viernes, 12 de febrero de 2016

ORACIÓN POR LA JUSTICIA

                 

Don  Pedro Vozza Solá uno de los decanos del periodismo argentino tuvo la gentileza de comentar uno de mis poemas a comienzos de los años ochenta, cuando ya fenecía la última dictatura. Lo hizo por medio de una carta que creí perdida o quemada por los vándalos que asolaron la provincia a fines del año 1993. Felizmente la encontré y tengo el gusto de poder compartirla con todos. Lamentablemente este notable periodista que distinguió a nuestra provincia cuando se desempeñó como corresponsal de los diarios: La Nación  (Cap. Federal) y La Gaceta (Tucumán) ya no está entre nosotros.
Se lo recuerda como a un referente del periodismo de nota, sostenida por un notable nivel cultural y una hombría de bien  -como se decía antes- digna de imitar y destacar.                                                       



                                                         Santiago del Estero, diciembre 26 de 1981.-

Estimado Brevetta Rodriguez:

Recibo como precioso regalo de fin de año, su poema impreso “Oración por la Justicia”. Lo felicito. Es precioso. Tiene Ud., en verdad, talento poético y sabe Ud. traducirlo en la honda lírica del que ya ha madurado en las sabias esencias filosóficas de la vida.

El trabajo me ha impactado e instado a reflexionar sobre la cósmica dimensión de la parábola del Evangelio donde la historia del Cristianismo resume la verdad de su doctrina No satisfecho con la primera y segunda lectura, he leído su poema muchas veces, cual si fuera un catecismo, un breviario de sabiduría.       
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Cuanta razón tiene Ud. cuando en una de sus rimas dice…” Y desde entonces, tu nombre se hizo emblema/ te llaman y nadie te conoce/ te buscan y es tanto el desconcierto / cuando intuyen que estas/ en las pequeñas cosas/ en el aire y el agua/ en la sangre y el hambre/ y en todas las miserias y grandezas”

Me parece Ud., en modesta opinión, por el pensamiento y forma de su poema, un poeta de estirpe y me enorgullece encontrarlo en el parnaso de los vates santiagueños.

Disculpe Ud., pero es tan grande mi entusiasmo y satisfacción que la creación poética que comento, por la grandicidad del tema, me parece sencillamente culminante.

Nuevamente lo felicito y reciba un cordial abrazo.

                  P.V.Z.




ORACIÓN   POR   LA    JUSTICIA

Los hechos comenzaron ya hace tiempo
cuando dijiste la primer palabra
y hablaste de tu Padre y de los siglos,
de los falsos profetas que vendrían
a pregonar insólitos sucesos.

Llegó la duda
y el devenir  constante de los años
te dieron la razón y creció el odio.
Pelearon los hermanos y el destino
marcó con fuego tus consejos sabios.

Tu amor quiso la Paz, surgió la guerra
y el eco fratricida fue escuchado
en todo el Universo que creaste.

Y desde entonces tu nombre
se hizo emblema
te llaman y nadie te conoce,
te buscan y es tanto el desconcierto
cuando advierten que estas
en las pequeñas cosas,
en el aire y el agua,
en la sangre y el hambre,
y en todas las miserias y grandezas.

Debo fundar entonces el derecho
en la naturaleza de los hombres
que no entienden la histórica parábola
del perdedor que ofrece su mejilla.

En el arcano devenir constante
de las limitaciones existentes
y en la impotencia por saber si somos
los reyes permanentes del contexto.

Yo entiendo así, el motivo de pedirte
por mi hermano sediento que no sabe
por donde transitar la senda humana,
te pido por las mieses del tiempo
y el reencuentro.

Por un amanecer sin amenazas,
por una convención de voluntades
de todas las especies del planeta
para que reflexionen solidarios,
que no hace falta látigo ni espada.

Te pido por mi tierra americana
por mi país que en vano siempre espera
por mi provincia fiel y vigorosa
que ha conocido tantos redentores
y sueña quijotesca en la quimera.

Te pido por mi pueblo entristecido
por una Libertad imperecedera
y que por todos los siglos de los siglos
nos albergue triunfal nuestra bandera.

Proveer conforme a todo
porque todo es la vida
la misma generosa y prometida.

Proveer sino la planta, la semilla.
                                Con fe puedo esperar...

                                       Será Justicia.

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