jueves, 3 de marzo de 2016

SIN BENEFICIO DE INVENTARIO

Ella se fue prácticamente dando el portazo. El llegó sin darse cuenta de la herencia que recibiría sin anestesia. El pueblo ahora quiere saber de que se trata

                                    Se dibujó la perplejidad en el rostro de Macri, cuando le acercaron las primeras carpetas de lo que se iba encontrando en los ministerios. Le pareció que por “arte de magia” la documental principal había desaparecido, hasta que le dijeron que en verdad, los muchachos que se fueron, no dejaron nada en los escritorios.

Miles de designaciones confeccionadas en tiempo récord, en todos los rubros de la administración pública, desconcertaron a las estadísticas. Millones de millones de pesos que no se encuentran donde debieran, gastos inútiles sin justificar, comprobantes adulterados o mellizos, viáticos y gastos reservados no correspondidos, amén de la ausencia de mobiliario, maquinaria, informática, archivos y demás elementos de propiedad del Estado, desaparecidos sin causa aparente, ni justificación.

Esto escapa a todas las previsiones realizadas -se escuchó murmurar a un ministro - mientras realizaba anotaciones de lo poco que iba encontrando. Tenemos que recibir el gobierno con beneficio de inventario acotó uno de los asesores. Todos lo miraron. ¿Será?

En el derecho, el “beneficio de inventario”, consiste en una declaración de voluntad con el objeto de conocer en qué condiciones se encuentra una herencia, a través de la realización de un inventario de los bienes que componen la misma, y en especial de las cargas que recaen sobre ellos.

Al aceptarse una herencia a beneficio de inventario, el heredero, no queda obligado a pagar a los acreedores del difunto –léase gobierno saliente- , más que con el montante de la herencia, siempre que realice un inventario formal de los bienes del mismo y exprese que la acepta con este beneficio.

Quizá sea esa la razón por la que el presidente Macri -escuchando a sus asesores - no quiere informar en detalle a la ciudadanía, de lo que encontró como parte de la herencia, precisamente porque ese beneficio no se aplica a una gestión de gobierno y solo pertenece al ámbito de las sucesiones, que no son políticas.

Pero esa información no es de propiedad exclusiva de quienes asumieron la manda constitucional, es más, por imperio de ese derecho, es que deben dar cumplimiento al principio republicano que ordena dar a conocer los resultados de la administración saliente, en cuanto a lo que arrojó el inventario de lo realizado.

Es el pueblo quien se encuentra interesado en conocer lo hecho por el mandante y si éste cumplió con el mandato o si se le debe exigir una detallada y prolija rendición de cuentas, ante las públicas sospechas de la existencia de delitos, cometidos por imperio de la función encomendada.

No se trata de una cuestión de criterios, ni de si es o no conveniente, dar a conocer en un totum la herencia recibida, tampoco del análisis sobre los efectos políticos que la noticia repercutirá en la ciudadanía. Estamos hablando de lo que manda el sistema democrático, los principios republicanos de gobierno y la propia constitución nacional.

Es preciso recordar que la nueva administración, no accedió al gobierno como a una herencia recibida a beneficio de inventario y que está obligado a pagar las deudas y demás cargas que produce la herencia, solo hasta donde alcanzan los bienes de la herencia. Es decir que el Presidente tiene que hacerse cargo de lo que le dejó la administración saliente. En la política, no existe el beneficio de inventario.

El ejercicio del Poder es otra cosa y aunque muchos piensen que los cargos públicos son hereditarios y que los gobernantes asumen el poder en carácter de emperadores,  están equivocados.

Es el pueblo quien reparte los cargos y decide quien ha de gobernar, pero también exige una rendición de cuentas de todo lo actuado,  las que deben ser publicadas al mínimo detalle.
                   Es precisamente lo que estamos esperando.




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