Hoy nos despertamos con la triste crónica periodística anunciando el fallecimiento de un grande del cine, el teatro y la actuación como lo fue sin lugar a dudas el brillante actor y director argentino José Carlos “pepe” Soriano.
Lo conocí en nuestra
provincia en septiembre de 1973, cuando estuve a cargo del Teatro 25 de Mayo,
desde mi función de Director General de Cultura. Soriano andaba de gira. Interpretando
el unipersonal “Lisandro”, de David
Viñas, junto a Jorge Rivera López y Franklin
Caicedo.
Recuerdo que se presentó en
mi despacho un tanto apesadumbrado porque estaba a cargo de la producción de la
obra y apenas lograba llenar la mitad de la platea de nuestro primer coliseo.
Me explicó las bondades de
la obra, su interior político, la puesta en escena y su deseo personal de hacer
conocer al personaje que representaba. El actor no solo me visitó para ilustrarme,
respecto de su calidad interpretativa, lo hizo solicitando una suerte de
auxilio económico, que le permitiera continuar viaje por el norte argentino.
No es usual que un actor
consagrado, de la talla de Soriano, se vea obligado a exponer las vicisitudes que
muchas veces sobrelleva el acontecer cultural, pero quienes algo conocemos del
tema, reconocemos que esas cosas ocurren indefectiblemente.
Sin mayores argumentos le
ofrecí ayudarlo con la compra de cien entradas –entre palcos y plateas-
arriesgando al límite del escaso presupuesto destinado a la cultura por aquel entonces,
al tiempo que me comunique con el entonces Intendente de la ciudad de Fernández,
para que hiciera lo propio, inaugurando el ciclo de “teatro abierto”, que
programara fomentando el suceso cultural en el interior provincial.
Hoy la noticia de la “gira”
definitiva de tan caracterizado artista, motivó que escribiera esta nota -a
modo de recuerdo- acontecido hace exactamente cincuenta años.
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