sábado, 22 de julio de 2023

NAIPE MARCADO

Nota editorial del 12 de julio de 2009.-
              
                 


        Recién pasaron 10 días desde las últimas elecciones que terminaron dándole la espalda al partido que gobierna. ¿Ya será el tiempo para el análisis? No,  para un comentario meduloso, pero si es suficiente para abrir signos de admiración, ante tanto despropósito, de parte de los que fueron derrotados, sumados sus socios.

       Resulta que recién les "cayó la ficha" a los que estaban preparando el segundo mandato de Néstor Kirchner para las elecciones del año 2011. La ficha les cayó igual que una moneda de escaso valor, y por ahora nadie, tal vez por vergüenza, se anima a recogerla en público. 

       Al día siguiente del revés electoral del matrimonio que nos gobierna, se publicaron las siguientes sentencias: "El Gobierno sufrió una derrota importante. Hay deterioro económico y social" (Roberto Lavagna Ex ministro de Economía), "Gané porque me votaron los salteños, y no Cristina y Néstor Kirchner", expresó eufórico el actual gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey.
       
       "No respeto a Scioli. Puso a Buenos Aires de rodillas ante el gobierno nacional" expuso el infatigable Alberto Rodríguez Saa; "La sociedad dijo basta a la intolerancia y el patoterismo" aseguró Margarita Stolbizer, flamante diputada electa por el Frente Cívico.

       Hasta el "atrevido-perdedor" de Juan Schiaretti se animó a expresar que: " le llamó la atención que la presidenta Cristina Kirchner haya dicho que el kirchnerismo ganó las elecciones del domingo. La verdad es que el kirchnerismo perdió en todo el país", sostuvo - como si no fuese el principal artífice de la derrota anunciada en la ciudad de Córdoba- donde fue plebiscitada su gestión sospechada de fraude.
       
       Es que los gobiernos, en la Republica Argentina, se plebiscitan cada dos años, tiempo más que suficiente para la revalidación de los títulos que se pretenden conservar, sin que falte  algún ingenuo que aspira a un mandato por tiempo vitalicio.  
       La historia reciente nos demuestra lo importante que resulta salir airoso en el plebiscito, pues quienes no sortearon ese primer escollo, o terminaron muy debilitados su mandato o bien, no llegaron a concluirlo quedan estigmatizados con la marca de la derrota que no siempre se puede superar.
       
       Quienes fueron artífices de las gestiones de Alfonsín y De la Rua saben lo que estamos analizando, aunque no faltan los necios que sostienen lo contrario. "No se afecta la gobernabilidad. Los argentinos elegimos la democracia," sentenció, Aníbal Fernández, antes de asumir como Jefe de Gabinete de Ministros, lo que provocó más de una sonrisa entre los que se adueñaron de la victoria.
       
       Es cierto, que los argentinos "elegimos la democracia" como estilo de vida, y por el momento no aspiramos a la menor intención de cambiarla por otro sistema, pero se equivoca el multifacético Ministro cuando asegura que la derrota "no afectará la gobernabilidad".  El gabinete nacional en su totalidad, está sintiendo los efectos del cimbronazo que le produjo el resultado de la última elección y como muestra de los efectos contraídos,  termina de ensayar un tibio maquillaje sobre la estructura del poder, acudiendo a los beneficios del enroque - o enrosque- que por ser tan evidente, resultan difícil de ocultar.
       
       La sombra de Néstor Kirchner sobrevuela en todos los ámbitos del poder. Sin ninguna duda, es quien decide sobre los que se quedan y lo que necesariamente deben irse de la vidriera gubernamental.
       
       En la política, como en el manejo de las cartas, se admiten códigos no escritos, que son pautas imprescindibles de las reglas del juego. Por ello, cuando el adversario conoce de antemano, la jugada del contrincante, obliga a éste al retiro involuntario, pues si continúa la partida, no le queda otra, que reconocer la derrota.  
Sin embargo, son muy pocos los que portan la hidalguía, de saber reconocer que se ha perdido.
Aquí no hay mucho para analizar, es tan simple, como lo dice el tango:

  "Pero Yo sé que vos
        no aguantaras el tren
Naipe marcado
        Cuando ya es junao
        Tiene que rajar" (1)



1- Naipe Marcado, tango de Ángel Greco, 13/05/1933.-

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