miércoles, 9 de mayo de 2018

UN FALLO CONTRA LA VIDA



                               Cuando estudiábamos respecto de la posición escéptica de Kirchman, relacionada con la variante y mutación de la ciencia del derecho, nos parecía que se trataba de una teoría más, dentro del vasto campo de lo jurídico, aunque con el tiempo, el escepticismo del filosofo se acercaba más a la realidad que la ficción. Sin duda la influencia de Heráclito  con su teoría: “del devenir constante de la vida”, no deja de asombrarnos todavía, pues al fin y al cabo, el factor sorpresa es la variante en constante proyección, que algunas veces hasta llega a la decepción.

   Hace unos días un Juez de la Corte Suprema del Estado de Connecticut en los Estados Unidos, opinó a modo de sentencia que “ el feto no es un ser humano” y de ahí en mas- de no ser apelado este fallo o de ser confirmado- un giro distinto a de tomar la humanidad regida por ésta nueva pauta de conducta.

   Tarde o temprano llegaran los efectos de los males del mundo, sentando supremacía, como siempre, en el seno de los países subdesarrollados, los que se muestran contentos y conformes por adoptar siempre las imposiciones que dictan estilos de vida totalmente opuestos, a la realidad e idiosincrasia de los receptores de ese foráneo estilo.

   Nosotros no nos oponemos a la penetración de la influencia, siempre y cuando nos convenga, ya que sabemos también que no es posible la originalidad en todos los campos, conscientes de que siempre tendremos algo nuevo que aprender. 
Lo que nos disgusta es que nos traten de inculcar extraños procederes, que lejos de beneficiarnos, nos sumen cada día más, en el abismo de una subcultura que no trae otras cosas, que la postración y la miseria vista ésta desde lo económico o  humanitario.

EL DERECHO A LA VIDA

   Alguna vez hemos observado que nuestro texto constitucional, no incluye en forma expresa el derecho a la vida, aunque lo entendemos como no enumerado. Y ésta observación no es otra que la que surge de la ansiedad por asegurar la permanencia de nuestra especie sobre la tierra, a contrario sensu, sería como permitir la negación de nuestra propia existencia. 
Sin duda entrar a analizar un tema de esta naturaleza, en los tiempos que vivimos, escapa a toda lógica pues seria permitir o aceptar que vamos en franco camino a una involución.

   Algunos profesionales de la medicina opinaron que: “el niño no nacido no tiene derecho porque no es persona”, nuestro Código Civil expresa que: “la existencia de la persona comienza con la concepción en el seno materno”. Y es ahí donde surge el interrogante: ¿quién nos da la vida y quien nos la quita?.

   Al respecto el filosofo español Julián Marías dijo: “la expresión interrupción del embarazo me parece una hipocresía semejante como llamar a la horca o al garrote, interrupción de la respiración”.

   Sin duda todo se trata de una cuestión de interpretación, en donde no solamente debe jugar una norma del derecho positivo, para lograr un resultado, sino que a ésta debe adosarse el dispositivo del derecho natural, los postulados de la ética, los valores de la moralidad, el criterio del deber ser y si se tiene a mano, y algún tiempo nos queda, escuchar la voz de la conciencia que suele ser buena consejera.

EL TIEMPO DE NO INNOVAR

  Nuestro país- felizmente es otro distinto al norteamericano- está transitando por un camino de peligro sin advertir las imprevisibles consecuencias, y los nefastos efectos que pueden producirse cuando se trata de innovar en materia de férreas y vitales instituciones.

     En breve se trataran varios proyectos que proponen la vuelta a la implantación de la ley del divorcio en Argentina y otra vez volveremos a someternos a ensayos que engendran in situ una peligrosidad que supera los grados de la imprevisión, mientras tanto no podemos menos que elogiar el estoicismo de nuestro pueblo, que sumido en la desesperación del hambre y de los míseros salarios con que debe subsistir, aguarda silencioso un cambio de rumbo, que nos lleve a la prosperidad prometida.

    “El divorcio – dijo Monseñor Quarracino – es un elemento más para ir creando una sociedad permisiva que conduce también a la debilidad social: mi gran temor es que junto con el divorcio, o poco después, venga la criminal ley del aborto...”

    En fin, un fallo judicial contra la vida, se produce justo en el momento en que la humanidad se encuentra proyectada hacía el cosmos en busca de conquistar el Universo, mientras que un sector importante de esa misma humanidad se está muriendo por falta de alimentos, en la postergación de la ignorancia y en la impotencia por no encontrar los medios idóneos para encausar la subsistencia por el cause de la dignidad. 
Me pregunto: ¿quién le teme a la vida...? y ¿quién le teme al hombre...?

                             


Publicado Diario El Liberal 28 de junio 1986.

No hay comentarios.: