mayer Basabilbaso, José F. Caligaris, Miguel Bafico, P. Luis Zeggio, Feliz Martínez Zurbano, Juan José García, Rodolfo F Bustos,  C. García Álvarez, Hugo Moltedo, Manuel Gigena, Luis A. Rivano, Antonio Perernostti,Francisco Ahumada, Inocncio Zito, Pedro Galloso, José F. González, Camilo Porfitio, Modesto barroso, Sixto Peñaloza, Bernardino Callgaris, Carlo0s María Lara, Juan J. Noriega, Alfredo Labord, Carlos González Funes, Mariano Saracho, Rodolfo J. Bustos, J. Monasterio, Jerónimo Van Zandaregh, Francisco J. Bravo, Carlos A. Martinel, Ángel Tassi (hijo) Jorge Beoleto, Juan J, Trillas, Atilio B. Greco, S.U, Sánchez, Abel Reguls, Eduardo Grandi Casanuva, Enrique J. Martinel, Juan Soldati, Manuel s. Bravo, Simón Sánchez, Serafín Mateo, Carlos Gigena, José Mata, Manuel Antelo, Pedro J. Duran, Sulpicio A. Correa, Antonio R. Andujar, Jose María Compte, Francisco Ahumada Bernaldez, A. Núñez Martínez, Horacio A. Gigena, Carlos A. Sánchez, Sinforoso Palacios, G.R. Cateura, José A Thedy, Mariano Ahumada Bernárdez, Francisco A.S Falco, Cipriano A. Benítez, Juan C. Palacios, A. Monts, Nolasco Argeñaras, José V. Corralz, Alfredo T Diedrich Juan F. Danuzllo, Salomón Corrales, Arturo Gigena, Pedro A, Ríos, Inocencio S. Olmos, Isidoro Sosa, O.F. Dietrich, Arol de Zeggio, Egleo O. Olivera, Juan M. Palacios, Antonio A, Urrutia, Ramón Armando Martínez, Alberto Jorge Corrales, C.M. Barroso, Rufino J. Flores, Jorge González,  Julio Ramírez, Néstor Oscar Noriega, Armando Castanigno. Emilio Moreno, M Patrina (h), Salvador Matria,  Ernesto Acevedo, Pierina y Adelaida Tamborini, Federico P. Rojas, Cipriano Benítez y flia, España y flia, Rosario Jonte de Solar e hijas, Amador Solar, Luisa F Siguot, Juanita J.M del Carme Boalo, José Tazaloti, Bartolomé Delgado y Bietma, Luis Mancocini, Alejandro Risana y Sra. y Vicente Manzolotti. Etc

 HACIENDO HISTORIA

Sin duda alguna es notable la participación del Dr. Rodríguez en los orígenes de los primeros pasos culturales de Santiago del Estero, que lo recuerda joven entusiasta forjadores de cultura. Efectivamente “según un artículo del diario El Norte recuperado por Orestes Di Lullo, la ciudad capital de Santiago del Estero comenzó el proceso de urbanización en 1866, lo que trajo como consecuencia, a partir de 1874, un destacado movimiento cultural. También la prolífica labor periodística ofrece datos de intensa actividad cultural” [7]

Así es como se van formando los primeros movimientos conformado por jóvenes estudiantes “en congruencia con estos sucesos, emerge la primera sociedad cultural, “Estudios Rivadavia”, que Horacio Rava identifica –por los poetas que la conformaron y por su producción en los periódicos de la época– pero no la considera el inicio de un movimiento intelectual.” [8]

Sin embargo este centro de estudios tuvo una entusiasta participación desde su creación y “esta fue, según Alfredo Gargaro, la primera institución literaria, fundada el 13 de mayo de 1876 producto de la actividad del Colegio Nacional, fundado en 1869, y de la acción de la prensa local que ofrecía espacios para la literatura.

Esta sociedad tuvo una biblioteca pública y un salón de conferencias, y se reunía periódicamente para que sus socios leyeran sus producciones ante un público femenino y selecto. Estos intelectuales publicaron en los diarios El Norte, y la Prensa Libre, y por sus colaboraciones parece que los jóvenes poetas iniciaron su tarea en ellos hacia 1870.

En El Norte estuvo como director Luis Varela, literato, y en Prensa Libre escribió Benjamín Abalos, presidente de la citada sociedad; esto explica los espacios que tuvo la juventud letrada en los citados diarios. Estuvo formada por los jóvenes Benjamín Abalos (presidente), Mariano Gorostiaga, Manuel Argañaraz, Benjamín Palacio, Belindo Iturbe, Benjamín Jiménez, Abdón Palacio, Anastasio Rodríguez, Froilán Soria, Luis Ponce, José Gorostiaga, Eleodoro Juárez, J. Achaval, Tirso Yánez, Dámaso Palacio y Teodomiro Juan Paz.” [9]

Era el despertar de una provincia política y culturalmente activa que trascendía merced a las inquietudes aportadas por una generación entusiasta y organizada, pues “todos estos jóvenes habían estudiado el secundario en el Colegio Nacional, y conformaron, junto a los movimientos estudiantiles que tenían posiciones políticas tomadas, francas rebeliones contra el sistema político de ese momento (taboadismo), dando así nacimiento a un actor moderno, el estudiante, que ingresaría en la escena urbana de la capital como signo de los nuevos tiempos” [10]

 EL OTRO RODRIGUEZ [11]

Es mencionado en la crónica periodística como miembro de un grupo que enviaron coronas al sepelio: “Doctor Atanasio Rodríguez (hijo), Justina López de Rodríguez, María Justina Rodríguez López y hnas., Walter St Jhon y Sra., Celina P. de Taboada, alumnas del 4to año normal, Escuela Alterna No. 2, Tomasa R. de Guardo, Luisa Sánchez Morteo.  Etc[12]

Es su  primogénito, bautizado con su mismo nombre, apodado como “pico de oro”, nació en la localidad de Ardiles Pcia de Santiago del Estero el 30 de septiembre de 1882. Conocido terrateniente de la zona se dedicó a la administración de sus campos, mientras estudiaba derecho en la Universidad de Santa Fe.


Fue uno de los principales oradores en las arengas provocadas por el fusilamiento del Cabo paz


Tuvo una activa militancia en la Unión Cívica Radical, partido que representó en la Cámara de diputados de Santiago del Estero.


También fue designado Juez de Paz en esta ciudad, previo a su fallecimiento acontecido el 26 de junio de 1943

 


Ref:  

 [1] publicada en la provincia de Santa Fe el 31 de noviembre de 1908,

[2] (Diario La Capital 10 DE JULIO 1911).-

[3] (El Heraldo 10 junio de 1914).

[4] (La Republica 11 junio de 1914)

[5] ( La Acción, 10 junio de 1914)

[6](La Acción 11 de junio de 1914)

[7] (INTELECTUALES POSTIVISTAS Y MODERNISTAS EN SANTIAGO DEL ESTERO (1876-1916) Héctor Daniel Guzmán)

[8] Rava, Horacio (1978), Panorama de las letras santiagueñas, Dirección Gral. de cultura de la Provincia, Sgo. del Estero, p. 10.

[9] 37 Gargaro, Alfredo (1948), “Páginas poéticas del histórico pasado santiagueño”, en El liberal, número del cincuentenario, Sgo. del Estero, p. 282.

[10] Alen Lascano, Luis (1969), El Colegio Nacional en la cultura de Santiago del Estero, Mimeo, Sgo. del Estero, p. 14.

[11] Son escasos sus datos biográficos  a los que hago mención infra, desaparecidos en los sucesos de 1993.

[12] Ídem La Acción 11 de junio de 1914 

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